Un hombre recorre las calles de Macau, bañadas por la oscuridad de la noche y el intenso resplandor de los neones, sólo con una misión en mente, una misión de venganza dispuesto a cumplir, pero...¿qué significa la venganza cuando lo has olvidado todo?
El ¨thriller¨ asiático estaba viviendo un buen momento fuera de sus fronteras a mediados del 2.000. En concreto Johnnie To era laureado en festivales internacionales gracias a ¨Exiled¨ y ¨Election 2¨, ambas secuelas; en ese momento los productores Laurent Pétin y su esposa Michèle, quienes habían distribuido algunos trabajos del chino en territorio francés, se le aproximan con la idea de realizar una coproducción con un actor no asiático en el papel principal.
Esa idea, que entusiasma a To, también es ofrecida al legendario Alain Delon (protagonista de uno de los films más influyentes en la carrera del director: ¨Le Samourai), quien primero acepta pero luego se muestra reacio al conocer las pautas del guión escrito por el compañero del anterior, Wai Ka-Fai. Tras este rechazo los Pétin, lejos de rendirse, consideran para el papel al artista y también actor Johnny Hallyday, del cual To no ha oído hablar (al contrario que él, que es un fan de su cine). Durante la espera éste ya ha dirigido cuatro películas y ha servido de productor en otros tantos proyectos (¨Accident¨, la serie ¨P.T.U.¨); el de ¨Vengeance¨ se pone por fin en marcha...
Como su título indica esta es una historia de venganza, áspera, brutal y sobre todo clásica, cuyo detonante, misión y final son siempre los mismos, y ninguna de esas claves varía aquí. La matanza sin cuartel de una familia en Macau desata la ira y sed de sangre de un misterioso personaje cuya identidad iremos descubriendo poco a poco, Francis Costello, padre, suegro y abuelo de las víctimas, objetivos de tres despiadados asesinos a sueldo, quien no duda en salir de su París natal para recorrer las calles de Macau en busca de alguien que le ayude.
Durante este tramo, Ka-Fai y To evocan con cariño el clásico de Melville (siendo el apellido y el ¨look¨ del protagonista un buen ejemplo de ello), aunque subvirtiendo su orden y personajes; ahora el Jef de aquélla es un hombre más próximo al Kersey de ¨Yo soy la Justicia¨ o al Katayama de ¨Sun Scarred¨ que busca vengarse, y los asesinos con los que se cruza por casualidad en un hotel reemplazan al de Melville (en la rueda de reconocimiento se puede observar bien esta inversión de roles). Tres asesinos que aceptan el encargo de Costello donde no será más importante el beneficio material tanto como un rígido sentido de la justicia y la ética el cual empieza a aflorar en ellos de repente.
Importante la maniobra de Ka-Fai: al manejar un argumento de movimientos previsibles y manidos personajes-tipo (como Fung o ¨Primo Tony¨), dota a sus protagonistas de gran carisma y decide centrarse en la relación nacida entre estos hombres de nacionalidades diferentes pero unidos por un objetivo común y un sentimiento de amistad y deber reforzado con el avanzar de los acontecimientos, que ayudarán a que tanto ellos como nosotros conozcamos al enigmático Francis, un antiguo asesino a sueldo reciclado en chef aquejado de pérdida de memoria progresiva por un trágico accidente del pasado.
A los rebotes ilógicos de esta trama que no puede esconder la pura serie ¨B¨ en la que se enmarca (pese a su pretensión de disfrazarse de producción de primer orden por su exquisita técnica) acompaña la cercana radiografía que se hace de los personajes, sus motivos, intenciones y sentimientos. To también transgrede ligeramente los códigos de estos ¨thrillers¨ al presentar el duelo entre villanos y ¨buenos¨ no en el clímax de la historia, sino en pleno Ecuador (esa batalla nocturna en el bosque donde el director, a través de una factura técnica impecable, combina su gusto por el ¨western¨ y el ¨neo-noir¨ dando como resultado un espectáculo tan bello como feroz).
