Toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Satoshi Kon, con apenas cuatro películas (Perfect Blue, Millennium Actress, Tokyo Godfathers y Paprika), se convirtió en uno de los genios del anime japonés.
En Paprika, Kon adapta la novela de Yasutaka Tsutsui, en un thriller psicológico, que juega con la mente del espectador. Kon no tiene piedad, y proyecta una ingente cantidad de escenas e imágenes, así como flashbacks, que te obligan a mantenerte atento o perderás el hilo de la narración. Su película gira en torno a la fantasía, la paranoia, la confusión y las realidades alternativas que se generan durante la etapa REM del sueño.
La excusa argumental es la creación de una máquina que permite introducirse en los sueños de otras personas, con diferentes subtramas que se van entrelazando, con los diferentes personajes tratando de discernir qué cosas son realidad y cuales solo son sueños. La resolución de esta trama misteriosa y confusa resultará compleja en este alocado rompecabezas de imágenes que fusionan realidad y ficción onírica.
Paprika es una de las obras mayores del anime japonés, confirmó a Satoshi Kon como uno de los genios capaces de añadir al género una carga emocional, experimental, filosófica, con tramas adultas, y completamente alejadas del anime tradicionalmente infantil. Una joya.
He aquí, Paprika, una película que trata sobre una chica que es capaz de meterse en los sueños de los demás, o eso nos dan a entender al principio de la trama, ayudando a un capitán de policía, cuyo diseño me recordó cómicamente a el de JJ Jameson el conocido director del Daily Buggle en los cómics de Spiderman. Esta película ha logrado hacer que mi cabeza explote, con tanta información irrelevante. Mala organización de guión, ya que no saben como contarte la historia, te van poniendo escenas y te van explicando el por qué de todo, prohibiendo a tu cerebro que sea el que piense en o que está viendo, mala forma de contar la Historia, muy desordenado, y sin enterarte muy bien de cual es el propósito final, solo te cuentan una historia que... No lleva a ningún lado, ni nos aporta nada útil.
Además, como no mencionar el hentai que aparece en la película, cuando el ¨profesor Xavier¨, (el villano de la película) le mete a Paprika el brazo con tentáculos por la boca cuando ella está dormida y desnuda. Parece que el propósito de la película es ver a una mujer desnuda constantemente, o a mujeres haciendo favores a ancianos. Además de que hay un ¨creador¨ al que no paran de discriminar y de dar por culo durante toda la película a parte de llamarle niño constantemente, muy mala película, lo único con lo que me he contentado, con la animación de 10.
Esta película tiene un 3, ya que no han sabido hacer que cuaje la historia, y me ha aburrido mucho, queriendo quitar la película constantemente. Me gusta mucho el cine de animación japonesa, pero, esta película es la única por el momento que me ha decepcionado.
Un impresionante derroche de fantasía al más puro estilo de Satoshi Kon, si acaso, una de las películas más flasheras que llegues a ver en tu vida. Así es, ¨Paprika¨, película que inspiró a Inception es un despliegue de imaginación que no tiene parangón.
Hablamos de un thriller de ciencia-ficción y fantasía, con personajes muy bien concebidos. ¡Paprika es lo más! Empleando estos personajes Kon vuelve a jugar con la realidad, así como hiciera en Perfect Blue donde locura y realidad chocaban, o en Milennium Actress donde realidad y ficción se daban cita. En Paprika, son los sueños quienes debaten con la realidad y en la medida en qué estos puedan convertirse también en pesadillas es el medio, que emplea el gran narrador para brindarnos momentos de horror psicológico.
Aunque me quedo con las dos primeras pelis de Satoshi, todo un maestro de la ambigüedad, esta es de visionado obligado para todo adláter o inminente iniciado de la animación japonesa. No duden en verla. Es casi tan irresistible como desquiciada.
Puntuación personal: 7/10 (Buena).
PAPIKRA,DETECTIVE DE LOS SUEÑOS
Nah!Esto no es lo mío,desde un comienzo la cinta es un sembradero de líos inentendibles y ya cuando se empieza a estirar la historia te piedes porque el patrón de la misma no está bien planificada.Mucha intención de crear algo rompedor pero que desde un inicio demuestra estar roto.Nada interesante y nada fácil de ver.Muy compleja.
