De las inolvidables (junto con Bloodsport) de Jean Claude, quien en la infancia de muchos de nosotros fué el héore de las patadas voladoras; el maestro de la lucha al que todos soñabamos imitar. Con su fisico perfecto, su aspecto de galan y su habilidad para los golpes, empezaba a ganarse toda la fama que luego le llegaría.
Vista hoy en dia nuevamente, se descrubre (o al menos yo) varias cosas que antes pasaban desapercibidas por la inocencia misma de la edad. No la recordaba con tantas escenas graciosas (aunque algunas me resultaron bastante divertidas) y una calidad tan pobre de las peleas, donde se nota lo de serie B. Aun asi, las escenas memorables seran siempre un clásico, como el entrenamiento antes de la batalla, la batalla misma, o la escena del baile en el bar. Genial.
Un clasico sin dudas, y de las mejores en las que lo hemos visto al belga.
Martincho
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De las inolvidables (junto con Bloodsport) de Jean Claude, quien en la infancia de muchos de nosotros fué el héore de las patadas voladoras; el maestro de la lucha al que todos soñabamos imitar. Con su fisico perfecto, su aspecto de galan y su habilidad para los golpes, empezaba a ganarse toda la fama que luego le llegaría.
Vista hoy en dia nuevamente, se descrubre (o al menos yo) varias cosas que antes pasaban desapercibidas por la inocencia misma de la edad. No la recordaba con tantas escenas graciosas (aunque algunas me resultaron bastante divertidas) y una calidad tan pobre de las peleas, donde se nota lo de serie B. Aun asi, las escenas memorables seran siempre un clásico, como el entrenamiento antes de la batalla, la batalla misma, o la escena del baile en el bar. Genial.
Un clasico sin dudas, y de las mejores en las que lo hemos visto al belga.
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