No por nada la dupla de oro (Matt Damon y Ben Affleck) se llevó el Oscar para la casa por mejor guión, ya que En Busca del Destino es todo lo que cualquier persona con disyuntivas emocionales podría necesitar. Todos llegamos a un momento donde no sabemos qué camino tomar: el de atreverse por esa remota oportunidad, o simplemente jugarla segura, cortar por lo sano y deshechar la buena mano que se tiene. Claramente no es una decisión fácil, pero les pregunto a ustedes, lectores, ¿vale la pena sufrir para llegar a la felicidad?, ¿o es mejor ahorrarse el sufrimiento, sin siquiera conocer la felicidad? Bueno, eso es decisión de cada uno, pero esta película es un gran ejemplo de lo que significa vivir la vida, con una buena mano y una mala mano, cómo salir adelante, como caerse y levantarse, y de cómo atreverse a disfrutar las pequeñas grandes cosas que todos tenemos por delante. Se nos presenta la risa, las lágrimas, lecciones, y una perspectiva pequeña de lo que es la sicología del amor. Si a todo esto le sumamos desempeños notables (Robin Williams merecidamente ganó su correspondiente galardón), y una extraña dinámica que hace volar la película, creo que tenemos en nuestras manos una promesa (que ya fue y es en todo caso), que todos deberían ver, no solamente para entender lo que significa crear sentimientos de la nada, pero para entender cómo encontrar las gracias en la vida.
thirstyforblood
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No por nada la dupla de oro (Matt Damon y Ben Affleck) se llevó el Oscar para la casa por mejor guión, ya que En Busca del Destino es todo lo que cualquier persona con disyuntivas emocionales podría necesitar. Todos llegamos a un momento donde no sabemos qué camino tomar: el de atreverse por esa remota oportunidad, o simplemente jugarla segura, cortar por lo sano y deshechar la buena mano que se tiene. Claramente no es una decisión fácil, pero les pregunto a ustedes, lectores, ¿vale la pena sufrir para llegar a la felicidad?, ¿o es mejor ahorrarse el sufrimiento, sin siquiera conocer la felicidad? Bueno, eso es decisión de cada uno, pero esta película es un gran ejemplo de lo que significa vivir la vida, con una buena mano y una mala mano, cómo salir adelante, como caerse y levantarse, y de cómo atreverse a disfrutar las pequeñas grandes cosas que todos tenemos por delante. Se nos presenta la risa, las lágrimas, lecciones, y una perspectiva pequeña de lo que es la sicología del amor. Si a todo esto le sumamos desempeños notables (Robin Williams merecidamente ganó su correspondiente galardón), y una extraña dinámica que hace volar la película, creo que tenemos en nuestras manos una promesa (que ya fue y es en todo caso), que todos deberían ver, no solamente para entender lo que significa crear sentimientos de la nada, pero para entender cómo encontrar las gracias en la vida.
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