¨Es la realidad la que proviene de la ficción¨. Paprika está llena de frases como esta que te hacen reflexionar sobre la vida ¨real¨, y la vida ficticia. Satoshi Kon nos ofrece una película fantástica con personajes impresionantes y con animación espectacular, que nos hará olvidar por un momento de la vida real para adentrarnos en la vida de los sueños.
Lo que es realmente interesante de la película son los personajes. Cada personaje tiene características peculiares que hacen que el film sea realmente visible y original. Puedes ver dos, tres incluso 10 veces, pero siempre habrá alguien y algo que te sorprenderá para bien.
El guión es muy original, y que la película sea de animación es una fortaleza, porque pueden enseñar las cosas tal y como piensas, y eso es muy dificil de lograr con los personajes reales.
Simplemente, una película impresionante que no dejará indiferente a nadie, pues todos tenemos sueños paranóicos, y todos queremos salir y entrar al mismo tiempo de la vida real.
Veanla, antes de morir.
Siendo ¨Origen¨ una de mis películas favoritas no podía resistirme a ver el origen (nunca mejor dicho) de dicho film, que viene a ser este. Y debo decir que ha sido una experiencia alucinante.
¨Paprika¨ es una película de deslumbrante imaginación e ingenio, una ventana por la que mirar a través del mundo de los sueños. Y no solo eso; es, además, una película fascinante, y no solo en el ámbito de la animación.
Técnicamente notable, con un guión y una banda sonora excelentes, ¨Paprika¨ te absorbe y consigue hacerte pasártelo en grande durante todo su metraje.
Impresionante.
Notable alto.
Una obra extraña, obra maestra de Satoshi Kon, una mente creativa, atípica y prolífica en historias originales. Esta película es su Magnum Opus, y con razón.
La historia no está narrada de forma clásica, ya que alterna entre le mundo real y el mundo de los sueños, al punto que puede llegar a ser difícil distinguir cuándo se está en uno u otro. La animación acompaña el cambio de mundo a mundo, adaptándose a diferentes ambientes. La secuencia donde se presentan los créditos es la más creativa que he visto, y hasta el día de la fecha, ningún otro film la ha superado. La historia, en principio simple, va ganando complejidad, en especial si se presta atención a los detalles, a veces de un segundo, que se pueden ver (no es indispensable notarlos, pero agregan peso a una película muy, pero muy buena). Alguien se ha robado un invento que no ha sido aprobado y quiere afectar a la humanidad con él, con un plan que no pude ser bueno. Y a su búsqueda van un grupo de personas, una psicóloga, un científico, un oficial de policía, y varios más. Pero la psicóloga tiene un alter-ego para tratar a sus pacientes en sus sueños, el científico es un hombre-niño con un desorden alimentario notorio, y el policía tiene problemas psicológicos con un número que lo atormenta.
Ésta es, sin duda, la mejor película (no sólo de animación japonesa) que he visto en mi existencia.
Una vez más el señor Satoshi Kon lo hizo, y es que la gran Perfect Blue no fue una casualidad. Con Paranoia Agent tenía claro que la mente de Kon era una de las más brillantes dentro del mundo anime y esta película, su, por desgracia, última película debido a que falleció en 2010, deja otra obra maestra del anime, y qué demonios, del cine en general.
Una vez más, en Paprika nos conduce a una obra onírica, los sueños y la realidad se vuelven a mezclar en su obra para dejar más de un mensaje sobre ciertos temas que le obsesionan de la sociedad japonesa.
La narración es una belleza, nos hace viajar a las profundidades de los sueños de los protagonistas de esta obra, dichos personajes está muy bien presentados y desarrollados, en especial en sus defectos.
La presentación de los personajes es un punto importante para que los constantes viajes y mezclas entre realidad y sueño sean efectivas.
Según avanza es obvio que uno no va a dejar de pensar que el film es bastante confuso, pero desde luego lo que no se puede decir es que no tiene sentido, porque si hay algo que tiene de verdad mérito de estas películas es que entre tanto surrealismo y fantasía todo encaje tanto argumentalmente como reflexivamente.
Es por tanto una película para verse 2, 3 o 15 veces, mejora con el tiempo.
Finalmente, Paprika nos muestra un viaje de las obsesiones de los protagonistas, unos protagonistas que representan a una sociedad que vive de la fantasía, un tema que a Kon le obsesionaba bastante como ya se vio en Paranoia Agent.
Y el cierre me parece estupendo, esa obsesión del autor que se materializa en la destrucción... también recordándome a Paranoia Agent y es que en el fondo son finales casi idénticos.
