Ficha Atrapa el Fuego


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Críticas de Atrapa el Fuego (1)




Mad Warrior

  • 10 Dec 2018

6



¨Éramos más de 4.000 personas en Angola, entrenándonos para volver a casa y liberar nuestro país. […] Yo, Patrick Chamusso, me convertí en ¨Dinamita¨ ¨.
Un hombre acusado de manera injusta y maltratado sin piedad por un atentado que no cometió, acabará combatiendo la violencia con violencia hasta que su pueblo pueda ser por fin libre. Esta es su historia.

¨El Americano Impasible¨, nueva versión de la novela de Graham Greene, es para algunos la mejor película de Phillip Noyce, quien empezó el nuevo siglo con fuerza tras finalizar el anterior con la mediocre ¨El Coleccionista de Amantes¨. A mediados del 2.000, en un momento en que a las pantallas no dejaban de llegar películas con la mirada puesta en las miserias e injusticias vividas en África, cuyos máximos exponentes fueron ¨Diamante de Sangre¨ o la desgarradora ¨El Último Rey de Escocia¨, el director australiano se encargaría de un proyecto que también iba a poner el dedo en la llaga.
El guión venía firmado por Shawn Slovo, cuyos padres, Joe Slovo y Ruth First, fueron los líderes del Partido Comunista Sudafricano, y hacía hincapié en la historia real de Patrick Chamusso, trabajador de una refinería en la Sudáfrica de 1.980 que fue acusado de colaborar con el Congreso Nacional Africano, el cual luchaba por la liberación de los africanos contra el Apartheid, institución de segregación racial cuya política desde hacía décadas era favorecer a la minoría blanca de la nación y reprimir a la población negra. La hermana del guionista, Robyn, que hacía las veces de productora, aparecería en el film dando vida a su madre Ruth.

Hombre apolítico, padre de familia, esforzado trabajador que prefiere no destacar entre los demás, Patrick vive apaciblemente junto a su esposa Precious y sus hijas al tiempo que dirige un equipo de football infantil. Una noche, el C.N.A. provoca un atentado terrorista en la planta de Secunda donde él trabaja y, a causa de ello, será arrestado, ya que se supone que ese día trabajaba en el lugar, aunque realmente no se encontraba allí; Patrick será preso del oficial de policía Nic Vos, que le tortura sin compasión, al igual que a su esposa, para averiguar si tiene alguna relación con los terroristas.
La sed de venganza le hará luchar por la justicia, uniéndose a la facción militar del C.N.A. y jurando acabar con la tiranía en Sudáfrica de una vez por todas. Con esta película, Noyce regresa al ¨thriller¨ de carga política que tan bien desempeñó en los 90 con las dos adaptaciones de las novelas de Tom Clancy, aunque introduciendo grandes dosis de drama y, cómo no, la propia denuncia social que demanda una película de este estilo; de hecho, no es la primera vez que el cine fija su punto de mira en el tema anti-Apartheid, cuyo mejor ejemplo es la también biográfica ¨Grita Libertad¨, de Richard Attenborough.

¨Atrapa el Fuego¨ prosigue con la tradición de lucha del pueblo sudafricano contra la despiadada e intolerante supremacía blanca (¨Sí, amo. No, amo¨, dice Patrick todo el rato) e insiste en ella, convirtiéndose en el motor de la trama, que comienza introduciendo al espectador en la respetable vida del protagonista para que se sienta identificado con él (aunque luego vamos descubriendo que no es tan respetable como parecía). Noyce, entonces, hace un paréntesis y nos presenta al afrikáner Nic Vos, su trabajo, que no es sino cortar con el terrorismo de raíz, y hasta a su propia familia.
Aunque el guión podría haber profundizado mucho más en la vida personal de Vos (se nota que lo que interesa es la comunidad negra, no la blanca), Noyce nos ofrece las dos perspectivas: los sudafricanos, hacinados en barrios pobres, tragando polvo y aterrados de los blancos, que aparecen limpios, cantando en el césped, recelosos de los intrusos; un gran contraste que también nos muestra que en una guerra todos caen, los de un bando y los de otro, presentado literalmente en los dos funerales celebrados en paralelo. A eso de los tres cuartos de hora la película cambia levemente el tono: injusticia, abuso, segregación, es lo que Patrick quiere detener, uniéndose así al grupo militar (luchando con armas, como siempre...)

El drama anterior, de una dureza que no va más allá de lo convencional, se torna en intriga mientras va aumentando la acción, derivando en unos 25 minutos finales veloces, que son los de la cacería al protagonista, resueltos con eficacia y rodados con nervio por el australiano. Eso sí, el aire comercial que lastra la película nunca desaparece.
Derek Luke brinda una muy buena actuación poniéndose en la piel de Patrick (cuyo álter-ego real veremos en los créditos finales), enfrentándose al siempre brillante Tim Robbins, que no obstante en esta ocasión no da lo mejor de sí, dejando su personaje muy desaprovechado. También digna de mencionarse es la interpretación, humana y creíble, de Bonnie Henna. Todos muy decentes en un film entretenido, a ratos conmovedor, pero que, como he dicho, no pretende ir más allá de lo convencional ni tampoco rayar en lo hiriente para el espectador.



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