Puede parecer paradójico, pero el pacifista Abel Gance nadó entre dos aguas durante la II Guerra Mundial: se movía alternativamente por la Francia Libre y la del régimen filonazi de Vichy porque la primera le daba más libertades para filmar y la segunda estaba presidida por su héroe y conocido, el Mariscal Philipe Pétain, de quien pensaba
que traería a Francia por el camino de la paz y el orden. En 1943, el gobierno de quien fue su héroe
bigladiesman
El épico Abel Gance realiza un remake más sofisticado de su propia película de 1919, pero aumentando la dureza y el onirismo en un futil intento de evitar lo inevitable: otra contienda mundial.
Brillante en todos los aspectos, con una ambientación propia de un documental (usa muchas imágenes de archivo), vanguardista, dura, violenta, triste e impactante, con retratos vivos de lo que acontecía en las trincheras.
Prometiendo que acabará con... (seguir leyendo)