Ficha Historias Horripilantes

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Críticas de Historias Horripilantes (4)




ilustrador.tk

  • 18 Mar 2021

7


Siempre hay una primera vez, y este es considerado el primer largometraje de terror e historias cortas de la historia.

Ya con un siglo de antigüedad, esta obra es de visionado obligado de aquellos que se consideran amantes del cine de terror. Por cultura general.

Al cerrarse la librería, tres cuadros cobran vida, y así el diablo, una cortesana y la muerte se dedican a leer libros que narran historias sobre ellos mismos.

Ese es el hilo conductor para narrar relatos clásicos, todos de suspenso y terror, para terminar con una comedia para desestresar al público. Fórmula que se utiliza hasta el día de hoy.

La primera historia es la que más me gustó, lleva un giro final que lo cambiara todo.
La historia de la mano, al igual que el relato de Poe, son las más terroríficas con una bien trabajada tensión que apunta a la psique del pecador.

En síntesis, por conocer cómo nació este género que nos gusta tanto, debería ser material obligatorio.



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Gilles De Rais

  • 1 Oct 2019

7


La primera película de antologías de la historia del cine, y que ésta tiene ya un siglo de antigüedad. Habiendo visto auténticas obras maestras del cine mudo, cómo por ejemplo : ¨ Haxan : La brujería a través de los tiempos ¨ , ó ¨ Nosferatu ¨, ambas del 1922, entonces ésta en cuestión tampoco me parece nada de obra maestra ni tampoco ninguna maravilla que se precie. Que es buena?: totalmente cierto. Más aún teniendo en cuenta el contexto del año en que se hizo. 5 historias, algunas muy buenas otras no tanto. Pero por lo general, el mayor mérito que tiene esta cinta es que dura 100 minutos y no se termina haciendo densa, gracias en un 90% a que las historias, aparte de amenas, son más bien cortas. La primera: ¨La Aparición¨. Muy básica y simple, pero para su época muy lograda. La segunda, la de ¨La Mano¨, bastante aceptable y quizá las más de terror de todas. La tercera, la clásica ¨El Gato Negro¨, bastante buena. La cuarta, ¨El club de los suicidas¨, simplemente regular para mi gusto. Cuando el jefe del grupo dice textualmente: ¨ El que saque el as de picas esta noche morirá¨, en ese momento me creía que iba a ver la mejor de todas, pero que va. Y la última, la más corta de las cinco, no me estaba gustando nada hasta su desenlace el cual sí que me gustó. En resumidas cuentas: muy lograda para tener 100 años, pero he visto cine mudo que le da mil vueltas a este film en cuestión.



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mahotsukai

  • 3 Apr 2019

9



Notable y clásica antología de cuentos de horror, dirigida por el austríaco Richard Oswald.

Después de que la vieja tienda de libros cierra, los retratos de la Prostituta, el Diablo y la Muerte cobran vida y se divierten leyendo historias sobre sí mismos, en diferentes épocas y temáticas.

Inmediatamente después de estrenar el polémico film “Anders als die Andern” (“Diferente a los demás”, 1919), una de las primeras películas en abordar la homosexualidad en forma positiva tras el fin de la censura en 1918, con Conrad Veidt y Reinhold Schünzel en el protagónico, el director austríaco Richard Oswald (“El retrato de Dorian Gray” (1917) concibió la primera antología de cuentos de horror de la historia del cine, que estrenaría bajo el nombre de “Unheimliche Geschichten” (“Historias Horripilantes”, 1919), a partir de relatos de terror y horror clásicos de Edgar Allan Poe y Robert Louis Stevenson principalmente, y una propia contribución.

Hasta la filmación de “Unheimliche Geschichten” (“Historias Horripilantes”, 1919) la narrativa cinematográfica de horror y terror había sido abordada principalmente de dos formas, según la capacidad técnica de filmación y según la concentración narrativa de un solo relato. Del primer grupo esencialmente, encontramos los primeros cortometrajes de George Méliès como “Le Manoir du Diable” (1896) y “Le Château Hanté” (1897), que no pasaban de los 5 minutos; y en el segundo grupo, habiendo progresivamente surgiendo mejoras técnicas, mediometrajes que se concentraban en una sola historia, a pesar de ser más extensos que sus antecesores, desde “Frankenstein” (1910) de J. Searley Dawley, “Dr. Jeckyll & Mr. Hyde” (1912) de Lucius Henderson y “Dr. Jeckyll & Mr. Hyde” (1913) de Herbert Brennon. Posteriormente, se experimentaría con el formato de serial, como “Les Vampires” (1915) de Louis Feuillade y “Homunculus” (1916) de Otto Rippert, y contemporáneamente en el largometraje, como “Alraune” (1918) de Michael Curtiz y Edmund Fritz y “Das Cabinet des Doctor Caligari” (1919) de Robert Wiene.

