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Me ha sorprendido. No suelo ser muy amigo de las comedias ¨idiotas¨ porque normalmente suelen tratarse del típico batiburrillo de banalidades sin sentido intentando sacar la carcajada fácil en todo momento.

Zoolander va un poco más allá. No, no es ninguna obra maestra de la comedia, pero joder, una comedia tiene la función de hacer reír y conmigo lo consiguió un par de veces, y no por pena precisamente como en las famosas ¨movies¨.

El humor a pesar de no tener sentido porque es demasiado exagerado, cargada con un reparto de actuaciones sobreactuadas y con sus correspondientes cameos que normalmente no tienen pies ni cabeza más que para darle un poco de publicidad a su estreno, tiene sentido, porque si es así de exagerada y patética en muchos momentos es porque se trata de una sátira, y para colmo es una sátira del mundo superficial, vacío e idiota que es, no solo el mundo de los modelos sino de los pijoteros de tres al cuarto.

Y ya está, no tiene mucho más que eso, un rato de situaciones cuasi forzadas hasta el ridículo, pero que no resulta ser un ridículo para quien se ha encargado de rodar esto sino que se queda solo en el ridículo de ese mundo.
Y como había dicho antes, sus gags no son un montón de situaciones al azar porque sí, sino que tienen cierta coherencia con lo que se está parodiando, obviamente es humor fácil, pero tampoco se va al lado oscuro de chistes obscenos, es más, hay situaciones que llegan a ser encantadoras, como por ejemplo la parte en la que el protagonista ¨trabaja¨ en la mina, el colegio ¨para hormigas¨ o la escena de las mangueras, algo más burra pero que a mi me hizo gracia.

Lo dicho, es patética, forzada, exagerada y todos los adjetivos que queráis, pero recuerden, está así por el contexto de la sátira, así que quien no lo capte, o directamente no soporte este tipo de humor aunque sea consciente de este detalle, se llevará un jarro de agua fría.

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