Late Night


Ficha Una mujer de Tokyo


  • No la has puntuado
  • No has insertado crítica
  • No has insertado curiosidades
  • No has insertado ningun error


Críticas de Una mujer de Tokyo (1)




Mad Warrior

  • 5 Aug 2022

6



Unos paraguas colgados. Silencio. Una espada acariciando la pared. Silencio. Unas vestimentas negras sobre el tatami. Silencio. Afuera, un árbol sin ramas. Silencio.
Silencio abrumador, funerario, silencio de un mundo callado, oculto en la oscuridad...

Este silencio es el que corresponde al Japón en el que vive Yasujiro Ozu allá por 1.933, cuando la propaganda reina desde que el país ha invadido el Norte de China y los nacionalistas extremistas han sido situados estratégicamente en puestos clave de la administración, prohibiendo la policía especial que se realicen películas sobre la sociedad obrera o con mensaje progresista; no obstante el submundo se retrata al estilo de ese cine norteamericano anterior a la aparición del Código Hays, y sobre todo se hace hincapié en el tema de la prostitución (más sutilmente en comparación con el cine de otras naciones, pero se hace...).
Es más propio de gente como Naruse, Mizoguchi o Shimizu, sin embargo el nativo de Tokyo, quien ya es considerado todo un maestro gracias a la exitosa ¨He Nacido, pero...¨, piedra de toque de su carrera, también lo va a llevar a cabo...no porque él quiera; para cubrir un agujero de programación se ve obligado a retrasar el rodaje de ¨Dragnet Girl¨ y acometer un producto de enfoque duro y realista pero de rápido consumo y muy al estilo de la época, en el cual se empleará poco más de una semana de filmación. Un hogar humilde enfocado desde un tatami lleno de enseres refleja calidez y unión; es el seno familiar de los hermanos Chikako y Ryoichi...

Inspirada en una novela ficticia y escrito por el propio Ozu de nuevo camuflado bajo el pseudónimo James Maki, el guión de ¨La Mujer de Tokyo¨ se desarrolla rápidamente alrededor de la protagonista, una aplicada trabajadora de oficina que goza de una situación medianamente buena, considerando el Japón en el que vive, pero golpeada por la tragedia cuando parte de su vida privada sale a la luz. Esa vida privada tiene lugar en clubs y bares que imitan muy bien el modelo americano, sustituyendo los maquillajes sensuales de las chicas de alterne a los extravagantes coloretes de las geishas tradicionales.
Parece ser que la influencia extranjera no es motivo de alegría, más bien de bochorno y ruptura. Curiosamente vuelve a hacer eco de sus influencias occidentales poniendo en un cine a Ryoichi y su novia Harue (jovencísima Kinuyo Tanaka que asume el papel de la difamadora, la que desencadena la tragedia, y aún necesitada de unos años de interpretación, por cierto...) ante el melodrama de episodios ¨Si yo Tuviera un Millón¨, hito de Paramount realizado por algunos de los ídolos del nipón (curioso, en efecto, pues uno de sus segmentos está protagonizado por Violet, la prostituta que, tras recibir el millón del finado Glidden, aprovecha para regalarse a sí misma el lujo del que nunca pudo disfrutar en su vida).

Mal presagio, aunque dicho segmento no aparezca en pantalla. Por otro lado aún no hay travellings ni movimientos; el director, cuyo rodaje encaró sin estar el guión terminado, se presta al estatismo, demasiado, prefigurando su estilo formal de años futuros y aplicando una sensación de quietud desesperante desde todos los ángulos. Chikako no goza de la suerte del personaje de Wynne Gibson y no podrá escapar tras ser descubierto su secreto, y ello hace brotar dos de los comportamientos básicos de la sociedad japonesa: rechazar y odiar por vergüenza ajena y la imposibilidad de confesar la verdad y los motivos de una acción.
La desgarradora secuencia de ruptura entre los hermanos, a través de planos fijos y frontales, desvela una faceta muy tétrica de su obra; pocas veces Ozu se había mostrado así de violento y crudo. Poco después, el primer travelling aparece, pero simbolizando la progresión de ese rechazo, en los pasos de Ryoichi dirigiéndose a un destino incierto; la opresión social, el gusto por el rumor y la tradición clasista no ayudan en absoluto, y el suicidio aparece como única vía de escape a la vergüenza, revelándose así la cara más cobarde de la sociedad japonesa.

Particularmente descorazonador ese instante en que dos reporteros sibilinos (uno de ellos Chishu Ryu) reparan en una noticia pegada a un poste sobre la detención de un grupo de criminales; claro, la sociedad sí prestará atención a un suceso tan espectacular como ése, pero en absoluto a las vicisitudes de una mujer que ha tenido que ejercer el lenocinio para pagar los estudios a su joven hermano, ahora desaparecido, y hundida por la calumnia. Este problema quedará enterrado y olvidado, justo donde pertenece, al pavimento frío y vacío enfocado en ese último y significativo plano en movimiento.
Resulta aún más interesante encontrar en el rol protagonista a Yoshiko Okada (popular actriz de los tiempos del mudo de vida agitada y también golpeada por la fatalidad debido a su mala relación con algunos cineastas y a una deuda económica con Nikkatsu, para más tarde apartarse de la industria y exiliarse, junto a su marido, el director de teatro y comunista Ryokichi Sugimoto, a territorio soviético, huyendo del ultranacionalismo de su país...pero siendo erróneamente juzgados como espías, lo que terminó en ejecución para él y en presidio para ella durante más de una década).

En cuanto a esta pequeña obra de Ozu, donde la anterior da una actuación brillante, también procuró eliminarse una subtrama política mostrando a su Chikako como una activista de izquierdas, razón del reducido metraje.
Deseando un desarrollo más elaborado y una mayor profundidad en todos los aspectos, ¨La Mujer de Tokyo¨ es otro de esos importantes pasos del director en su trayectoria, y presagiador del duro drama de posguerra ¨Una Gallina en el Viento¨...irónicamente con Tanaka en el mismo papel que Okada, en quien ya podía vislumbrar esos personajes femeninos a los que daría vida en años venideros.



Me gusta (0) Reportar

Críticas: 1


Escribir crítica