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Tan espantosa como la primera parte objetivamente hablando, solo que dentro del refrito que supone dentro de las groserías y de la estupidez de sus gracietas es algo más original, su historia es más disparatada y tiene más momentos que consiguen sacar al menos una risa sincera.

Otro factor que quizá influya en que se me haga más llevadera es el doblaje de Flo, y eso que no aguanto a este tipo, pero cuando dobla me entra una cierta nostalgia por los tiempos de El Informal.

Eso sí, la fórmula no cambia con respecto a la primera. Austin Powers sigue siendo inaguantable y el Dr. Maligno me sigue haciendo algo de gracia, y salvo la aparición de Gordo Cabrón o los sinónimos del aparato masculino, el resto es una infamia.

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