Una pena que exista el prejuicio de las obras de animación de el mundo occidental que impidan disfrutar de estas obras de arte en lugar de la carroña de carne y hueso que cada vez abundan más... porque Paprika, si se ve sin prejuicios, es una pieza indispensable para todo el mundo... siempre que quiera ver una obra única e ingeniosa.
Y por supuesto, una pena que Kon nos dejara con solo cuatro películas y una serie... a saber que habría deparado un futuro en su prometedora carrera...
el director de Perfect blue ahora nos trae una curiosa animacion llena de surrealismo y elementos confusos muy por la linea de el cine de animacion japones ( hay que acostumbrarse a esto a la hora de ver este tipo de peliculas).
ciertamente la trama es excelente pero a la vez confusa y obviamente hay que verla dos veces o quizas tres para entenderla mas, pero la trama esta muy bien pensada rosando lo onirico y planteando personajes muy buenos como la propia paprika.
la animacion de nuevo excelente... recomendable a quienes gusten el anime y esten acostumbrados a filmes de la senda de akira o ghost in the shell.
Onírica.
Excelente película que logra su cometido y lo supera.
Bastante recomendable, de lo mejor entre el anime, aunque ese mundo es muy grande, pero si de lo más recomendable.
Satoshi Kon me atrapo muy rápido con la obra maestra “perfect blue” así que esperaba ver una buena película y así fue, bastante interesante, muy notable y genial.
Tengo que admitir que el final no fue de mi agrado, pero después de mostrar tantas imágenes surrealistas, momentos oníricos y hermosos no pude acabar mal.
Y aparte del final, el pequeño defecto de que la historia no queda del todo clara, por lo imaginativa que es, le baja algunos puntos.
La disfrutas más viéndola una segunda ocasión.
Satoshi Kon es un dios. Tras ver Perfect Blue y la espectacular Paranoia Agent me puse con Paprika que vuelve a abordar la mente humana. Me quedo sin palabras ante la maravilla visual, una visión de los sueños tremenda, una ida de olla que sólo los japoneses pueden recrear. Magnífica en todos los sentidos. Para aquellos que se han dejado engatusar por el Origen de Nolan, es una buena oportunidad para contrastar dos argumentos similares. Yo me quedo con el japo.
Me gusto mucho, pero he tenido que verla unas res veces para encajar cosas, no obstante la he visto con gusto.
Interesante peli que mas que peli podriamos definirla cmo una tesis de psicologia.
Recomiendo a los que os gusto la serie Paranoia Agent. Gente a la que se la recomende les gusto mucho,
¨es que lo explica todo...¨ me decian jejeje
Creo que es del mismo director de la peli.
Muy buena peli, como siempre este director mezcla realidad con imaginacion y crea unas peliculas alucinantes.
Entretenida cinta en donde los sueños y la realidad se funden, para crear una trama policial que cautiva y logra proponer un buen misterio a resolver. La temática, el ser investigador en los sueños de las personas, ya se ha visto anteriormente, pero creo que acá la proposición destacable es precisamente en la estética de los sueños, muy cultura oriental, bellos y aterradores a la vez. Correctamente dibujado, buen manejo de volúmenes de los objetos y movimientos realistas. Buen cine de animación. IMPERDIBLE.
Genial película donde tanto la parte técnica como la historia son practicamente perfectas. Desborda imaginación por todos lados, imaginación onírica de esta que tanto nos gusta a algunos. Eso si, al principio si os pilla por sorpresa puede que os confunda un poco pero si entrais en este inquietante mundo os atrapará.
como obra de animación, impecable. la idea original también muy buena, partiendo de tecnología que permite observar sueños, y luego manipularlos cuando el asunto se les va de las manos. Se crea una trama con malos y buenos, y el resultado tendría que ser una peli redonda. pero... (tenía que haber un pero) en realidad la cosa resulta algo confusa, claro que tratándose de animé y sueños, no debería pillarle a uno por sorpresa. En general, creo que la peli crea unas expectativas y luego deja frío.
Críticas: 17
Mad Warrior
9
La agente Paprika avanza de salto en salto entre los resquicios del espacio-tiempo del vasto mundo de los sueños, moldeando la realidad conforme la atraviesa, hasta llegar a esferas imposibles ocultas entre telas de inconsciencia imposibles de desentrañar...
