El deporte combinado con historias de amor no es nada nuevo. Hasta directores como Sam Raimi más especializado en terror que otra cosa se animó con el tema dirigiendo ¨Entre el amor y el juego¨ y consiguió algo medio decente, gustara más o menos.
En esta ocasión nos encontramos con un bodrio de proporciones épicas, de valor cinematográfico nulo y con algunas de las peores actuaciones de la historia. El deporte en esta ocasión es el lacrosse y el romanticismo corre a cargo de dos actores que ya coincidieron en ¨Crepúsculo¨.
Si a todo esto sumamos todos los clichés posibles que podamos encontrar en una trama y personajes pues apaga y vámonos. Floja, mala y vacia. Hay muchas películas que se pueden considerar pastelosas o rosas pero a veces encandilan hasta al más pintao. Aquí no hay nada de magia. Mejor pasar de ella.
Kelley
1
El deporte combinado con historias de amor no es nada nuevo. Hasta directores como Sam Raimi más especializado en terror que otra cosa se animó con el tema dirigiendo ¨Entre el amor y el juego¨ y consiguió algo medio decente, gustara más o menos.
En esta ocasión nos encontramos con un bodrio de proporciones épicas, de valor cinematográfico nulo y con algunas de las peores actuaciones de la historia. El deporte en esta ocasión es el lacrosse y el romanticismo corre a cargo de dos actores que ya coincidieron en ¨Crepúsculo¨.
Si a todo esto sumamos todos los clichés posibles que podamos encontrar en una trama y personajes pues apaga y vámonos. Floja, mala y vacia. Hay muchas películas que se pueden considerar pastelosas o rosas pero a veces encandilan hasta al más pintao. Aquí no hay nada de magia. Mejor pasar de ella.
Me gusta (0) Reportar