En tanto que la veía no hacía sino preguntarme en donde quedaba el encanto que me cautivara a la saçón pues su desarrollo no me era interesante e las hechuras no me eran de impresionar, pues las andanças no me eran a destacar y el comicastro que encarnaba al castrati Farinelli con cuya monótona alcocarra convidaba al aburrimiento, demás que con cuyo hermano Riccardo entrando en liça e con el discurrido enfrentamiento con el magno Händel no encendían mi pasión como antaño, sofocaron el fuego, e con la visión fría et en consecuenscia más pura hube de rebajarle cuatro puntos de golpe, pues sin epicidad ni momentos realmente álgidos tal cosa no admira ni deleita. ¡Ah, yo que en su tiempo la amé con el alma entera!
Parnaso
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11/ 4/ 2016 - Nota:10
En tanto que la veía no hacía sino preguntarme en donde quedaba el encanto que me cautivara a la saçón pues su desarrollo no me era interesante e las hechuras no me eran de impresionar, pues las andanças no me eran a destacar y el comicastro que encarnaba al castrati Farinelli con cuya monótona alcocarra convidaba al aburrimiento, demás que con cuyo hermano Riccardo entrando en liça e con el discurrido enfrentamiento con el magno Händel no encendían mi pasión como antaño, sofocaron el fuego, e con la visión fría et en consecuenscia más pura hube de rebajarle cuatro puntos de golpe, pues sin epicidad ni momentos realmente álgidos tal cosa no admira ni deleita. ¡Ah, yo que en su tiempo la amé con el alma entera!
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