Podría decirse que Paprika es la chica que salta a través de los sueños del mismo modo que Kazuko Yoshiyama saltaba a través del tiempo, ambas, por cierto, heroínas de la literatura del genio y muy controvertido Yasutaka Tsutsui. La primera nació a comienzos de los “90 en relatos que fueron convertidos en novela, luego en manga, ganando una popularidad y respeto entre los fans de la ciencia-ficción que no tardó en llegar a la categoría de “best-seller“ en 1.993, y uno de ellos era Satoshi Kon, para quien la influencia del autor siempre había estado presente en su cine.
De hecho, acabado el encargo (y también soberbio debut) de “Perfect Blue“, lo que deseaba era llevar a la gran pantalla esa especie de relato “cyberpunk“ con retazos de K. Dick y Gibson (en él, la ingeniera científica Atsuko Chiba era puesta contra las cuerdas por miembros del centro de investigación donde trabaja tras descubrirse los fallos terribles de su invento revolucionario: un aparato para poder escudriñar en los sueños de los pacientes). El anhelo del director se alargaba debido a la quiebra de la compañía con la que tenía pensado el proyecto, y, tiempo después, en mitad de la producción de “Moso Dairinin“ con MadHouse, coincide con Tsutsui, en lo que parece ser una alineación mística de los astros...
Pero Kon, un hombre muy listo, decide quedarse sólo con lo fundamental y adaptar la obra a su gusto, haciendo hincapié en los elementos oníricos que plantea, y el enfoque es muy distinto; basta el legendario inicio con el que nos obsequia, donde desde un circo atestado de gente iremos traspasando de una realidad alternativa a otra que no serán sino las nacidas de la mente angustiada del detective Konakawa, en lo que es una incesante fluidez narrativa plasmada en imágenes de un poder visual e imaginación desbordantes, pagando el nipón su deuda con el cine una vez más.
Este elemento obtiene un peso muy importante e igual que en “Millennium Actress“ se utiliza su alternancia ficticia, su encadenado “mágico“, para arrastrar al personaje por secuencias conectadas a su inconsciente y a la vez su propio pasado; Kon investiga la mente y sus recovecos cual “voyeur“, como si observase a través del ojo de una cámara o un proyector, y esa sucesión de eventos aparentemente delirantes (en una jungla, en un tren, en un pasillo frente a un crimen) ocultan una lógica interna coherente que deberemos descubrir. Quien acompaña al detective durante estos “saltos“ en el interior de sus sueños es “Paprika“, enérgica, descarada, bellísima, y ni más ni menos que el álter-ego, el avatar podríamos decir, de Atsuko.
Y los créditos iniciales con ella deslizándose a sus anchas entre los edificios y rincones de una Tokyo nocturna al compás de las melodías de Susumu Hirasawa. Demonios, amo a “Paprika“ y desearía escurrirme por las grietas del tiempo junto a ella. Todo invención de Kon, evidentemente, mientras Tsutsui nos ponía sobre el argumento sin introducciones fantásticas, en el interior de las oficinas de la empresa; las acciones de Atsuko difieren en que en el libro realiza “chequeos mentales“ a hombres ricos con quienes, de manera más o menos explícita, sabemos que tiene relaciones sexuales.
Detalles definitorios del tono (peligrosamente) misógino que caracteriza al autor (en futuros capítulos su obsesión por las relaciones psicosexuales y el trato sexista de la sociedad se acrecientan hasta lo enfermizo), dejando al descubierto por el camino la conexión íntima entre la protagonista y su “avatar“ “Paprika“. El director ataja y cercena todas estas cosas que obstaculizan el ritmo del argumento y sabe que a nadie interesarán, y opta por lo misterioso, lo oculto, lo sugerente; tampoco tarda en meternos de lleno en la intriga alrededor del robo del invento de la anterior y el obeso e irritablemente infantil Kosaku: el DC-MINI.
Intriga que recuerda a la de “Ghost in the Shell“, con otra versión de aquel Titiritero capaz de manipular las conciencias de la gente, pero esta vez dentro de sus sueños hasta transformarlos en pesadillas y romper la fina barrera entre el mundo onírico y el real; se aprecia la intención de Kon de olvidar las explicaciones puramente científicas y apegarse a la lógica de lo inverosímil cuando la compleja función del DC-MINI es expuesta en un par de líneas por Kosaku.
Y ya nunca más se supo. Lo que cuenta es dejarnos llevar por los tropos del “techno-thriller“, resuelto con intensidad narrativa en una hábil cacería plagada de misterio novelesco y salpicada de ácido humor negro.
