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500 Días con Ella inicia la película con una voz en off que explica que este film es claramente chico conoce a chica... pero que no es una historia de amor. ¿Y porqué no es una historia de amor? Digamos que es más bien una historia de amor en verano, esos efímeros encuentros de vacaciones cuando uno era chico, adolescente. Esta película tiene humor que se sustenta con Joseph Gordon-Levitt, cuya destreza en convertir una situación normal en algo que empuja a lo interesante. Esta, como la misma película lo dice, no es una historia de amor, es en realidad un choque contra el muro, un golpe en la cabeza y el corazón que sacude el romanticismo que nos agobian con películas de amor, canciones trágicas pop de amor, libros y etc. que una y otra vez nos lavan el cerebro de que entre seis mil millones de habitantes en el planeta la mujer perfecta y destinada para uno se pasea. Cuando lo cierto es que el amor debe provenir, claramente, desde la coincidencia y el trabajo que se requiere para sustentar una relación. El amor, por tanto, entendemos no es magia, ni pociones ni hechizos: el amor es un pilar que se construye piedra a piedra esperando no agotarse en el proceso.

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