Ficha Sun Scarred


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Críticas de Sun Scarred (2)




Ivan Saldivia

  • 23 Feb 2019

8


Buena película del siempre ¨todo terreno¨ de Takashi Miike.
La trama va de un tipo común y corriente que justo tiene una desafortunada noche, en la que salva a un linyera (un vagabundo) de unos adolescentes que lo golpeaban.

Lo increíble de Miike es como realiza la evolución del prota, de pasar de ser un enclenque, un hombre comun, a ser un hombre desesperado y que ya no tiene nada que perder. Se siente muy real, aunque no brillen las actuaciones. La historia esta perfectamente llevada. Y con escenas que son golazos, como el secuestro de la hija de Katayama; la manera en que esta filmada, la sutileza que se maneja (por momentos no parece Miike, mas de uno dira: ¨donde esta el gore Miike?¨) con que se ve alejándose a la hija con uno de los gamberros, es simplemente genial.

La cinta también trabaja todo el tiempo con su metalenguaje, su critica hacia la sociedad japonesa, sus leyes, sus normas civiles, y varios de los puntos ciegos que estas presentas.
Y pone arriba de la mesa de debate otras cuestiones: como los derechos del niño (y sus leyes penales) o derechos humanos, y por supuesto la siempre tan cuestionada ¨moralidad¨.
En fin, este thriller es preciosa cinta (sin gore, sin sangre) que hará reflexionar a mas de uno de algunos temas.



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Mad Warrior

  • 30 Mar 2018

9



A pesar de su tan bien establecida ley, su intachable respeto por las normas, su obsesión por lo políticamente correcto y el control que las fuerzas del orden manejan con ojo avizor sobre ella, la sociedad japonesa, como cualquier otra, también está sufriendo una preocupante oleada de anarquía y descontrol.
Los ciudadanos normales y corrientes no pueden andar tranquilos por las calles, donde los asesinatos, robos y violaciones se van sucediendo cada vez con más intensidad.

Por desgracia, ese es el podrido mundo en el que le ha tocado vivir a Toshiki Katayama, un humilde oficinista que de regreso a casa para celebrar el cumpleaños de su hija Ayano, se encuentra con unos jóvenes dando una paliza de muerte a un mendigo, con lo que decide pararles los pies. Sin embargo, la encarnizada pelea que libra ha sido con menores de edad, y la policía no puede hacer nada; a él le ha caído una represalia y ellos han vuelto a quedar en libertad.
Pero ahí no acaba la cosa, ya que uno de los chavales, Akira Kamiki, jura darle un escarmiento al hombre que le atacó y para ello le da donde más le duele, secuestrando y asesinando a su hija; años después del suceso y posterior escándalo, pues los medios lo convirtieron todo en un circo mediático, Katayama es un hombre que lo ha perdido todo. Su hija está muerta, su esposa Yoko se ha suicidado y la supuesta justicia le ha dado la espalda, pero su deseo de venganza aflora de nuevo cuando se entera de que Kamiki ha salido de la cárcel para ser reinsertado en la sociedad; sin fe en la policía ni en una sociedad que le arrebató lo que más quería se armará de valor para dar caza de una vez por todas a los criminales, por muy menores de edad que sean.

Pues una vez más, y para no variar en ello, el sr. Takashi Miike se dispone a dar otro giro a su filmografía con la que ha acabado por ser una de sus más logradas obras. A pesar de reducir su frenético esfuerzo de realizar cinco o seis películas por año, 2.006 fue muy fructífero para el nipón, como de costumbre en su ajetreada rutina; estrenó la experimental y fantástica ¨Big Bang Love¨, colaboró con Sho Aikawa en la interesante ¨Waru¨ y probó suerte en la serie de televisión ¨Masters of Horror¨ con ¨Imprint¨, aunque luego los censores prohibieran la emisión del episodio por la brutalidad del contenido.
Fue antes de que se sumergiera en el extraño mundo de los vaqueros y los samuráis con ¨Sukiyaki Western Django¨ cuando acabó encargándose del guión de Toshimichi Ohkawa, un drama de peso, descarnado y pesimista, que trataba una situación bastante triste de la sociedad: el incremento de la violencia en la población juvenil y adolescente. Para ello, Miike volvió a recurrir a Aikawa y probó algo que rompía con la dinámica de su estilo, aunque ya lo hubiera hecho anteriormente: erradicar todo rastro de humor negro y contar una historia realmente seria y profunda...y vaya si lo consigue.

Con una descorazonadora secuencia inicial semejante a la del ¨Violent Cop¨ de Kitano (o, ahondando más en la historia del cine, a la de ¨La Naranja Mecánica¨), el director se revela más oscuro, pesimista y crítico que nunca; el Miike de las mamarrachadas de ¨Ichi, the Killer¨ o el de las idas de olla de ¨Gozu¨ o ¨Visitante ¨Q¨ ¨ se esfuma para dejar sitio a su vertiente más dramática, la que visitó en ¨Cementerio Yakuza¨, condenando, con toda la crudeza posible, una situación tan delicada como es la decadencia de las jóvenes generaciones en una sociedad moderna y rebosante de tendencias pero a la vez fría y abocada a la autodestrucción. Un aspecto ya tratado anteriormente que encuentra similitudes, por su contexto y planteamiento, con la también japonesa ¨Confessions¨, de Tetsuya Nakashima.
Pero bien mirado, ¿qué es ¨Sun Scarred¨? Ni más ni menos que la típica historia del hombre desvalido, abandonado por todos y carente de fe, que ha de tomarse la justicia por su mano, algo que llevamos viendo a lo largo de los años desde que en ¨El Justiciero de la Ciudad¨ mataban a la esposa de Charles Bronson (aunque la que nos ocupa recuerda más a ¨Yo soy la Justicia¨). Esa es la idea fundamental: un tipo en busca de venganza y sangre, pero la dinámica de la trama está tan bien llevada y construida, los personajes son tan creíbles y el director consigue enganchar al espectador con tanta facilidad que no importa si lo que has visto ya lo has visto...el caso es que quieres volver a verlo.

Un magistral Sho Aikawa nos deleita con la que posiblemente sea la mejor interpretación de toda su carrera, casi repitiendo el papel de padre vengador que ocho años antes le vimos hacer en ¨Los Ojos de la Araña¨, de Kiyoshi Kurosawa; el espectador llega a sentir el dolor, la desolación y el agobio que sufre este personaje, con quien es fácil identificarse, e implora que mantenga su fuerza y su empeño por agarrar a los culpables. Aikawa se come la pantalla, pero no se quedan a la zaga Miho Ninagawa, Sei Hiraizumi y un tremendamente odioso Satoshi Morimoto. Por supuesto no falta en el reparto Kenichi Endo en su enésima colaboración con el director.
Retorcida, demoledora, siniestra por momentos, llena de giros inesperados, con un final absolutamente orgásmico y un espléndido trabajo de fotografía por parte de Masato Kaneko, ¨Sun Scarred¨ hará vomitar a los más liberales y a los defensores de los derechos humanos (sobre a todo a los defensores del menor), pero también se queda entre los más sorprendentes dramas jamás realizados.



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