Es 1957 y Julianne Moore vive una vida -a primera vista- perfecta. Su marido es la estrella de Magnatech, una empresa líder en la fabricación de televisores, sus dos hijos la enorgullecen y su actividad social le da un aire sofisticado que mezcla a la perfección con su firme manejo del hogar. En resumen, ella es la mujer perfecta de la América de los años ¨50; o mejor dicho, la mujer perfecta que el cine de los ¨50 siempre nos mostró. La clave y mayor mérito de Lejos del Cielo es la capacidad de Todd Haynes de contar una historia cruda y dolorosa, usando absolutamente todos los códigos fílmicos del cine de aquella época. Entonces para el espectador es violento presenciar esta historia filmada con brillantes e irreales colores que emulan al technicolor, plantada en un entorno de una falsedad visual perfecta y que nos cuenta una historia más acorde con la problemática que el cine sólo comenzó a mostrar unos treinta años después. Porque por más dramáticas que hayan podido ser las películas de, por ejemplo, Katharine Hepburn y Cary Grant, ella jamás lo pilló en la oficina con los pantalones abajo y en compañía de otro hombre. Tampoco ella se enamoró de su jardinero negro, ni fue golpeada por el señor Grant...
Lejos del Cielo es brillante al enfrentar forma versus contenido para hacer aún más descarnado el relato. Y si más encima tiene a la tremenda Julianne Moore soportando todo el peso de la historia, una ambientación de época deliciosa y una suculenta banda de sonido a cargo de Elmer Bernstein, es una película absolutamente recomendable e imperdible.
thirstyforblood
10
Es 1957 y Julianne Moore vive una vida -a primera vista- perfecta. Su marido es la estrella de Magnatech, una empresa líder en la fabricación de televisores, sus dos hijos la enorgullecen y su actividad social le da un aire sofisticado que mezcla a la perfección con su firme manejo del hogar. En resumen, ella es la mujer perfecta de la América de los años ¨50; o mejor dicho, la mujer perfecta que el cine de los ¨50 siempre nos mostró. La clave y mayor mérito de Lejos del Cielo es la capacidad de Todd Haynes de contar una historia cruda y dolorosa, usando absolutamente todos los códigos fílmicos del cine de aquella época. Entonces para el espectador es violento presenciar esta historia filmada con brillantes e irreales colores que emulan al technicolor, plantada en un entorno de una falsedad visual perfecta y que nos cuenta una historia más acorde con la problemática que el cine sólo comenzó a mostrar unos treinta años después. Porque por más dramáticas que hayan podido ser las películas de, por ejemplo, Katharine Hepburn y Cary Grant, ella jamás lo pilló en la oficina con los pantalones abajo y en compañía de otro hombre. Tampoco ella se enamoró de su jardinero negro, ni fue golpeada por el señor Grant...
Lejos del Cielo es brillante al enfrentar forma versus contenido para hacer aún más descarnado el relato. Y si más encima tiene a la tremenda Julianne Moore soportando todo el peso de la historia, una ambientación de época deliciosa y una suculenta banda de sonido a cargo de Elmer Bernstein, es una película absolutamente recomendable e imperdible.
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