Ficha Rocky 2

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Críticas de Rocky 2 (1)


mahotsukai

  • 3 Dec 2019

10



Destacable secuela del clásico “Rocky” (1976) de John G. Avildsen, que continúa con la historia del más importante boxeador de la historia del cine.

Tras el disputado combate que coronó por puntos a Apollo Creed sobre Rocky Balboa, el Semental Italiano intenta encontrar su camino en diversos oficios, para terminar, dándose cuenta que el boxeo es lo suyo. En tanto, Apollo no puede superar no haber ganado a Rocky por Knock out y lo retará a una revancha.

Tras el enorme éxito de crítica y taquilla de “Rocky” (1976), los productores Robert Chartoff e Irwin Winkler se embarcaron rápidamente en una secuela de la épica historia del boxeador de barrio que casi le arrebata el título de Pesos Pesados al campeón invicto, solicitando a Sylvester Stallone que escribiera el nuevo guión, quien ya tenía por supuesto el protagónico reservado, y a John G. Avildsen que encabezara nuevamente el proyecto. Sin embargo, Avildsen rechazaría la oferta por estar involucrado en la filmación de “Saturday Night Fever” (1978), encontrando Stallone la oportunidad de proponerse como director, propuesta que los ejecutivos de la United Artists declinaron en primera instancia debido a su falta de experiencia dirigiendo películas. De hecho, Stallone había recientemente debutado como director con “The Paradise Alley” (1978), que pasó sin pena ni gloria a pesar del éxito de “Rocky” (1976). El ítalo estadounidense, no obstante, encontraría en Chartoff y Winkler los perfectos aliados para hacer cambiar de opinión a sus detractores, recordándoles que gran parte del éxito de la película de Avildsen se debió al esforzado trabajo de Stallone.

Una de las cuestiones que resultó realmente efectiva en el guión fue la decisión de Sylvester Stallone de tomar como base el mismo guión de “Rocky” (1976) y proyectar la dramática historia de sacrificio y lucha contra la adversidad del púgil de barrio en el presente y futuro inmediato. Y con ello no me refiero solamente a la acertada secuencia inicial que resume el espectador combate de 15 asaltos entre Apollo y Rocky que sirve de excelente carta de presentación para esta secuela, sino también al nuevo desarrollo narrativo de la nueva situación económica y emocional del Semental Italiano que busca encontrar su camino luego de haber rozado de gloria y asumir que el combate le había dejado con serias secuelas físicas en su visión. Stallone profundiza, entonces, en la psique del púgil contrariando la posibilidad de comprar una bella casa y un automóvil con una falsa sensación de seguridad y estatus social que parece haberle dado su “honrosa derrota” ante Creed. La realidad terminará por ser demasiado brutal para Rocky que se dará cuenta que mientras no encuentre la realización en lo que realmente le apasionada y para lo cual nació, no encontrará su destino.

Toda esta premisa supone en sí la gran pelea que Rocky Balboa deberá ganar. Es cierto que conforme avance de la trama va asomando la inminente y esperable posibilidad de una revancha con Apollo Creed, pero el guión abordará más bien las cuestiones emocionales y existencialistas por las que atraviesa el Semental Italiano y que son, en la práctica, la montaña que deberá subir. Las secuencias que muestran al repentinamente famoso púgil ítaloamericano filmando avisos comerciales, pero siendo tratando como un producto comercial o derechamente como un estúpido, y el rotundo fracaso de Rocky de encontrar un trabajo más digno que no sea el de boxeador de barrio, dan cuenta precisamente de esta crisis existencialista sobre la identidad del individuo, además de trabajar una evidente crítica social al superficial mundo de la publicidad que rodea a todos los deportistas.

Lo anterior, por supuesto, está relacionado con el espíritu primigenio de “Rocky” (1976), que es el de sudar sangre para superar la adversidad y alcanzar los objetivos. “Rocky II” (1979) tiene indudablemente gran parte de ese espíritu, sin embargo, también es cierto que debió luchar bastante con lo que significó “Rocky” (1976) para no perder esa esencia dramática. Contra todo pronóstico, Stallone se las arreglará para encontrar los hilos del tejido narrativo de la precuela que presentaba un personaje sin nada que perder y mucho que ganar y que había encontrado como premio no el título sino una nueva vida, pero en “Rocky II” (1979) abordará un personaje bastante más complejo que en la película dirigida por Avildsen -contrariado, defraudado y perdido- y en donde se hace necesario que asuma nuevos retos y desafíos, y en gran medida ello se posibilita porque ya no es el mismo, y no es el mismo porque tiene el pilar emocional que no tenía antes de enfrentarse a Apollo en la primera pelea. La llegada de su primer hijo y el establecimiento de la estabilidad emocional le permitirán replantearse y fijarse un nuevo objetivo, el Campeonato de los Pesos Pesados.

Por otra parte, Stallone profundizará en la personalidad de Apollo Creed resaltando, respecto a la precuela, su carácter arrogante y bravucón, en especial cuando el campeón de los Pesos Pesados demuestre su frustración tras no haber sido capaz de vencer a Balboa por Knock out y reciba múltiples críticas por haber supuestamente arreglado su estrechada victoria en la pelea. El trato medianamente despectivo que había mostrado hacia Rocky en la primera película poco a poco se tornará más violento y humillante debido al ego herido del campeón y la negativa de Rocky, en primera instancia, de aceptar una revancha. Aunque es el natural cauce que debía tomar la rivalidad entre Apollo y Rocky, este elemento terminará por ser una evidente tendencia a estereotipar a los villanos, que veremos de forma más marcada en las secuelas de la saga (1976-2006) con Clubber Lang e Ivan Drago principalmente.

