Un gran clásico ochentero que todos hemos visto, que entretiene muchísimo y tiene altas dosis de diversión y acción, con muy buenos maquillajes y efectos especiales y una historia de lo más interesante. Si no la has visto, no se a qué esperas.

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Una de esas peliculas que han entretenido a frikis como nosotros en nuestra infancia.Por culpa de estas pelis no queria salir a la calle a jugar con mis amigos XD.

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Una muy buena peli con ese sabor ochentero que tanto me gustaba y con todos los ingredientes para entretener. Monstruos, niños odiosos, padres incredulos y mucho humor azucarado... recomendable si naciste a mediados de los 70.

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Rescatemos del no tan remoto cajón de los ochenta una de las más entretenidas comedias de aventuras con asunto terrorífico entre manos: “Una Pandilla Alucinante”, en la línea de films de Abbot y Costello contra los monstruos de la Universal, o de la hispana “Buenas noches, señor monstruo”, mixturando la acción y aventura en tono de terror paródico. Como vemos, el atrevimiento de Disney en juntar monstruos y niños en tono cómico (Monstruos S.A.) bebe de fuentes pretéritas, tal vez no tan populares, pero no por ello poco encomiables trabajos de lo que se bautiza como “cine de palomitas”.

La trama es muy sencilla pero efectiva: una vez cada cien años se produce un conflicto espacio-tiempo creando un agujero dimensional que permite la filtración de las terribles criaturas del mal en nuestro devenir; ese día, las fuerzas del mal (y cuando digo fuerzas del mal me refiero a Drácula, Frankenstein, el Hombre-Lobo, la Momia y el Monstruo del Pantano, ahí queda eso) se reúnen para intentar dominar el mundo, mal que pese a sus mortales habitantes. Sólo hay una forma de parar sus pérfidos planes, y es atrapando un amuleto mágico y leyendo un conjuro. Para más INRI y acumulación de tópicos, el conjuro ha de ser pronunciado en boca de una virgen. Volvamos a la película, y situémonos en un tranquilo pueblo estadounidense en el año 1987, en un día cualquiera. ¿Imagináis de qué día se trata, qué va a pasar y dónde? Acción y aventuras garantizadas.

En ese mismo pueblo (casualidades de la vida) vive un grupo de niños que siente tremenda devoción por la cultura y mitología que se desprenden de las películas de terror; saben todo acerca de las mil formas y maneras de matar y aniquilar a todo tipo de enemigos sobrenaturales, y se reúnen en (atentos) una caseta de madera ubicada en la copa de un árbol para hablar de los monstruos, pues no en vano se llaman LA PANDILLA DEL MONSTRUO (que es la traducción perfecta y adecuada del título original en inglés “The Monster Squad”, y no lo que nos ha llegado). Más maniqueísmo y conjunción de tópicos es imposible, por una parte tenemos a los cinco monstruos clásicos más famosos del terror de todos los tiempos, y por otra, a Sean, Rudy, Patrick, Horace el “Cebao”, Eugene, y Phoebe, la célebre pandilla cuya misión será salvar al mundo del poder del lado oscuro.

Pero el acierto de esta película es su tratamiento en tono cómico y desternillante, puesto que de lo contrario quedaría como un fallido intento de film “teenager” que no lo es. Sin olvidarnos del ritual sempiterno e imaginería propias para devastar específicamente a cada criatura (estacas, ajos, crucifijos, fuego, luz solar o balas de plata), en las andanzas de los muchachos descubriremos los temores y miedos más divertidos de “El Cebao” (el gordo de la pandilla), responderemos a la eterna duda sobre la posesión de genitales por parte del Hombre-Lobo, deshilaremos las vendas de la Momia, veremos como “Franky” se coloca unas gafas de sol al estilo CQC, conoceremos al “Ogro Alemán” (que aunque parecía malo y perverso, resulta que es un judío encantador) y traduciremos el diario del mismísimo Abraham Van Helsing para, finalmente, derrotar a las fuerzas de la sombras y devolverlos allá donde merecen… hasta dentro de cien años.

El reparto infantil de la película es el apropiado, así como la cabalgata de arquetipos y situaciones terroríficas en las que se extrae un contexto cómico y risible para pasar un rato entretenido y ocioso en menos de hora y media a ritmo ochentero. Frank Dekker nos hace reír en plano de acción y de qué manera, dedicándose especialmente a un público infantil que hace sus primeros pinitos en el cine de terror, pero también recordando a jóvenes y adultos que lo mejor es reírnos de nuestros miedos y aventurarnos jocosamente entre amigos ante lo desconocido. El único error (dentro de las pretensiones de la cinta, claro, no tratamos con una obra maestra en absoluto, sino con un tipo de cine consumista y pseudocomercial) es continuar la trayectoria de una película con la misma temática, casi idéntica pandilla y planteamiento, pero de un rango muy muy superior dentro del género, pues por desgracia para Dekker, dos años antes Spielberg y Donner concibieron y crearon “Los Goonies”.

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