Ficha Dormir y Ligar: Todo Es Empezar

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Críticas de Dormir y Ligar: Todo Es Empezar (1)




Mad Warrior

  • 27 May 2020

5



En los pueblos toda noticia que venga de ciudad y en la que se vea involucrado algún vecino corre como la pólvora y ya nadie es el mismo, y más aún hay vicio, sexo y adulterio de por medio.
Qué se lo cuenten a Saturnino...¡y eso que el pobre sólo quería dormir tranquilo!

Hay directores que tienen distintas etapas adornando sus carreras, experimentando y descubriendo su técnica a fuerza de trabajar y colaborando con una serie de actores para luego hacerlo con otros e ir adecuando su estilo a la época y a los gustos de la gente, que suele ser lo más importante para seguir dominando la taquilla. Mariano Ozores es un caso clarísimo; los años 60, en los que se curte como prolífico cineasta de comedias, ya pasaron, y con ellos sus obras con Gracita Morales y José Luis López Vázquez como protagonistas, quienes le hacen ganar un éxito tremendo.
Llegan los 70, encabezados por Lina Morgan, y aunque aquél se sigue manteniendo fresco y muy a tono con la situación social actual llevando un ritmo de filmación frenético, su estilo se vuelve en líneas generales menos elaborado, y su puesta en escena es más austera y sencilla, así lucirá su cine para la posteridad, y profundizando cada vez más en la provocación hasta llegar al ¨destape¨. Pero mucho antes de convertirse en el máximo representante de este humor junto a Pajares y Esteso, el cineasta encuentra en el bueno de Alfredo Landa, con quien ya ha colaborado, un seguro infalible para seguir gustando al público; la fantástica ¨Manolo ¨la Nuit¨ ¨ es la prueba irrefutable de ello.

El guión de ¨Dormir y Ligar, todo es Empezar¨ lo firman diferentes autores expertos en comedia que poseen créditos en argumento, diálogos e idea original: Juan José Alonso Millán (uno de los máximos exponentes del ¨landismo¨), Juan Antonio Porto, Rafael Marchent, el dramaturgo Alfonso Paso (que aparece interpretándose a sí mismo) y el propio Ozores. El Saturnino interpretado por Landa es la versión opuesta del playboy Manolo; aquí éste es el chico de los recados para los habitantes de un pueblecito de la España tradicional.
Pueblo en el que intentan a toda costa adoptar el espíritu más liberal que se respira en el país (pese a la fuerte presencia de Francisco Franco) con la llegada de los turistas y la entrada en la economía internacional, y en el que hacen trabajar tanto a Saturnino que llega sin fuerzas para complacer a su esposa Elvira, generándose así un clima de hostilidad en el hogar; la diferencia esencial con el anterior film es el enfoque del personaje, ahora un inocente del que todos se aprovechan y tratado injustamente por la figura femenina, que lo tilda de egoísta repulsivo (su mujer), que lo trata como objeto de deseo (las chicas del pueblo tras su regreso) o que lo manipula para su beneficio (la aspirante a modelo).

En realidad Saturnino es el único hombre decente de su pueblo, como podremos ver. En este ambiente tan hogareño y castizo se desarrollará la película, que da muestras de un humor negro bastante ácido; pero el argumento toma un desvío y propone un viaje forzoso a Madrid (la razón es un mero pretexto que demandaba más lógica), donde el protagonista se verá inmerso así como así y de la manera más increíble en una serie de enredos por culpa de Rita, una de las aspirantes a Miss España cuyo concurso se celebra en el mismo hotel donde ha de hospedarse.
Llegado a este punto la irregularidad entre un ambiente y otro empieza a hacerse muy pronunciada y la trama es cuando menos incoherente y extraña, pues pareciera que todos los personajes anteriores, que con tanto ahínco nos han presentado, no volvieran a aparecer nunca más. Ahora, entre la comedia desenfadada se introduce un asunto de frivolidad y morbo por culpa de los típicos paparazzis, quienes llevan una simple relación de amistad, la de Saturnino y Rita, al escándalo, el cual acaba impreso en los periódicos (como si todo se tratara de una versión picaresca de ese clásico que es ¨Escándalo¨) y más tarde retransmitido por televisión.

Si creíamos que no podía haber más sorpresas nos equivocábamos, pues el guión no dejará de hacer malabares y piruetas sobre sí mismo llevando de nuevo al protagonista de vuelta al pueblo, donde es considerado un auténtico playboy de ciudad debido a la falsa información de la prensa y la televisión; como sucedía en otra obra de Landa, ¨No Desearás al Vecino del 5.º¨ (también escrita por Millán), una imagen contraria a la del protagonista se erigirá sobre la verdadera por la impresionable y primitiva mentalidad de los pueblerinos, reubicándose la historia sobre la comedia de enredo en su tradición más ¨vodevilesca¨.
Las situaciones generadas por la mentira, la confusión y la creencia en la calumnia son divertidas, pero en general la historia carece de una estructura congruente (destacando ese último tramo, que se hace largo, repetitivo y tedioso) y más bien da saltos de un sitio a otro sin aprovecharse de los temas que intenta tratar a la vez, que muchos son (el resultado de diez manos escribiendo el guión...). Landa, con su carisma único y todo el tiempo con cara de dormido y de confundido, logra rápidamente la simpatía y la compasión del espectador ante la injusticia de sus allegados y vecinos.

Le acompañan una irritante pero magnífica Esperanza Roy, Antonio Ozores, como siempre muy divertido, Florinda Chico, Mari Carmen Prendes, la guapísima Francisca Gabaldón y una Gracita Morales de morena, repitiendo de criada y desplazada a un papel secundario, pero exhibiendo su innato gracejo.
Curiosa aparición la de las amigas del director Concha Velasco, Lina Morgan y Carmen Sevilla, haciendo de ellas mismas.
El humor siempre se mantiene y la actuación de Landa es estupenda, pero no es suficiente para salvar la incoherencia de esta pícara comedia de equívocos, maldades y choques entre las buenas costumbres y la tentación por lo moderno y liberal con discurso final conservador e inocente.



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