Ka-Fai hace que del contrato entre Francis y los tres profesionales nazca un vínculo más allá de las estrictas normas (como vemos éstos decidirán enfrentarse al jefe) y bifurca los caminos de la trama para plantear dos venganzas, aunque en este caso la venganza no deja de ser un pretexto para reparar en los fuertes lazos de la amistad, surgidos de la desgarradora fatalidad del destino y la maldad humana. To hace así los preparativos para llevarnos a un arco intenso y excitante donde repara con mucho detalle en la puesta en escena y la belleza de la violencia; la matanza alcanza matices casi poéticos.
En esto sirven de gran ayuda la excelente labor de Cheng Siu-Keung a la fotografía, el montaje de David Richardson y la música de Lo Tayu, y es que a efectos técnicos el film es cautivador; pero el director no tiene vergüenza de mostrar sus fuertes influencias, que van desde DePalma, Peckinpah (el duelo en el descampado no puede recordar más a ¨Grupo Salvaje¨) y John Woo (con especial atención en ¨A Better Tomorrow¨) al ¨noir¨ más clásico y contundente (el de Chabrol y Melville), con algún toque a lo ¨Memento¨. Entre tanto unas buenas interpretaciones, las de reconocidos actores chinos y habituales de To como Anthony Wong, Lam Suet, Lam Ka-Tung, Michelle Ye o Simon Yam, de nuevo de villano.
Pero si las miradas han de recaer sobre alguien es sobre ese gran Johnny Hallyday, quien a sus largos 66 años aún mantenía una presencia magnética y un carisma arrollador; nos dejaría hace ya tres años, pero la mirada cortante que arrojan sus escrutadores ojos sigue preservando la misma fuerza.
Pese a su conocido argumento, las ¨bonitas¨ incongruencias que To introduce en éste y sus ligeros toques de humor, ¨Vengeance¨ no deja de ser un implacable, áspero y sombrío ¨thriller¨ inscrito en la mejor tradición del cine negro, el cual le valdría a éste el éxito en taquilla y el reconocimiento en muchos festivales internacionales, como el de Cannes, donde hasta compitió por la prestigiosa Palma de Oro (¡!).
Mad Warrior
7
Un hombre recorre las calles de Macau, bañadas por la oscuridad de la noche y el intenso resplandor de los neones, sólo con una misión en mente, una misión de venganza dispuesto a cumplir, pero...¿qué significa la venganza cuando lo has olvidado todo?
El ¨thriller¨ asiático estaba viviendo un buen momento fuera de sus fronteras a mediados del 2.000. En concreto Johnnie To era laureado en festivales internacionales gracias a ¨Exiled¨ y ¨Election 2¨, ambas secuelas; en ese momento los productores Laurent Pétin y su esposa Michèle, quienes habían distribuido algunos trabajos del chino en territorio francés, se le aproximan con la idea de realizar una coproducción con un actor no asiático en el papel principal.
Esa idea, que entusiasma a To, también es ofrecida al legendario Alain Delon (protagonista de uno de los films más influyentes en la carrera del director: ¨Le Samourai), quien primero acepta pero luego se muestra reacio al conocer las pautas del guión escrito por el compañero del anterior, Wai Ka-Fai. Tras este rechazo los Pétin, lejos de rendirse, consideran para el papel al artista y también actor Johnny Hallyday, del cual To no ha oído hablar (al contrario que él, que es un fan de su cine). Durante la espera éste ya ha dirigido cuatro películas y ha servido de productor en otros tantos proyectos (¨Accident¨, la serie ¨P.T.U.¨); el de ¨Vengeance¨ se pone por fin en marcha...
Como su título indica esta es una historia de venganza, áspera, brutal y sobre todo clásica, cuyo detonante, misión y final son siempre los mismos, y ninguna de esas claves varía aquí. La matanza sin cuartel de una familia en Macau desata la ira y sed de sangre de un misterioso personaje cuya identidad iremos descubriendo poco a poco, Francis Costello, padre, suegro y abuelo de las víctimas, objetivos de tres despiadados asesinos a sueldo, quien no duda en salir de su París natal para recorrer las calles de Macau en busca de alguien que le ayude.
