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Fallida tercera parte de la saga de coches tuneados antes de su giro y aumento de reputación comenzado a partir de la cuarta entrega...

Lo que tenemos en esta cinta es el típico pastiche para adolescentes con chicas despampanantes, coches espectaculares, un argumento muy flojo y conversaciones pseudo-filosóficas que dan bastante vergüenza ajena.

Sólo se salvan las escenas de acción (no todas), algún que otro chiste y cierto cameo final que supone un guiño necesario a los fans de la saga.

¡Y ese Lucas Black! De lo peorcito que se ha puesto delante de una cámara... ¿De dónde se han sacado a este individuo?

Un suspenso bien merecido.

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