Ficha La lista de Schindler

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Críticas de La lista de Schindler (1)


mahotsukai

  • 2 Oct 2019

10



Brutal, conmovedora e histórica película basada en los esfuerzos del empresario nazi Oskar Schindler por salvar vidas judías en plena Segunda Guerra Mundial, archipremiada con 7 Óscar, 7 BAFTA y 3 Globos de Oro.

La cinta narra cómo el empresario nazi Oskar Schindler inicia en Cracovia, Polonia (recientemente invadida por el ejército nazi) una fábrica de artículos de cocina, y para tener mano de obra barata, acuerda con el director de un campo de concentración usar prisioneros del gueto judío de Cracovia, dependiendo de su contador, por cierto judío, Itzhak Stern. A medida que avanza la trama, Schindler se dará cuenta que su contador inicia un plan de rescate de la mayor cantidad de prisioneros judíos bajo esa excusa, y lejos de terminar con las intenciones de su ayudante, ayudará a su contador en esta labor hasta que la situación se lo permita.

Basada en la novela ¨Schindler¨s Ark¨ (1982), de Thomas Keneally, Steven Spielberg se saca de cuajo su estela de director de blockbusters y éxitos de cine convencionales, para lanzar este verdadero grito histórico cuyo impacto y conciencia despertó en su momento a un mundo que miraba el horror del holocausto como un hecho impreso en los libros de historia, advertido por algunos, negado por otros. Es que sí hay algo que caracteriza este film, es sin duda la crudeza, el apego histórico y la marca humana en el horror de la guerra, lo que la convierte en una verdadera obra maestra de más de 3 horas.

Muchos no dudaron en catalogar a Óskar Schindler como un héroe, y vaya que lo fue, en especial cuando se conoció de forma más masiva su historia a través de la película. Sin embargo, Spielberg no dudó en retratarlo de forma realista y no idealista, dejando de lado la rápida y fácil simpatía que el espectador pudiera tener por él para mostrar la transformación de la conciencia de un hombre, que comenzó aprovechándose de la situación de los judíos, prisioneros raciales, para bienestar económico propio, enriqueciéndose, hasta convertirse en el salvador de aproximadamente 1.200 judíos, cuyas generaciones han desembocado en la actualidad en más de 6.000 descendientes.

De esta forma, con una tremenda dirección narrativa, Spielberg se dedica a relatar, probablemente, la más humana de las historias de la guerra (junto con ¨La vita è bella¨, 1997, de Roberto Benigni), en la que el espectador resulta rotundamente impactado, por un parte, por el horror de la guerra, por el odio racial, la deshumanización absoluta del hombre en su afán por conquistar, liquidar y no dejar vestigios de su rival, la crueldad y la violación sistemáticas de los derechos humanos, la tortura psicológica y física, el asesinato y eliminación sistemática de un grupo racial, pero también cómo desde toda esta cadena de aberraciones, la esperanza, la solidaridad y el respeto emergen como una luz que si bien no pudo inundar la oscuridad absoluta de aquellos años, logró ser un símbolo de la superviviencia y del respeto por la vida. La película, entonces, a pesar del evidente aire depresivo que tiene, posee un mensaje esperanzador, del cuál un grupo de seres humanos logra escapar y sobrevivir.

Lejos de recurrir a lo cursi, a lo amarillista, a lo morboso, Spielberg va entregando dosis perfectas de tensión, entremezcladas con formas crudas de humillación, de violencia física y psicológica, de asesinatos y eliminación, en la cual el impacto sobre el espectador va más allá de la crudeza de la escena, generando una conmoción en él, que va más allá del grupo racial objeto de esta violencia, que algunos ¨enfermos mentales¨ han defendido, por cierto. Sí acá el punto es cómo el hombre arremete contra su par, independiente de que grupo racial sea, con el objetivo de destruirlo en todas las formas posibles. En ese sentido, esta película no es sólo un homenaje a los millones de judíos exterminados en la Segunda Guerra Mundial, sino a la humanidad completa.

