Estamos ante uno de los grandes clásicos de los primeros tiempos del cine fantástico. Con un uso magistral del stop-motion, Segundo de Chomón realiza su película más famosa, una historieta en un hotel mágico donde la electricidad hace que cualquier objeto se mueva solo.
Aún sorprende que en 1908 se pudiera hacer stop-motion con tanta maestría. Aquí fue cuando el cineasta turolense sentó cátedra y logró la fama. Las risas están aseguradas, aunque sea solo por ver las cosas moviéndose solas de manera medio espasmódica; el mérito cinematográfico es enorme.
bigladiesman
10
Estamos ante uno de los grandes clásicos de los primeros tiempos del cine fantástico. Con un uso magistral del stop-motion, Segundo de Chomón realiza su película más famosa, una historieta en un hotel mágico donde la electricidad hace que cualquier objeto se mueva solo.
Aún sorprende que en 1908 se pudiera hacer stop-motion con tanta maestría. Aquí fue cuando el cineasta turolense sentó cátedra y logró la fama. Las risas están aseguradas, aunque sea solo por ver las cosas moviéndose solas de manera medio espasmódica; el mérito cinematográfico es enorme.
Una peli de 10.
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