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Ya era hora de que en un género tan vapuleado y tan falto de ideas como es la comedia se atrevieran a cruzar una frontera que parecía imposible de alcanzar para el que podíamos llamar cine de primera línea, ese que se hace en Hollywood con estrellas en la cima de su carrera y mucho dinero en el bolsillo.

Por fin ha llegado el día en que han dejado de lado lo políticamente correcto y se han zambullido en la piscina de los chistes guarros e irreverentes sin censura alguna, algo más propio de cintas a lo ¨Scary Movie¨ pero con la ventaja de que no necesitan parodiar a nadie.

El problema es que al estar compuesta por varios sketches algunos funcionan mejor que otros, por ejemplo el de Kate Winslet o el de Halle Berry no son tan graciosos como quieren pretender, mientras que el de Naomi Watts, los anuncios de iBabe o de Tampax (brillantes), el de Batman y el de Chloë Moretz son de lo mejorcito, imposible no reírse con ellos hasta casi caer de la silla.

Esta claro que no es una brillantez ni una comedia filosófica con grandes argumentos, es una película sencilla cuyo único propósito es hacer pasar un buen rato y de verdad que lo consigue.

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