En “Rocky II” (1979) también veremos la evolución de los personajes secundarios, en donde evidentemente destaca Adrianna Balboa. La ahora esposa de Rocky se convertirá definitivamente en su principal pilar emocional a partir de este momento y en el resto de las secuelas, dejando atrás la imagen de la tímida y apocada chica cegatona de “Rocky” (1976). De hecho, también asomará su fuerte carácter y entereza, situación que ni siquiera Paulie, su borracho y abusivo hermano, esperaba. En cierta medida, Paulie terminará por respetar a su hermana a pesar de que insista en intervenir en su vida personal y matrimonial como ocurre cuando le recrimina que no apoye a su esposo. Otro personaje que muestra una evolución es Mickey, que asume concretamente el rol de mentor de Rocky, convirtiéndose en uno de los personajes más entrañables y emblemáticos de la saga. Mickey es el principal impulsor del regreso de Rocky al cuadrilátero, quien más cree en sus habilidades y espíritu de superación y, por tanto, luego de una relación no menos conflictiva, se convertirá en una fuerte figura paternal para Rocky, de quien no se nos cuenta demasiado sobre sus orígenes.

De esta forma, Stallone, consciente o no que estaba terminando de consolidar al personaje de su vida, incluso por sobre el otro emblemático personaje que crearía 3 años después en “First Blood” (1982), comenzará a construir un propio universo narrativo y personajes que se convertirían en emblemáticos del cine dramático y deportivo. Para ello acierta en reincidir en los personajes anclas, repitiendo el reparto principal y secundario que tan excelentes resultados le había dado en “Rocky” (1976) junto a Talia Shire (“The Godfather II”, 1974) como Adrianna Balboa, Carl Weathers (“Predator”, 1987) como Apollo Creed, Burt Young (“Chinatown”, 1974) como Paulie Pennino, Burgess Meredith (Serie “Batman”, 1966) como Mickey y Tony Burton como Tony “Duke” Evers, entrenador de Apollo. Tras los derroteros que tomaría la franquicia en el futuro algunos permanecerían siendo parte de la historia de Rocky, mientras que otros no.

Con un presupuesto bastante mayor al de la precuela, de US$7 millones, Stallone logró proyectar escenas más intensas y emocionantes que quedarían, con total justicia, en la imagenería popular. El fotógrafo Bill Butler (“Jaws”, 1975; “One Flew Over the Cuckoo’s Nest”, 1975) trabaja menos la fotografía depresiva que James Crabe abordó en “Rocky” (1976) en gran parte por la nueva situación de Rocky, pero también encuentra momentos en la trama como para proyectar las contradicciones que produce en el protagónico los constantes cambios. Evidentemente resaltará más la etapa del entrenamiento de Rocky desde el levantamiento de pesos, pasando por el baile de cuerdas y la persecución de la gallina hasta la emblemática secuencia, a modo de remake, del Semental Italiano corriendo por las calles de Philadelphia y que en este caso contagia a una enorme cantidad de niños, cual “Flautista de Hamelín” que lo siguen hasta la escalinata del Museo de Arte de Philadelphia. Una secuencia de la cual es imposible no emocionarse profundamente.

Para lograr la condición física necesaria para interpretar a Rocky Balboa, Stallone siguió al pie la letra la dieta que su entrenador Franco Columbu le exigió, consumiendo grandes cantidades de yogurt, además de una extenuante rutina de ejercicios. Durante un entrenamiento, sin embargo, Stallone se lesionó el pectoral izquierdo por excesivo peso y para no suspender el rodaje modificó el guión e incluyó la idea de que Rocky boxeara con la mano cambiada, haciendolo ambidiestro, como una estrategia de Mickey para desorientar a Apollo Creed en el cuadrilátero. Stallone también se las arregló para rodar las escenas de Talia Shire quien estaba inmersa en la filmación de “Old Boyfriends” (1979). Para ello justificó la ausencia de Adrianna en la pelea debido a su delicado estado de salud, siendo finalmente filmadas sus escenas después del fin del rodaje, en la etapa de postproducción.

Como era de esperarse, Stallone no podría concebir la secuela sin el enorme talento de Bill Conti. El futuro ganador del Oscar por “The Right Stuff” (1983) explorará un estilo más clásico y sinfónico como en “Conquest”, que tiene marcadas notas de tono beligerante (en alusión a una batalla) sin dejar de lado melodías dramáticas y hasta románticas como “Vigil” y “All of my life” que recuerdan a “Going to the distance” de “Rocky” (1976) y otras menos Funky y más cercanas a la balada rock como “Redemption”. Por supuesto, reversionará la inspiradora e inolvidable “Gonna Fly Away”, el más emblemático corte del score de la saga.

“Rocky II” (1979) no sería especialmente alabada por la crítica, pero sí considerada una gran secuela, sobre todo teniendo en cuenta el enorme éxito e impacto de su precuela. En general, la crítica destacó la fuerza narrativa de la historia y su no renuncia a los principios dramáticos que sustentaron el éxito del primer film, siendo una destacable y satisfactoria continuación de la historia del púgil de barrio que derrota la adversidad y conquista finalmente el Campeonato de los Pesos Pesados. Por lo demás el batacazo comercial que supuso se reflejaría en los contundentes US$200 millones que recaudó y que consolidó a Stallone como una estrella indiscutida, impulsándolo a idear una tercera entrega (para algunos innecesaria pero igualmente exitosa) y un proyecto alterno que se convertiría en una de las sagas de acción más importante del cine, “First Blood” (1982).

En resumen, una destacable y entrañable secuela que complementaría perfectamente el inspirador film de 1976, ganándose merecidamente sus propios bonos y convirtiéndose, por lejos, en la mejor secuela de “Rocky” (1976-2006). No cabe duda de que es una película tan conmovedora e inspiradora que su predecesora.



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