Alimentada por dos historias paralelas que confluyen (los sabotajes del DC-MINI y el drama interior de Konakawa), “Paprika“ sorprende aún más al presentar una trama totalmente lineal pero atravesada, deudora del cine de Gilliam o Lynch, de quiebras inesperadas, alucinaciones, formas que se abren camino desde el subconsciente y una fusión realidad-sueño que juega siempre con la percepción de los personajes y la del espectador, afectando los sucesos de un mundo a las reglas espacio-temporales del otro, como formando un todo estructurado en delicados niveles de realidad susceptibles de romperse en cualquier momento.
Todo es más excesivamente colorido, explosivo, casi juguetón, en comparación con la sombría novela. El descubrimiento del complot de Osanai e Inui (aquí director de la empresa) se reduce a una sutil obsesión del primero por Atsuko y las ideas neoluditas del segundo al rechazar todo avance tecnológico para tratar las enfermedades mentales de las personas; los desastres del DC-MINI son suficiente justificación si su aparentemente noble forma de pensar no le llevase a un acto de locura tan disparatado como pretender convertirse en una especie de dios y modificar los pilares de la realidad a su antojo (¡¿?!).
La relación homosexual de ambos villanos, disfrazada de respeto sumiso maestro-alumno en el film, y por encima de todo los sádicos intentos de Osanai de poseer a Atsuko (un capítulo concreto, que recuerda a “Perros de Paja“, describe un asalto sexual en su apartamento; secuencia extrañísima, traumática y asfixiante por la extensa duración y la evolución de la protagonista en su desarrollo, que de la violenta resistencia pasa a la aceptación pero nunca sin perder su fuerte feminidad, humillando constantemente a su agresor) se eliminan, gracias a Dios, en favor de una aventura que no tardará en descolgarse por el surrealismo más absurdo.
Porque no es en las descripciones ofensivas o en la prosa espesa de Tsutsui donde se encuentra mi adorada Atsuko/“Paprika“, sino surcando los cielos, cruzando océanos y sumergiéndose entre los innumerables pliegues de un universo que se retuerce en un éxtasis deconstructivo sin parangón cuando realidad “real“ y onírica convergen. La función de Kon está sobresaturada, un desfile de objetos de índole tradicional (de ahí averiguamos que el sueño siempre fue de Inui) surca las calles mientras hombres mutan en guitarras y las pantallas de los televisores sirven de portales entre mundos. ¡Se liberan las conciencias de la aburrida y reprimida sociedad japonesa gracias a la fantasía!
Aprovechando el abultado presupuesto y la libertad creativa que MadHouse le concedió, traspasa todas las fronteras de la imaginación, hace de lo grotesco un espectáculo de color y movimiento conmovedor, incluso con autorreferencias a su propio cine sin vergüenza, mientras la piel de “Paprika“ ha sido desgarrada y se lanza, junto a su doble real, a una carrera contrarreloj para frustrar a Inui (en lo que ahora podría ser otra versión de Galactus).
Por otro lado hemos tenido tiempo de desentrañar el sueño de Konakawa gracias a la magia del cine y la confluencia de las esferas oníricas. Todo encaja cual puzzle cósmico, todo estaba perfectamente unido en las capas del inconsciente, pero nunca pudimos apreciarlo con claridad.
Experiencia que deja huella en la mente y el corazón, la influencia de “Paprika“ persiste en el cine, el anime y otros medios, y ya para siempre, aunque nunca nada podrá situarse a la altura de su genio y encanto fascinante. Por desgracia su creador decidió también quedarse en el mundo de los sueños sin posibilidad de retorno, siendo la causa un cáncer de páncreas terminal que le venció a la edad de 46 años...
Pero no es recluido en su casa y demacrado físicamente como quiero recordarle sino, del mismo modo, surcando los cielos de lo imposible, cruzando los océanos de la surrealidad y sumergiéndose en universos alternativos de dobles identidades, criaturas de pesadilla y épicas aventuras del inconsciente hasta emerger de un proyector, introducirse en una pantalla de cine y aplaudirse a sí mismo con una traviesa sonrisa desde las butacas, acompañado de sus amigos Mima, Chiyoko, el trío Gin, Hana y Miyuki y por supuesto la eterna “Paprika“.
Si la imaginación va más allá de la vida y la muerte, ¿por qué no imaginarle así?
Él lo querría. Yo lo he soñado.
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