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Esta es una película de acción; pero no de ésas donde las balas esconden la falta de una trama o la deficiencia de su guión. No. Aquí nos encontramos con un film serio, hecho con talento, que tiene una historia entretenida y que posee algunas secuencias notables (como el tiroteo en el museo Guggenheim de Nueva York). Sí se puede reprochar que el personaje de Clive Owen está algo gastado, y que a veces parece un prototipo ya demasiado conocido. También el final cae en un cierto facilismo, y el director utiliza la salida más fácil -matar al malo. Sin embargo, la complejidad de un crimen organizado auspiciado por grandes corporaciones comerciales, como el banco IBBC de Luxemburgo, vuelve muy difícil el combatirlo. En otras palabras, aquí los buenos no ganan, porque el sistema sigue funcionando aunque mueran algunos de sus protagonistas. Y ésa temática resulta novedosa dentro de los thrillers de acción y espionaje. Entretenida e interesante.

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