El espíritu del largometraje de los Tiny Toon no es otro que reírse de todo, incluso de ellos mismos.

Tomando como base la parodia de varias películas, especialmente ¨Deliverance¨ y ¨Las locas vacaciones de una familia americana¨, los responsables de los Tiny Toon desarrollan el capítulo más largo y, también, el mejor de toda la serie. Una delirante sucesión de referencias a la cultura popular, homenajes, y gags visuales y verbales que posee un ritmo envidiable. Las parodias hacen avanzar la historia, sin duda alocada y a ratos inexistente, pero siempre movida y basada en el carisma de sus personajes estrella. Los gags homenajean o copian a películas pero no serían lo mismo con otros personajes. Además, la animación es increíblemente fluida y totalmente cinematográfica.

Mención especial merece la subtrama de Plucky que, en mi opinión, mejora la película en la que se basa. Es imposible no identificarse (y reírse) con las desdichas del pobre Plucky en su viaje hacia un parque de atracciones (la Tierra de la Fantasía) con la bienintencionada pero peligrosamente ingenua familia de su amigo Hamton.

El sadismo y la escatología de ciertas escenas resultan memorables e incluso algo atrevidos para un producto infantil.
Esta película le pega un repaso a ¨Space Jam¨ y a ¨Looney Tunes: Back in Action¨ en cuanto a lo que una película de los Looney Tunes debería ser, y supone una demostración de que se pueden hacer filmes de animación puramente lúdicos y aptos para todos los públicos, sin moralejas a lo Disney o a lo Spielberg. Es enmarcable la anarquía de estos personajes extraordinarios, dignos sucesores de los Looney Tunes originales, y ciertamente mucho mejores que los aburridos Animaniacs.

Una película ideal para ver en el verano, y vivir esas aventuras que, con suerte, jamás nos ocurrirán. Una película equiparable a la magnífica ¨American pie 2¨ (aunque para otro tipo de público... o no).

MARAVILLOSA.

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