La película hubiera sido censurada con toda seguridad de no ser por el censor Marcelo Arroita, que se quedó prendado de ella y la pasó a sabiendas de que era inestrenable para los cánones de la dictadura con sus veladas referencias ligeramente, digamos, ¨favorables¨ (en realidad muy neutrales, pero ya se sabe de que pie calzaba la pandilla del Pardo) a los republicanos en la Guerra Civil y algunas más explícitas al sexo (en cambio, reventar a 30 inocentes conejos de verdad, lo pasaban sin problemas). Ademas, Arroita también sabía que entre los productores y el equipo estaban bastantes personas que el régimen consideraba cuanto menos ¨indeseables¨, pero él consideró que el buen cine debía pasar pon encima de la política.
Arroita era un personaje peculiar y contradictorio que a pesar de ser falangista y llegar a secretario general de la censura con Fraga de ministro, el tío hacía pequeños papeles en películas de un tipo tan transgresor y castigado por la censura franquista como fue el paradójicamente llamado Jess Franco.
Se dice que fue la primera película española que trató de un tema que aún hoy día está muy candente y provoca muchas tensiones. Aparentemente, el cadáver que José guarda como un trofeo es el de un miliciano del bando republicano.
Así pues es una referencia temprana de Saura al clamor que muchas familias están haciendo aún hoy día: el reconocimiento a los miles de desaparecidos del bando republicano que siguen sin ser localizados ante la pasividad de sucesivos gobiernos presuntamente democráticos. Esto le da a la película cierta vigencia.
La escena en la que Ismael Merlo le dispara a José María Prada a través del cristal del Land Rover que conduce este último iba a rodarse usando una bola de metal como proyectil y un cristal reforzado. Según el experto que habían contratado, la bola no atravesaría jamás el cristal con la fuerza suficiente para tocar a Prada. Saura desconfió, y a pesar de las garantías que todo parecía ofrecer, pidió hacer una prueba sin nadie al otro lado del cristal. La bola salió disparada de tal forma que, si Prada hubiese estado allí, le hubiese matado.
Premiada con el ¨Oso de Plata¨ en el Festival de Cine de Berlín (1965).
Fue muy valorada por la crítica en el Festival de Nueva York, aunque no tuvo premio, sólo nominación.
Se mataron entre 30 y 40 conejos, y tuvo un presupuesto de 2 millones de las antíguas pesetas.
Un millón lo puso Carlos Saura y el otro lo puso el productor, Elias Querejeta.
Se rodó en pleno Agosto, en tan solo 4 semanas, con un equipo técnico bastante limitado, y con armas auténticas; un experto en armeria estaba con ellos para evitar un disgusto con las escopetas.
Los actores no llevaban maquillaje, y el sudor era auténtico.
Los lugares donde se filmó la película fueron: Aranjuez (Madrid), Esquivias y Seseña (Toledo).
La niña que sale en la película haciendo el papel de Carmen, se llamaba en la vida real Violeta Garcia, y no habia salido nunca en una película. Despues de rodar ¨La Caza¨, no volvió a salir en ningún otro film.
El libro que está leyendo Luis es una novela de ciencia ficción titulada: ¨El Planeta Negro¨, de David Duncan.
El prestigioso Luis Buñuel declaró que le encantó la película y que le hubiera gustado haberla rodado, pero sin haber matado a tantos conejos.
Curiosidades: 5
bigladiesman
La película iba a llamarse ¨La caza del conejo¨, pero la Censura exigió cambiarlo por las posibles connotaciones sexuales del mismo (hay un diálogo donde se evidencia la parábola sexual).
Saure siempre ha bromeado diciendo que por una vez la Censura hizo las cosas bien: ¨La caza¨ suena mucho mejor.
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