En ese sentido, la propuesta de Oswald se alzaría como original y pionera al proponer una combinación de distintas historias de corta duración enlazadas únicamente por un prólogo y un epílogo en común, con un tratamiento narrativo literario similar (es decir, basado en obras de varios escritores, entre ellos Poe, Stevenson y Liebmann) y con el mismo reparto actoral protagónico, que dan cuenta de la versatilidad y eficiencia interpreativa del trío Veidt-Schünzel-Berber, entre otras virtudes. El resultado, a pesar de ser un tanto experimental y heterógeneo, es absolutamente interesante y eficaz, proporcionando al público de entonces una nueva forma de narrar historias de horror, y que había tenido gran éxito en la monumental “Intolerance” (1916) de D.W. Griffith.

La primera historia se basa en el cuento “Die Erscheinung” (“La Aparición”, 1912) de la escritora Anselma Heine, y narra la escalofriante historia de un hombre que conoce a una bella mujer, a la cual salva del ataque de su psicópata ex marido, para luego establecer una relación con ella. Sin embargo, conforme avanza la trama y el acoso y los ataques del ex marido se incrementan, el desafortunado nuevo amante de la mujer se percatará de una dura verdad.

En esta primera narración, Oswald explora las posibilidades del clásico cuentos de fantasmas y evoca cierta esencia de horror gótico asociado a la plaga y la muerte, con un triángulo amoroso sobrenatural que hace interactuar a personas y fantasmas en las lides del amor. El director también experimenta con interesantes escenas oníricas sobre cruentos eventos como el asesinato (la habitación del hotel ensangrentada) y sugiere al mismo tiempo una suerte de maldición, en donde el ex marido parece condenado a asesinar una y otra a su ex mujer.

La segunda historia se basa en el relato “Die Hand” (“La Mano”, 1919) de Robert Liebmann, quien a todo esto fue el encargado de guionizar junto a Oswald las cinco historias, y trata sobre la atormentada vida de un hombre, que después de asesinar a un amigo que pretendía a la misma mujer, termina consumido por la culpa y la locura ante la insistente aparición de la mano de la víctima en diferentes escenarios.

En esta segunda historia, el director de “Nächte des Grauens” (“Una noche de terror”, 1916) continúa trabajando en el campo narrativo de las historias de fantasmas, pero profundizando en el terror psicológico, al presentar un personaje atormentado por un deleznable crimen y su descenso a la locura en contextos diferentes, como la asistencia a la ópera y una sesión de espiritismo. Oswald, además, trabaja acertadamente la ambigüedad narrativa del relato, al dejar a juicio del espectador si la historia es real o irreal, cuando la víctima adquiere una doble esencia física, una corpórea para la mujer que es objeto de deseo, y otra incorpórea para el criminal.

La tercera historia, titulada “Die schwarze katze”, corresponde a una de las primeras -si es que no es la primera- adaptaciones cinematográficas del eterno clásico “The Black Cat (1843) de Edgar A. Poe, y presenta a dos hombres que se conocen en un bar, el primero un borracho y el segundo un casanova, que se ven envueltos en una espeluznante historia de crimen, cuando el borracho asesine a su esposa y la emparede en el sótano de su casa, y el casanova no crea la versión de éste de que su bella mujer ha abandonado la ciudad.

Si bien se toma algunas licencias, estamos ante una de las adaptaciones más fieles sobre la historia del borracho que asesina y empareda a su mujer, tras intentar matar a un gato negro que se había convertido en su obsesión. Entiendo que, por cuestiones de censura, Oswald prescinde del ataque a hachazos que define el rumbo de la historia, poniendo en su lugar una escena de violencia mucho más contenida, y el epílogo, pero no por ello le resta fuerza al relato en especial en la secuencia en que el borracho mata a su mujer y baja su cadáver hasta el sótano, y la tensión ante el inminente descubrimiento del cadáver de la mujer por los policías.

La cuarta historia se llama “Der selbstmörderclub” y se basa en el relato detectivesco “The Suicide Club” (1878) de Robert Louis Stevenson. Presenta a un hombre que se infiltra voluntariamente dentro de un exclusivo club de caballeros distinguidos a quienes les gustan jugar constantemente con la posibilidad de morir por decisión propia, es decir, suicidarse. Una vez adentro, deberá enfrentar su destino sin siquiera tener muy claro por qué ingresó al club.

Bastante alejado del relato original en el que se basó, de cualquier forma, Oswald presenta un interesante thriller psicológico de buen ritmo y tensión, con un infiltrado en el club de suicidas aparentemente arrinconado por sus propias dudas, pero con un descenlace inesperado que resulta realmente entretenido. Ha de destacarse el clima de claustrofobia que el director de “Das unheimliche haus” (“La casa de los espantos”, 1916) logra en la escena en que el protagonista se prepara para enfrentar su destino en el comedor del club, en donde destaca la actuación de Reinhold Schünzel, sin lugar a dudas.

La quinta y última historia se títula “Der Spuk” y es una aportación del propio Richard Oswald, en donde un barón decide dar una lección a su esposa y un descarado caballero a quien salvaron, luego de percatarse que ambos planean tener un romance clandestino. Eventualmente, el barón se hará valer de su propia inteligencia para jugar con los miedos más primigenios de su esposa y el ingrato sujeto.

