Late Night


Ficha Sonata de Otoño

7.21 - Total: 7

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Críticas de Sonata de Otoño (3)




[email protected]

  • 7 May 2020

9


Peliculón del gran Ingmar Bergman.
No cabe duda que es una excelente cinta que trata la relación tortuosa de una madre con su hija (o viceversa).
Sorprende lo bien actuada que está! Ingrid Bergman, Liv Ullman y Halvar Bjork interpretan a sus personajes magníficamente. Se los ve reales, humanos, vivos!
La fotografía es otro de los grandes logros de esta cinta. Una fotografía donde reina la luz fría para dar esa sensación de muerte, soledad y angustia
Excelente. Sumamente recomendable!



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Mad Warrior

  • 16 Dec 2018

10



¨Una madre y una hija, que absurda combinación de sentimientos, confusión y destrucción. […] Los pecados de la madre ha de pagarlos la hija, las frustraciones de la madre pasarán a la hija, las desilusiones de la madre las sufrirá la hija […]. ¿Es así?...¿es la desgracia de la hija el triunfo de la madre?¨.
Son sólo algunas de las lapidarias frases y cuestiones que hallamos en ¨Sonata de Otoño¨, una de las muchas obras maestras del sr. Ingmar Bergman realizadas en el último tramo de su etapa de madurez cinematográfica.

La historia comienza en la humilde morada de Viktor y Eva, un matrimonio aquejado por una incomunicación abrumadora, incapaces las dos partes de expresar sus verdaderos sentimientos; él es párroco, ella, que fue periodista, ahora cuida de su minusválida hermana Helena. La pareja, a pesar de haber perdido a su hijo pequeño tiempo atrás a causa de un accidente, vive en una aparente tranquilidad, donde el silencio ha tomado una privilegiada posición de poder, silencio que se va a romper cuando Eva decida invitar a su madre Charlotte, otrora pianista de fama mundial, a pasar unos días con ellos.
Al principio todo son abrazos, sonrisas, nostalgia, bonitas palabras, cumplidos y bromas...hasta que las heridas del pasado se abren irascibles en el corazón de ambas mujeres, lo cual provocará que todo lo que han evitado expresarse y compartir durante tantos años salga ahora a la luz con inusitada furia, desembocando en un estallido de violencia que no podrán detener. Para Eva y Charlotte ha llegado el momento de la verdad, y resultará tan revelador como doloroso.

Por tres concretas razones, los 70 fueron muy duros para el maestro sueco, aunque es cierto que algunas de sus mejores películas se realizaron en esa misma época (nadie lo pondrá en duda...): la crisis de público y de producciones enfocadas al drama que se daba en Suecia, el estancamiento creativo que vivía el director y la más importante, unas vicisitudes administrativas que le iban a costar nada menos que un exilio. Así es, en Enero de 1.976, Bergman fue detenido públicamente por fraude y evasión fiscal en beneficio de su productora, lo que incurriría en una acusación y posterior reclusión en un manicomio (por una grave depresión que le diagnosticaron), aunque finalmente quedaría exculpado y exiliado en Alemania.
Tras ¨El Huevo de la Serpiente¨, oscuro ¨thriller¨ ambientado en la Alemania de los 20 y la obra menos ¨bergmaniana¨ de esta etapa, el director se embarca en un nuevo y modesto proyecto que sería rodado en Noruega con producción inglesa y alemana y contando con dos de sus actores habituales, Liv Ullmann y Erland Josephson, y con otra de las maravillas suecas de la historia del celuloide, Ingrid Bergman, que entonces contaba 62 años de edad.

Ésta es, como su propio nombre indica, una obra de Bergman realizada en el otoño de su carrera cinematográfica (fue la última expresamente hecha para estrenarse en cines), y en ella recurre a uno de sus temas predilectos: la tragedia familiar, donde vuelve a repetir la técnica de ¨El Silencio¨, la de crear una pintura realmente espantosa de la relación que las mujeres mantienen entre sí, técnica que se iría repitiendo en posteriores films alcanzando su cima en ¨Gritos y Susurros¨. Como ya vimos en otras intimistas tragedias ¨bergmanianas¨, Eva y Charlotte, madre e hija unidas por un cordón umbilical de desgracias, desilusiones, frustraciones y una educación castrante, encuentran por medio de la violencia el expresar los sentimientos que tanto tiempo permanecieron ocultos.
Durante los últimos 40 minutos de ese envenenado duelo femenino que se haya entre los más poderosos del cine de Bergman, el muro de silencio se rompe, la hipocresía, el cinismo y las apariencias se vienen abajo y el odio queda disperso por una casa en la que, durante todo el metraje, se ha ido acumulando una asfixiante y enrarecida atmósfera, instalada entre los protagonistas desde el primer momento, no sólo por el afloramiento de malsanas emociones pasadas, sino por esa causa de culpa constante, presente en muchos dramas del sueco, encarnada en un ser humano enfermo. En este caso, Helena.

Vemos otros recursos muy utilizados por el director, como el discurso existencialista, la carta ¨narrada¨ por el protagonista en un primer plano, los simbolismos, la pérdida de fe o el cara a cara entre la vida y la muerte; el más significativo quizá sea ese comienzo donde se rompe la cuarta pared y Viktor se dirige a nosotros permitiéndonos entrar en la intimidad de su vida y de su esposa, aunque logra mantenernos a cierta distancia, como espectadores, pues la perspectiva de la trama es tremendamente objetiva.
Lena Nyman sorprendente, pese a lo difícil de su papel, al igual que el más sobrio Halvar Björk, pero toda la atención recae sobre Liv Ullmann e Ingrid Bergman, esas dos maravillas de actrices que se miden como tales en un enfrentamiento tan desgarrador como fascinante, puestas al límite por el director, quien a veces se acerca a ellas con su cámara para concederles un tiempo de reflexión interior antes de devolverlas a la oscura y cruel realidad.

Pocos dramas en la Historia del cine resultan tan corrosivos, viscerales y demoledores. ¨Sonata de Otoño¨ es como un punzón clavado en la piel: doloroso, seco, penetrante y que deja una profunda marca.
Se repiten los mismos esquemas y se presentan los mismos discursos y personajes que ya vimos en otros films, pero éste merece figurar entre los más grandes de la carrera del sueco, y el cúmulo de emociones exhaladas en esa secuencia en la que vemos a Eva tocando el piano bajo la derrotada mirada de su madre, para luego ser ésta observada por Eva del mismo modo, pone bien de manifiesto esa afirmación.



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zamenhof

  • 24 Mar 2013

9


Magistral duelo interpretativo de Ingrid Bergman contra Liv Ullman, madre e hija. Requirió el mejor talento interpretativo de estas dos actrices para llevar a cabo una obra complicada, de una gran carga dramática donde los dos personajes sacan a relucir todos sus reproches y odios interiores que tienen cada una ante la otra.
Un paseo por la vida de madre e hija en la que las dos se ven influenciadas por cuestiones externas que las hacen seguir caminos diferentes hasta florecer en ellas unos sentimientos de dejadez y de culpa drásticos.
Ingrid Bergman dirigió de forma magistral esta humilde pero sensacional historia que no hace más que mostrar las complicaciones de cuidar a una familia si no tienes los cinco sentidos en ella. Viendo como el trabajo puede absorber a alguien en detrimento de los tuyos y hacer que el amor y el respeto se pierdan.
Pudo haberse llevado perfectamente el Oscar Bergman por este papel, en el que Liv Ullman estuvo a su altura y por momentos fue superior. Imprescindible drama que juega con la psicología de una familia y la lleva a límites profundos.



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