Biopic que se centra en el ascenso político (y no tanto en la homosexualidad) y posterior caída de Harvey Milk, un activista homosexual que decidió luchar por los derechos de un colectivo que ha sido históricamente perseguido.
La homosexualidad siempre ha sido un tabu. Recordar films, no tan lejanos en el tiempo, como ¨Philadelphia¨ o ¨Brokeback Mountain¨, que en el momento de su estreno fueron transgresores y polémicos a la vez, por defender en su discurso, a un colectivo, por el que gran parte de la sociedad aún siente rechazo, hace que, en cierta medida, tienda a realizar algunas comparaciones.
Milk, es un film que no levanta ampollas y que no emociona ni entusiasma como hiceran esos otros. Eso no quita que Gus Van Sant haya realizado un film de gran calidad y factura, que se sostiene gracias a la brillante interpretación de Sean Penn y al gran elenco de secundarios que le apoyan, como James Franco, Emile Hirsch, Joshn Brolin y un largo etcétera.
Pero el film resulta un convencional biopic político, en el que no hay espacio real para lo que frustraba al colectivo gay de la época, ni para nada más que no sea centrarse en el protagonista absoluto: Milk.
Con esto no quiero quitarle mérito al film. Está bien realizado y resulta interesante y convincente, pero le falta aglo más para destacar tanto dentro del género del biopic como para destacar en el discurso de la defensa de los derechos del colectivo gay.
NoFear
7
Biopic que se centra en el ascenso político (y no tanto en la homosexualidad) y posterior caída de Harvey Milk, un activista homosexual que decidió luchar por los derechos de un colectivo que ha sido históricamente perseguido.
La homosexualidad siempre ha sido un tabu. Recordar films, no tan lejanos en el tiempo, como ¨Philadelphia¨ o ¨Brokeback Mountain¨, que en el momento de su estreno fueron transgresores y polémicos a la vez, por defender en su discurso, a un colectivo, por el que gran parte de la sociedad aún siente rechazo, hace que, en cierta medida, tienda a realizar algunas comparaciones.
Milk, es un film que no levanta ampollas y que no emociona ni entusiasma como hiceran esos otros. Eso no quita que Gus Van Sant haya realizado un film de gran calidad y factura, que se sostiene gracias a la brillante interpretación de Sean Penn y al gran elenco de secundarios que le apoyan, como James Franco, Emile Hirsch, Joshn Brolin y un largo etcétera.
Pero el film resulta un convencional biopic político, en el que no hay espacio real para lo que frustraba al colectivo gay de la época, ni para nada más que no sea centrarse en el protagonista absoluto: Milk.
Con esto no quiero quitarle mérito al film. Está bien realizado y resulta interesante y convincente, pero le falta aglo más para destacar tanto dentro del género del biopic como para destacar en el discurso de la defensa de los derechos del colectivo gay.
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