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Miguel Arkangel
Doris Wishman es la gran dama de las películas de sexploitation y grindhouse, a las que siempre agregaba su toque personal. En esta ocasión la atrevida directora toma el tema de las manos de Orlac, las manos de un asesino trasplantadas a alguien convirtiendolo en un asesino, pero variando la trama, a un pene trasplantado a un tipo convirtiéndolo en un violador, que a veces mata a sus víctimas y a veces no, con una fijación fetichista con los aretes... (seguir leyendo)