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Enrique Jardiel Poncela, fue y es un dramaturgo español que no recibió todo el reconocimiento que merecía, sus textos eran y son inteligentes y la políitca de su época ni los intelectuales de entonces supieron captar su inteligente esencia.
Esto es un teatro estelar, todo ello brilla con fervor, los personajes resplandecen con su propia personalidad, los actores dan autenticidad a sus personajes, el argumento es de lo más interesante, está hilado con una inteligencia suprema y profundizan en los temas perfectamente. El teatro trata sobre la inmortalidad, el existencialismo( un tema poco tocado, parece que quema...), los pros y los contras del vivir. Si en un principio están encantados de tomar la pócima para ser inmortales, se les ve muchos años después en una isla desierta detestando su existencia, todo lo que les rodea, y ven el sinsentido de la vida, sienten el hastío, ven como sus nietos mueren mientras ellos deambulan por la vida siendo aparentemente jóvenes, la estancia con los humanos les parece insoportable...joder, una maravilla, tratanto el tema con lógica, con verdad! Después hay otro giro de tuerca interesante que está dotado nuevamente de inteligencia que te hace reflexionar sobre la inservible vida. En definitiva, un teatro de los que deja huella, una obra maestra.


“Si queréis los mayores elogios, moríos¨ Enrique Jardiel Poncela.

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