Durante este tramo, Ka-Fai y To evocan con cariño el clásico de Melville (siendo el apellido y el ¨look¨ del protagonista un buen ejemplo de ello), aunque subvirtiendo su orden y personajes; ahora el Jef de aquélla es un hombre más próximo al Kersey de ¨Yo soy la Justicia¨ o al Katayama de ¨Sun Scarred¨ que busca vengarse, y los asesinos con los que se cruza por casualidad en un hotel reemplazan al de Melville (en la rueda de reconocimiento se puede observar bien esta inversión de roles). Tres asesinos que aceptan el encargo de Costello donde no será más importante el beneficio material tanto como un rígido sentido de la justicia y la ética el cual empieza a aflorar en ellos de repente.
Importante la maniobra de Ka-Fai: al manejar un argumento de movimientos previsibles y manidos personajes-tipo (como Fung o ¨Primo Tony¨), dota a sus protagonistas de gran carisma y decide centrarse en la relación nacida entre estos hombres de nacionalidades diferentes pero unidos por un objetivo común y un sentimiento de amistad y deber reforzado con el avanzar de los acontecimientos, que ayudarán a que tanto ellos como nosotros conozcamos al enigmático Francis, un antiguo asesino a sueldo reciclado en chef aquejado de pérdida de memoria progresiva por un trágico accidente del pasado.
A los rebotes ilógicos de esta trama que no puede esconder la pura serie ¨B¨ en la que se enmarca (pese a su pretensión de disfrazarse de producción de primer orden por su exquisita técnica) acompaña la cercana radiografía que se hace de los personajes, sus motivos, intenciones y sentimientos. To también transgrede ligeramente los códigos de estos ¨thrillers¨ al presentar el duelo entre villanos y ¨buenos¨ no en el clímax de la historia, sino en pleno Ecuador (esa batalla nocturna en el bosque donde el director, a través de una factura técnica impecable, combina su gusto por el ¨western¨ y el ¨neo-noir¨ dando como resultado un espectáculo tan bello como feroz).
Ka-Fai hace que del contrato entre Francis y los tres profesionales nazca un vínculo más allá de las estrictas normas (como vemos éstos decidirán enfrentarse al jefe) y bifurca los caminos de la trama para plantear dos venganzas, aunque en este caso la venganza no deja de ser un pretexto para reparar en los fuertes lazos de la amistad, surgidos de la desgarradora fatalidad del destino y la maldad humana. To hace así los preparativos para llevarnos a un arco intenso y excitante donde repara con mucho detalle en la puesta en escena y la belleza de la violencia; la matanza alcanza matices casi poéticos.
En esto sirven de gran ayuda la excelente labor de Cheng Siu-Keung a la fotografía, el montaje de David Richardson y la música de Lo Tayu, y es que a efectos técnicos el film es cautivador; pero el director no tiene vergüenza de mostrar sus fuertes influencias, que van desde DePalma, Peckinpah (el duelo en el descampado no puede recordar más a ¨Grupo Salvaje¨) y John Woo (con especial atención en ¨A Better Tomorrow¨) al ¨noir¨ más clásico y contundente (el de Chabrol y Melville), con algún toque a lo ¨Memento¨. Entre tanto unas buenas interpretaciones, las de reconocidos actores chinos y habituales de To como Anthony Wong, Lam Suet, Lam Ka-Tung, Michelle Ye o Simon Yam, de nuevo de villano.
Pero si las miradas han de recaer sobre alguien es sobre ese gran Johnny Hallyday, quien a sus largos 66 años aún mantenía una presencia magnética y un carisma arrollador; nos dejaría hace ya tres años, pero la mirada cortante que arrojan sus escrutadores ojos sigue preservando la misma fuerza.
Pese a su conocido argumento, las ¨bonitas¨ incongruencias que To introduce en éste y sus ligeros toques de humor, ¨Vengeance¨ no deja de ser un implacable, áspero y sombrío ¨thriller¨ inscrito en la mejor tradición del cine negro, el cual le valdría a éste el éxito en taquilla y el reconocimiento en muchos festivales internacionales, como el de Cannes, donde hasta compitió por la prestigiosa Palma de Oro (¡!).
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