Richard Curtis empieza a demostrar porque es el mejor director de comedias amorosas. Ya deslumbró con Notting Hill y con El diaro de Bridget Jones, y ahora nos trae esta gran pieza titulada (y con gran certeza), Realmente Amor. Una película ligera, cómica, pero fiel a sus antecesoras, siempre enfocándose en lo que el amor puede hacer. Sin embargo, en esta película nos encontramos con factores diferentes, que hacen de esta una más interesante, y hace reflexionar de otra manera este complicado tema del corazón. Curtis logra demostrar que el amor abarca más sentimientos, y que no es solamente algo que se demuestra en la pareja. Descubrimos como el amor puede ser demostrado con la fuerza de la amistad (o reconocer su merecido valor); como puede superar las barreras del idioma; e incluso que éste puede tener una fuerza aun más grande a edades menores (bastante menor, eso sí). Un largometraje interesante, que muestra distintas vidas, distintas circunstancias, distintas edades, todas carentes -de cierta manera- de la fuerza del cariño. A través de 135 minutos (demasiado para mi gusto), vemos cómo ese fuerte vínculo logra unir, aceptar errores, provocar el atrevimiento a emprender nuevos caminos (el cual se hace muy difícil hoy en día), y aceptar que el amor, simeplemente, en todo momento, está a nuestro alrededor. Lo mejor de esta película es que logra fusionar este gran sentimiento con la época del año donde más tenemos que demostrarlo: navidad. Una película entretenida, para verla con pareja, familia, amigo, y aceptar que el cariño que se tiene siempre es más grande. Las tres estrellas son netamente por la duración de la película, pero definitivamente tiene que ser vista. Se consolida Curtis definitivamente como el rey de las comedias amorosas.
thirstyforblood
8
Richard Curtis empieza a demostrar porque es el mejor director de comedias amorosas. Ya deslumbró con Notting Hill y con El diaro de Bridget Jones, y ahora nos trae esta gran pieza titulada (y con gran certeza), Realmente Amor. Una película ligera, cómica, pero fiel a sus antecesoras, siempre enfocándose en lo que el amor puede hacer. Sin embargo, en esta película nos encontramos con factores diferentes, que hacen de esta una más interesante, y hace reflexionar de otra manera este complicado tema del corazón. Curtis logra demostrar que el amor abarca más sentimientos, y que no es solamente algo que se demuestra en la pareja. Descubrimos como el amor puede ser demostrado con la fuerza de la amistad (o reconocer su merecido valor); como puede superar las barreras del idioma; e incluso que éste puede tener una fuerza aun más grande a edades menores (bastante menor, eso sí). Un largometraje interesante, que muestra distintas vidas, distintas circunstancias, distintas edades, todas carentes -de cierta manera- de la fuerza del cariño. A través de 135 minutos (demasiado para mi gusto), vemos cómo ese fuerte vínculo logra unir, aceptar errores, provocar el atrevimiento a emprender nuevos caminos (el cual se hace muy difícil hoy en día), y aceptar que el amor, simeplemente, en todo momento, está a nuestro alrededor. Lo mejor de esta película es que logra fusionar este gran sentimiento con la época del año donde más tenemos que demostrarlo: navidad. Una película entretenida, para verla con pareja, familia, amigo, y aceptar que el cariño que se tiene siempre es más grande. Las tres estrellas son netamente por la duración de la película, pero definitivamente tiene que ser vista. Se consolida Curtis definitivamente como el rey de las comedias amorosas.
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