Una excelente trilogía (la conformada por Jet Li). Esta segunda parte se concierne en su historia más en fijada en la política que en las artes marciales.
Todo parte de una revolución contra el imperialismo Chino, donde las sociedades están marcadas por falsos ídolos de los cuales nacen sectas que siembran el caos, mientras el gobierno corrupto se dedica a exterminar a los revolucionarios que quieren cambiar el pais y la mentalidad de su pueblo.
La terrible secta a la que debe enfrentarse Jet Li, o mejor dicho su personaje, Wong Fei-Hung, es al Lotto Blanco.
En dicho enfrentamiento, veremos uno de los mejores combates de las películas de Jet Li rodadas en Hong Kong.
Pero sin duda alguna y destacable en cuanto merece, es el último enfrentamiento. En el que Jet Li se verá las caras con nada más y nada menos que Donnie Yen, otro de los grandes artístas del cine asiático de artes marciales, percusor de dicho estilo a mediado de los 80, junto a otros como Corey Yuen, Bolo Yeung o Yuen Biao... (por mencionar algunos).
En la trama, también descubrimos el amor del maestro Hung por su prima Yee (interpretada por la siempre magnifica Rosamund Kwan). De la que no sólo él esta enamorado, sino también su compañero y ayudante, Leung Foon (interpretado por Siu Chung Mok).
Esta segunda entrega, quizá con respeto a la primera no gana demasiado, y sino recuerdo mal, la tercera también la supera bastante.
Pese a ello, magnífica.
Críticas: 2
TheCrow
7
Segunda entrega de la serie de películas sobre Wong Fei-Hung que Tsui Hark realizó en los noventa, repitiendo con Jet Li en un papel protagonista que le viene como anillo al dedo, y contando esta vez con la presencia de Donnie Yen como uno de los villanos.
Esta segunda parte presenta una narración algo más estructurada y menos caótica que la película original. Es también por ello una cinta menos coral y más centrada en los personajes principales. De ese modo que se preocupa más por el papel de Wong Fei-Hung como médico y sus métodos tradicionales chinos (siempre en contraposición a los occidentales, por supuesto) y la relación amorosa con su prima Yee.
Las escenas de acción vuelven a ser espectaculares en esta segunda entrega, pero en pos de impresionar al espectador se recurren a ciertos trucos que al final consiguen el efecto contrario al restar realismo al conjunto, como el descarado uso de cables y la cámara rápida. Esto no ocurría en la primera entrega... O al menos estaba mucho mejor disimulado.
Pero son pequeños defectos que se perdonan cuando asistimos a peleas tan memorables como la que ocurre en la guarida del Loto Blanco, o en las que contemplamos extasiados el enfrentamiento entre Jet Li y Donnie Yen.
De todos modos, en conjunto esta cinta estaría un escalón por debajo de la primera entrega, aunque es una secuela notable que consolidaría aún más la figura de Jet Li como gran estrella de las artes marciales en los 90.
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