Probablemente, es la historia menos lograda de las cinco, a pesar de que tiene cierto encanto al ser obra del propio director. Se presenta como una comedia de horror apostando por una perspectiva bastante menos sugerente y mucho más cómica y, por lo tanto, alejándose de los preceptos narrativos del Expresionismo Alemán, del cual también se aleja un tanto en lo visual. De cualquier forma, se reconoce la visión del director de proponer otra perspectiva para abordar temáticas cotidianas como la infidelidad y las falsas expectativas.


“Unheimliche Geschichten” (“Historias Horripilantes”, 1919) expone eficiente y convincentemente una factura expresionista, reflejo de la reacción artística de una sociedad gravemente azotada por una crisis moral y social tras la derrota y humillación de la I Guerra Mundial, aunque esa patente expresionista no adquiera la notoriedad de “Das Cabinet des Doctor Caligari” (1919) de Robert Wiene. Y ello se debe al siempre destacable trabajo del legendario fotógrafo Carl Hoffmann (“Die Nibelungen”, 1924; “Faust”, 1926) que a pesar de tratar las secuencias con cierta tendencia estática (siguiendo los códigos de Oswald, quien primero fue director de teatro) ofrece logrados momentos visuales, como el sueño onírico de la habitación ensangrentada en “La Aparición”, las escenas en que el fantasma de la víctima acosa a su asesino en el teatro y el sesión espiritista en “La Mano”, el tenso y lúgubre sótano de “El gato negro”, la claustrófobica y asfixiante secuencia de la muerte asechando al suicida en “El Club de los Suicidas”, y la simpática escena de los fantasmas molestando a los amantes.

Todas estas escenas denotan la inquietud del director y el fotógrafo por abrazar un enfoque plástico que sugiera un ambiente irreal y malsano, agobiante y espeluznante, además de ambiguo, propuesta que Oswald reforzará con un fuerte maquillaje, actuaciones exageradas (típicas de aquellos días, y herederas del teatro expresionista) y técnicas de sobreimpresión, aunque no con el impacto y la inteligencia de Wiene en “Das Cabinet des Doctor Caligari” (1919) o el paroxismo expresionista de otros enormes films como “Von morgens bis mitternachts” (1920) de Karlheinz Martin y “Die Straße” (“La Calle”, 1923) de Karl Grune.

La eficiente fórmula experimental de Oswald serviría para que otros talentosos cineastas expresionistas exploraran las posibilidades de la antología de cuentos de horror, destacando evidentemente Paul Leni y el clásico “Das Wachsfigurenkabinett” (1923). El propio Oswald realizaría un remake de este film, con el mismo nombre, en 1932, esta vez con Paul Wegener en el protagónico. Más adelante, a mediados de los 40s, los directores Alberto Cavalcanti, Charles Crichton, Basil Dearden y Robert Hamer unieron esfuerzos para traer “Dead of Night” (1945), película que se convertiría en uno de los grandes clásicos de terror de la primera época sonora del cine, y que seguía el esquema de Oswald de enmarcar las historias con personajes comunes en prólogo y epílogo.

Una de las tantas claves del por qué “Unheimliche Geschichten” (“Historias Horripilantes”, 1919) se convierte en uno de los films claves del horror expresionista es su tremendo trío protagónico, conformado por el inigualable Conrad Veidt (“El gabinete del Doctor Caligari”, 1919; “El gabinete de las figuras de cera”, 1923; “El hombre que ríe”, 1928) el sorprendente Reinhold Schünzel (“La casa de los espantos”, 1916; “Catalina, la Grande”, 1920) y la interesante Anita Berber (“Prostitución”, 1919; “Lucrezia Borgia”, 1922). Intepretando a la Muerte, el Diablo y la Prostituta, cada uno demuestra una amplia versatilidad para interpretar personajes diversos en cada una de las 5 historias, en especial Veidt, que terminaría por convertirse en uno de los actores más grandes del Expresionismo Alemán.

En resumen, un film pionero y experimental que se alza, en términos generales, como una eficiente, interesante y lograda colección de historias de horror, gracias a un acertado trabajo de guión, una destacable fotografía y más aún, la inclusión de un trío protagónico vérsatil y totalmente competente.



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ragman

  • 16 Dec 2017

8


una joyita del cine mudo aleman de varias historias basadas en obras literarias reconocidas de autores alemanes y el clasico de poe, el gato negro.,,, encima tenemos al mitico conrad veidt como protagonista, actor que jamas decepciona.
obviamente el cine mudo no es para cualquiera y quienes esten acostumbrados a ver peliculas mudas no pueden dejar pasar esta joya del septimo arte donde varias historias son representadas por los mismos actores donde incluso tienen un nexo entre ellas por que son leidas por tres curiosos personajes.
el cine mudo tiene esa magia que me puede y deslumbra, cosa que filmes actuales de muchos efectos especiales no lo logran, como hallazgo cinefilo esto es oro puro. recomendable



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