Quizá el gran error de esta ambiciosa película sea el mensaje que sale al principio que verifica que está basada en hechos reales, y no es solo por todo ese rollo patatero demagogo que ha arrastrado esto desde su estreno, nah, no es eso, sino que al intentar documentar al espectador sobre unos supuestos hechos reales lo único que queda por delante es un documental de ficción poco entretenido.
No es que sea una queja que en una película haya saturación de información técnica al espectador siempre y cuando enganche al espectador, y aquí no engancha.
Y no es porque la directora no sepa llevar el contenido, al contrario, deja notar su experiencia tras las cámaras en una dirección sobria y con pulso firme, pero a pesar del correcto apartado técnico general, termina siendo inevitablemente aburrida, y es que es eso, se esfuerza más en documentar al espectador que en mantenerlos enganchados.
Realmente se salva del fracaso absoluto por lo que he dicho, está correctamente dirigida, es más, como thriller político, aunque aburrido, no deja de ser interesante pues a lo largo de la cinta se va viviendo una evolución constante en la investigación de la protagonista absoluta de la cinta desde 2002 hasta 2011, resumidos en 150 aburridos minutos, pero no innecesarios.
Sobre la protagonista, a pesar de que se ha alabado la interpretación de Jessica Chantain, no deja de ser un gran cliché, pues su personaje se basa en la típica cabezota que lucha hasta el final superando todo tipo de obstáculos hasta llegar a su objetivo y hacernos ver que todo ha merecido la pena y ese rollo. A mi no me ha transmitido nada especial.
Por lo menos la gran escena final, lo que todo el mundo espera ver tras aguantar las tediosas dos horas de investigación y atentados merece bastante la pena.
Y no hay mucho más que decir realmente, desde el comienzo se influencia al espectador de que el norteamericano es la víctima y debe acabar con el mal, aunque no en un sentido tan exagerado como lo pinto, pero sí que se hace notar, ya que las grabaciones de las víctimas del 11-S no están ahí por casualidad.
No creo que el paso del tiempo le siente muy bie ya que su impacto se debió a que fue estrenada menos de un año después de la muere de Bin Laden, pero con el paso del tiempo solo quedará como un thriller político aburrido y es más, si alguien quiere información buscará en documentales y no en una película, así que esto realmente no aporta demasiado a la historia del cine.
elalfon
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Quizá el gran error de esta ambiciosa película sea el mensaje que sale al principio que verifica que está basada en hechos reales, y no es solo por todo ese rollo patatero demagogo que ha arrastrado esto desde su estreno, nah, no es eso, sino que al intentar documentar al espectador sobre unos supuestos hechos reales lo único que queda por delante es un documental de ficción poco entretenido.
No es que sea una queja que en una película haya saturación de información técnica al espectador siempre y cuando enganche al espectador, y aquí no engancha.
Y no es porque la directora no sepa llevar el contenido, al contrario, deja notar su experiencia tras las cámaras en una dirección sobria y con pulso firme, pero a pesar del correcto apartado técnico general, termina siendo inevitablemente aburrida, y es que es eso, se esfuerza más en documentar al espectador que en mantenerlos enganchados.
Realmente se salva del fracaso absoluto por lo que he dicho, está correctamente dirigida, es más, como thriller político, aunque aburrido, no deja de ser interesante pues a lo largo de la cinta se va viviendo una evolución constante en la investigación de la protagonista absoluta de la cinta desde 2002 hasta 2011, resumidos en 150 aburridos minutos, pero no innecesarios.
Sobre la protagonista, a pesar de que se ha alabado la interpretación de Jessica Chantain, no deja de ser un gran cliché, pues su personaje se basa en la típica cabezota que lucha hasta el final superando todo tipo de obstáculos hasta llegar a su objetivo y hacernos ver que todo ha merecido la pena y ese rollo. A mi no me ha transmitido nada especial.
Por lo menos la gran escena final, lo que todo el mundo espera ver tras aguantar las tediosas dos horas de investigación y atentados merece bastante la pena.
Y no hay mucho más que decir realmente, desde el comienzo se influencia al espectador de que el norteamericano es la víctima y debe acabar con el mal, aunque no en un sentido tan exagerado como lo pinto, pero sí que se hace notar, ya que las grabaciones de las víctimas del 11-S no están ahí por casualidad.
No creo que el paso del tiempo le siente muy bie ya que su impacto se debió a que fue estrenada menos de un año después de la muere de Bin Laden, pero con el paso del tiempo solo quedará como un thriller político aburrido y es más, si alguien quiere información buscará en documentales y no en una película, así que esto realmente no aporta demasiado a la historia del cine.
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