Uno de los conflictos más terribles de la historia moderna de América Latina fue sin duda la guerra civil de El Salvador. En un lado el gobierno despótico y corrompido defensor de los privilegios de la clase dominante apoyado militar y económicamente por EEUU y en el otro lado las milicias campesinas agrupadas en el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional FMLN.

El director Luis Mandoki nos presenta un sobresaliente film gracias en gran parte a la labor del guionista Oscar Torres, en cuyos recuerdos de infancia está basada la obra. La pelicula cuenta la historia de Chava, estupendamente interpretado por el niño Carlos Padilla, un pequeño actor que derrocha simpatia, carisma y talento durante todo el film. Chava no solo debe enfrentar los problemas inherentes a su condición de extrema pobreza, un hogar sin padre y una madre que apenas gana para mantener sola un hogar con tres hijos pequeños, sino que deberá enfrentar la realidad de la guerra civil, tratar de sobrevivir dia a día y escapar del reclutamiento forzoso que realiza el ejército a los niños apenas cumplen los once años.

Una escena simpática es cuando Chava va por la calle escuchando Radio Venceremos, la vocera del FMLN, y al pasar por un puesto del ejercito cambia rápidamente de emisora y suena a todo volumen ¨I will survive¨ de Gloria Gaynor y el pequeño rompe a bailar imitando los movimientos de la música disco, una escena en verdad jocosa.

La pelicula tiene una gran ambientación, muestra con toda su crudeza la forma en que la guerra afecta a una pequeña población campesina atrapada entre el fuego cruzado de los dos bandos, el rostro fascista del ejercito salvadoreño y sus ¨asesores¨ norteamericanos, y es un film duro, que despierta emociones y no deja indiferente a nadie.

Hay escenas que expresan y despiertan una gran sensibilidad y sobrecogimiento, por ejemplo cuando intentan reclutar a la fuerza a los menores y estos se esconden acostandose sobre los tejados de las casas o la escena de la ejecución de los niños al pie del río. La historia de amor entre el protagonista y su compañera de escuela está rodada de una manera simplemente maravillosa.

El film explota el melodrama, sin duda, pero hay que reconocerle el mérito al director Mandoki de tocar un tema espinozo, sin ocultar sus simpatías ideológicas, de forma dura pero derrochando sensibilidad y humanidad.

Un film en verdad muy recomendable que invita a reflexionar y que describe muy bien la trágica realidad de América Latina.

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