Ficha El gran Lebowski

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Críticas de El gran Lebowski (1)


mahotsukai

  • 2 Oct 2019

5



Sobrevalorado film de humor negro de los Hermanos Cohen, considerada por una fanitacada como “película de culto”, y que incluso originó un Lebowski Fest, que se realiza desde 2002.

Dude Lebowski es un desempleado fanático de los bolos que resulta confundido por un par de matones que buscan un hombre de su mismo apellido, Lebowski, para secuestrarlo. Molesto porque los delincuentes destruyen su alfombra, decide ir en busca del verdadero Lebowski para exigir que lo indemnice por su alfombra, pero éste le pedirá que le ayude a entregar por él una recompensa ya que su esposa ha sido secuestrada.

Los orígenes de “El Gran Lebowski” (1998) se encuentran hacia 1985 cuando los Hermanos Cohen buscaban distribuir su film “Blood Simple” (1984). Por ese entonces, los Cohen idean un guión en base a un personaje prototípico para ellos, que construyeron en base a dos amigos suyos: Jeff Dwod, apodado “The Dude” y quien gustaba de los rusos blancos; y Pete Exline, un veterano de la Guerra de Vietnam que vivía en una pocilga y estaba orgulloso de la alfombra de su living, y quien era un fanático del softbol, que los Cohen cambiaron en el guión a bolos, porque lo consideraban un deporte que permite a los jugadores compartir conversaciones, cervezas y risas. Sin embargo, dada la manía confesa de los Cohen de dejar proyectos inconclusos cuando sienten que están empantanados, el proyecto recién vería luz hacia 1996, tras la aclamada “Fargo”.

Los Cohen señalan como principal influencia para “El Gran Leboswki”, la novela negra “The Big Sleep” (1939) de Raymond Chandler, autor caracterizado por ser muy irónico y cínico en sus trabajos, y quién le otorga al dinero y la búsqueda del poder un rol preponderante a las relaciones humanas y las consecuentes situaciones de crimen, injusticia y marginalidad. Ciertamente, el film respira un aire de este tipo, pero no me queda del todo claro si la manía de los Cohen de incluir escenas ultra extrañas y sarcásticas, que a todo esto se convierten en los momentos más destacados del film, realmente le sirve al film en la exposición del hilo argumentativo, en donde siempre parece ser que se van por las ramas y nunca regresan al tronco.

En realidad, aunque he visto poco de los Hermanos Cohen como para definir mi postura hacia su cine, que suele mezclar muchos géneros, incluir personajes excéntricos y “tramas muy complejas que al final quedan reducidas a historias de poca importancia”, como el mismo Joel Cohen señaló en una entrevista, lo que he visto hasta ahora, sin ser propuestas malas, no alcanza para que yo les rinda pleitesía.

Aplaudo el carácter irónico y estrafalario que intentan impregnar a sus películas, pero en la práctica este elemento más bien se encuentra en los personajes que crean y no en el conjunto de la propuesta. El hecho de que reconozcan que las historias parecen ser lo menos importante al final de cuentas, respecto a los personajes, requiere de una habilidad especial para que en su conjunto la película no parezca flaquear en el argumento. Y eso no siempre se logra y es lo que algunos le criticamos a los Cohen.

Posiblemente, su estatus de culto se deba a lo bizarro y estrafalario de sus personajes, que para el público estadounidense especialmente se han convertido en referentes generacionales. “Dude” es un tipo desempleado, aficionado a los rusos blancos y a los bolos, y que aún así tiene tiempo y los medios como para pasársela bien y no buscar trabajo. La idea de que Dude resulta más molesto por el hecho de que unos matones meen su alfombra que por la golpiza que recibió, y que decida ir con el verdadero objetivo a secuestrar, el millonario paralítico Leboswki, nos da una idea de qué tipo de absurdo mueve el film. Más cuando al conocer al magnate, se encuentre con la oportunidad de conseguir algo de dinero, cuando el ricachón le ofrezca 18 mil dólares por entregar 1 millón a los secuestradores de su joven esposa, quien le debe dinero a un empresario pornográfico. Jeff Bridges (“Starman”, 1984; “Los Fabulosos Baker”, 1989; “Crazy Heart”, 2010) fue el encargado de encarnar a este cínico marihuana y vago, y ofrece una actuación convincente, no cabe dudas, en donde se le puede ver con sobrepeso, chascón (greñudo) y mal aseado.

John Goodman (“Arachnophobia”, 1990; “Barton Fink”, 1991; “Los Picapiedra”, 1994) es Walter Sobchak, lo mejor del guión y del film, un tipo violento, explosivo e imbécil, cuyos errores meterán en serios problemas a Dude. Goodman está decididamente gigante en su papel, teniendo sus mejores momentos cuando lanza una maleta con ropa interior sucia en lugar del dinero del rescate a los secuestradores; su disputa sobre las reglas del bolo con una pistola y aquella notable con las cenizas de Donny, guardadas en un tarro de café y lanzadas al viento. Los Cohen señalaron que se inspiraron en su amigo, el guionista John Milius, director de “Conan, el bárbaro” (1982) y Lew Abernathy, amigo a su vez de Peter Exline, “The Dude”.

Steve Buscemi (“Perros de Reserva”, 1992; “Pulp Fiction”; 1994; “Fargo”, 1996), actor de culto, tiene un papel secundario, que bien podría haber sido mejor tratado, como Doony, el amigo opacado de Dude y Walter. Especialista en personajes extraños y de dudosa reputación, los Cohen desperdician el talento de Buscemi lamentablemente.

El reparto lo completan David Huddleston (“Frantic”, 1988) como Jeffrey Leboswki, el neurótico y malhumorado magnate discapacitado, que al parecer no es millonario en sí y que ningunea a su leal y servicial Brandt, interpretado por Philip Seymour Hoffman (“El talentoso Mr. Ripley”; “Capote”, 2005; Saga “Los Juegos del Hambre”, 2013-2015); Julian Moore (“The Lost World: Jurassic Park”, 1997; “Hannibal”, 2001) como Maude Lebowski, la feminista hija de Lebowski, que se dedica al avant-garde; Ben Gazzara (“El viaje de los malditos”, 1976) es el pornógrafo JackieTreehorn, y Peter Stormare (“Fargo”, 1996; “8mm”, 1999; “The Brothers Grimm”, 2005), el nihilista secuestrador Uli Kunkel, quien lidera la banda de matones que secuestró a Bunny Leboswki, interpretada por Tara Reid (“Leyenda Urbana”, 1998; “American Pie”, 1999).

Carter Burwell fue el compositor de la banda sonora del film, mientras que T-Bone Burnett se hizo cargo de la selección de canciones para elfilm, en donde hay de todo, preferentemente música de los 60s y 70s de Kenny Rogers, Bob Dylan, Creedence Clearwater Revival y The Rolling Stones, e incluso Henry Mancini, creador de la música de la Pantera Rosa. Los Cohen justificaron tanta diversidad de estilos, que incluyó hasta música tecno, a la variedad de personajes del film, demandando cada uno su tipo de música.

Un resumen, una comedia sarcástica que salva por sus personajes más que nada, y donde la trama lamentablemente no resulta transcendental. Los Cohen, con su ironía y cinismo, en mi opinión, no han alcanzado la maestría que Quentin Tarantino, por ejemplo, ha logrado con historias similares, y en donde el director de “Pulp Fiction” (1994) sí logró el equilibrio. Ésa es la realidad, aunque los “intelectuales” digan que no lo es.

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