La cantidad de escenas perturbadoras con las que Spielberg bombardea al público son de ascendente impacto y crudeza, muchas de ellas, por cierto verídicas, llevan a un sentimiento que paraliza, angustia y horroriza, además de generar un sentimiento de impotencia, como el niño que es expulsado por otros niños que están escondidos en un retrete lleno de excremento; los soldados que asesinan a sangre fría a un anciano manco, que según ellos, no genera producto trabajado; como el infame de Goeth se ¨divierte¨ con su rifle asesinando de forma antojadiza y aleatoria a los prisioneros que según él trabajaban lento o estaban descansando del trabajo forzado; la escenas de cientos de cadáveres transportados en carretas, apilados, quemados en los hornos nazis, las cámaras de gas, en fin, un sin de atrocidades que ni el más incrédulo podría negar y que responden a la decisión del por entonces general Dwight David “Ike” Eisenhower de grabar la masacre, porque ¨no va a faltar ¨el imbécil¨ que niegue estos acontecimientos¨, según sus propias palabras.

Pero ¨La Lista de Schindler¨ aparte de tener un gran guión de Steven Zaillian (no exento de polémicas, hay que decirlo), tiene también el mérito de contar con un elenco de actores que realmente sorprende y convence absolutamente. Los personajes protagónicos, que podríamos señalar son 3, Óskar Schindler (Liam Neeson), Itzhak Stern (Ben Kingsley) y Amon Leopold Goeth (Ralph Fiennes) son los pilares de la tensión, sin duda. Liam Neeson, que siempre ha tenido actuaciones muy convincentes y notables, no defrauda como el carismático empresario nazi, que saca provecho de su entorno, de sus contactos con nazis y judíos por igual, un ¨criminal aprovechador¨ como él mismo grita en su despedida de los judíos antes de huir. La escena final con las personas que logró salvar es realmente conmovedora y refleja como un hombre que se mantuvo prácticamente duro e incólume durante todo el film, se derrumba emocionalmente, cuando ha llegado el fin. Ben Kingsley, por su parte, es un tremendo actor (ganador del Óscar por su interpretación de Gandhi en 1982) nada que no sepamos, pero lo cierto es que en su rol como el contador judío de Schindler aporta con la seriedad y la gravedad que la situación judía tenía en aquel tiempo, además de ser el promotor de la idea original de salvar vidas bajo la pantalla de una empresa de utensilios de cocina y luego de casquillos de balas. Finalmente, Ralph Fiennes, en mi opinión se luce como el infame Amon Leopold Goeth, el sanguinario y brutal director austríaco del campo de concentración de Plaszow, cuyas atrocidades quedaron registradas en los juicios del Tribunal Supremo Nacional de Polonia, el que lo condenó a muerte tras el fin de la guerra. Fiennes se gana, de entrada, la antipatía del espectador, con el aire fanfarrón, arrogante y despectivo de un típico oficial de la SS, que va escalando dentro de la jerarquía nazi hasta convertirse en director de campo de concentración, en donde tuvo el poder de decidir sobre la vida o la muerte de miles de personas.

De la misma forma, la película, en el aspecto técnico, es una gozada, primero con el inmenso trabajo del polaco Janusz Kaminski (quien trabaja desde entonces con Spielberg) con una fotografía impecable que resalta el carácter histórico, serio y grave de la historia, destacando la escena de la niña judía con el abrigo rojo decididamente; segundo, el montaje de Michael Kahn, que tiene uno que otro ¨detallito¨ que en esta página ya han comentado, pero que de cualquier forma no afecta en la concepción de la película por parte del espectador; y la conmovedora y dramática música de John Williams, que condimenta este tremendo film.

En definitiva, una obra maestra, pilar del cine contemporáneo, que si bien tiene una que otra polémica (como ya dije), en especial a algunos cuestionamientos al guión respecto a los hechos reales y la real importancia de Emilia Schindler en la historia, simplemente cautiva.

Al respecto, y de acuerdo a una entrevista a la biógrafa de Óskar Schindler, la argentina Erika Rosenberg, los productores habrían prescindido de la importancia de Emilie Schindler, viuda del empresario alemán, quien también apoyó a su esposo en la salvación de vidas, concretamente 120 judíos que iban en un camión y cientos de mujeres judías. Según Rosenberg, deliberadamente habrían incitado a Spielberg para que en el guión se le restase importancia a la mujer y así no tener que pagarle los derechos al tener un rol más protagónico en su película, a la que sólo incluyó como sobreviviente judía en la escena final en la tumba de Schindler.

Es probable que toda esta anécdota sea verídica, tomando en cuenta la ambición de los productores, y sabiendo que el mismo Schindler estuvo en conversaciones con el legendario director austriaco Fritz Lang, para dirigir una película que de haber sido rodada hubiese tenido el título de ¨Hasta la última hora¨ y que generaría un 5% para la viuda de Schindler.

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