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Nominada en los Goya a mejor película europea, Patricia Clarckson en el elenco... Bueno, ya tenía varios motivos para verla con algo más de alegría pero... todo se vino abajo cuando me percaté de que era inglesa y que a los 10 minutos ya percibí ese tufillo de humor british naftalítico...
Cierto es que la idea no era mala, tenía su pequeño atractivo, una mujer que es nombrada ministra del gobierno y para celebrarlo reune a unos cuantos amigos que guardan personalidades algo particulares de las cuales la más destacable es la de, como no, Patricia Clarckson, que utiliza la ironía en cada momento, el encuentro se convierte en un supuesto sindios cuando el marido de esta confiesa su estado vital.

El resto, no brillan, todos parecen de cemento, sin gracia, grises como una tarde otoñal irlandesa... Las tramas que se entrelazan no logran alcanzar el climax en ningún momento y el humor, que supuestamente lo hay, a mi no me motiva nada, esos chistes dichos sin gracia, como preparados... ustesdes perdonen, pero no es lo mío.

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