Ficha Astérix y la sorpresa del César

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Críticas de Astérix y la sorpresa del César (1)


mahotsukai

  • 7 Jun 2016

7



4ta aventura cinematográfica de Ásterix y Obélix a cargo de Paul Brizzi y Gaëtan Brizzi basados en los cómics “Ásterix gladiador” (1964) y “Ásterix legionario” (1967) de Rene Goscinny y Albert Uderzo.

Obélix se enamora perdidamente de Falbalá, pero cuando se entera de que ésta tiene de novio a Tragicómix, un gallardo héroe galo, no tarda en sentirse apesadumbrado y decepcionado. Sin embargo, dejará de lado sus sentimientos para unirse a Ásterix cuando deban rescatar a Tragicómix y Falbalá de unos traficantes egipcios de esclavos y posteriormente de las fauces de los leones en Roma, en donde Julio César celebra su cumpleaños.

Nuevamente, Pierre Tchernia es el encargado de adaptar las historias de Ásterix a partir de los cómics de Goscinny y Uderzo, habiéndolo hecho ya en la correcta “Ásterix y Cleopatra” (1968) y la notable “Las doce pruebas de Ásterix” (1976), cuyo mayor rasgo se centra en la naturaleza seria y trágica de los principales hilos argumentativos, que incluyen el secuestro, el intento de abuso sexual, el tráfico de esclavos y la exposición a la muerte en el marco de un espectáculo romano de sangre y muerte.

En consecuencia, el elemento “tragedia” o “drama” que queda prácticamente siempre encubierto por la habilidad de Goscinny de encubrirlo con el carácter fantástico y aventurero de los sucesos, ésta vez, se desnuda de una forma más evidente. Hay un par de escenas que vale la pena destacar como el secuestro de Tragicómix y Falbalá por los romanos, que terminan golpeando al héroe y llevándoselo junto a la hermosa gala; o el acoso e intento de abuso sexual que Falbalá sufre en la taberna romana; la codicia y el maltrato que ambos galos sufren a manos del mercador egipcio de esclavos; y más aún la escena final que destila tensión máxima cuando Tragicómix protege a su mujer mientras trata de enfrentarse a los fieros leones. De esta forma, la película tiene más de aventura que fantasía y más de drama que comedia, a pesar de tener siempre presente elementos cómicos, que ayudan a destensionar la trama de forma efectiva, pero sin despojar a la película de su naturaleza dramática.

Respecto a los personajes, vemos menor protagonismo de Ásterix, si bien siempre se resaltan sus calidades de astucia e inteligencia emocional y un Obélix que sigue siendo un “niñote”, es decir, uno adulto pueril. La inclusión del personaje de Falbalá es, a todas luces, un acierto, no sólo porque es un personaje que los fanáticos del cómic aprecian mucho por sus encantos, sino porque supone la presencia de una damisela en peligro, que requiere ser rescatada.

El compañerismo que siempre ha destacado a los galos se refleja en la búsqueda y encuentro de los dos galos secuestrados hasta las mismas barbas de Julio César, en donde no tenemos un Ásterix y Obélix que decidan la batalla final, sino a Tragicómix. El personaje de Idefix resulta pertinente y divertido, en especial en las escenas en las que contribuye a que los galos se liberen y venzan a los gladiadores y romanos.

La villanía recae en dos personajes casi anecdóticos, como el vendedor de esclavos, cuya participación es episódica dentro de la historia, y Cayo Obtusus, que en realidad no es tal porque está inverso en un sistema cruel, en el que el mismo Julio César lo tiene amenazado si no cumple con sus expectativas. En consecuencia, más bien el enemigo es Roma, como ciudad, como imperio, representado por Julio César, que gusta de agasajarse a sí mismo y para ello quiere un espectáculo de gladiadores y animales devorando prisioneros.

El trabajo de animación es correcto, mas no descollante, pero demuestra que ya se ha logrado un trabajo sólido, en la que movilidad es una característica general, junto con la música del rumano Vladimir Cosma, cuyo score es interesante, mas no su impronta ochentera, que se hizo algo repetitiva y hasta poco original para su época.

En resumen, una película correcta, que no repite la calidad de su predecesora, “Las doce pruebas de Ásterix” (1976) pero que tiene el mérito de tratar temáticas más dramáticas en las aventuras de los galos.



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