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Comedia de reducido presupuesto que aun así esta protagonizado por un trío de actrices que sin ser la créeme de la créeme de Hollywood, si son lo suficiente conocidas como para sorprenderse al verlas en una producción semejante.

Hay que reconocer la originalidad y la frescura que aporta su historia, pocas veces se recurre a un tema así sin caer en lo sangriento y aquí lo han sabido aprovechar bastante bien, aunque tiene algún que otro bajón notable en el ritmo, pero en conjunto funciona (mas o menos).

Lo que si le pesa (y mucho) es el no haber explotado del todo los personajes de Nikki (una guapísima Amber Heard) y Stella (Jennifer Coolidge aka Madre de Stifler), que daban para mucho más, incluso merecerían el protagonismo por encima del al-principio-interesante-pero-al-final-soso personaje de Alex, típico protagonista cargante que es comido por secundarios con más carisma cada vez que coinciden en una escena.

Se puede ver pero a primera vista parecía ofrecer más de lo que en realidad es, prometía mucho humor y escenas divertidas y al final se queda a medias, te ríes pero no tanto como era de esperar. Para pasar el rato.

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