Nueva versión de ¨El salario del miedo¨ dirigida por William Friedkin (¨El Exorcista¨ y ¨Contacto en Francia¨, entre otras) aunque algo inferior a la película de Henri Georges Clouzot de 1953.

Con actuaciones muy buenas, son interpretados los personajes de Jackie Scanlon (Roy Scheider), Victor Manzon (Bruno Cremer), Nilo (Francisco Rabal) y Kassem (Amidou), quienes son fugitivos desesperados que no pueden regresar a sus propios países. Por mucho dinero, aceptan trasladar en pareja y en dos camiones, cajas con nitroglicerina extremadamente frágil a los movimientos bruscos. Deben atravesar todo tipo de terrenos imposibles, entre ellos el selvático. Básicamente es una misión suicida, pero muy bien pagada y con la esperanza de salir de un pueblo, mostrado por el director, como extremadamente miserable y corrupto.

La película comienza mostrando lo que llevó a estos hombres a ir a Porvenir (Nicaragüa): Nilo mata a un hombre en un hotel de Sudamérica (con excepcional marco de fondo y fotografía). En Jerusalén, Kassem logra escapar luego de bombardear un banco israelí junto a dos compañeros (uno es arrestado, el otro asesinado). En París, el fraudulento Cremer, para no ser ser arrestado, abandona a su esposa para fugarse a centroamérica. En Nueva York, Scanlon es el conductor y sobreviviente de un choque, tras la fuga de su pandilla que roba en una iglesia católica.
A pesar de la siempre atrayente presencia de Scheider y Rabal, éstos y los demás personajes, no logran generar una simpatía fuerte en el espectador.


La película es extensa, se toma su tiempo por ser muy realista y detallista, con escenas de tensión inmensa, como el paso de los camiones por un puente colgante arruinado y durante un temporal arrasador.

A pesar de ser un fracaso en taquilla, el paso del tiempo la elevó a una imagen positiva y para quien desconozca la versión original, éste filme además de atrapante le parecerá más que bueno.

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