Ficha La bestia del reino

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Críticas de La bestia del reino (8)




TANO

  • 22 Jan 2024

6


Dirigida por Terry Gilliam, y protagonizada por Michael Palin (miembro de los Monty Python), se nos presenta la historia de un reino medieval asolado por una terrible criatura, por un lado, y la historia de nuestro protagonista, un hombre muy simple que sólo quiere conseguir un trabajo normal.
Básicamente, tenemos una historia de malentendidos y casualidades, donde este hombre simplón acabará metido en mil y un problemas y tendrá que enfrentarse al monstruo él mismo.
La película hace una gran sátira a las historias de edad oscura medieval, donde se nos presenta una sociedad pobre y unas situaciones exageradas hasta la saciedad.
Aunque tiene cierto tono de los Monty Python, la verdad es que la película muy divertida no es, consigue sacar alguna sonrisa, pero es más simpática (con un tono bastante de comedia negra), que graciosa como tal.
El monstruíto mola lo suyo, por cierto, una especie de wyrm (dragón con alas pero sin patas delanteras) que se curraron bastante para la época y el tipo de peli.



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Mad Warrior

  • 13 May 2023

3



Lo peor que puede pasarle a un héroe, quizás, es llegar a serlo sin saber cómo demonios ha pasado. Un idiota de turno, claro.
Aquí lo tenemos, a Dennis, quien llegará a ser lo que no desea y recordado por siempre por ello, en una de las aventuras medievales más repugnantes, desconcertantes y desagradables de todos los tiempos.

Todo ello salido de esa cabeza llena de pájaros que siempre ha sido el motor de las locuras y perversidades de Terry Gilliam. La locura que en esta ocasión nos concierne ocurrió en un momento de su vida en que siente que debe evolucionar lejos de la sombra de Monty Python, de hecho fue desde siempre sabido su condición de ¨renegado¨ dentro del grupo (¿sería por su origen estadounidense?); el éxito de ¨The Holy Grail¨, que a medias dirigió junto a Terry Jones, le impulsa a seguir solo igual que sus compañeros en aquel entonces, tratando cada uno de expandir sus propias ideas por separado.
Animado por el productor Sanford Lieberson, se empeña en levantar, sin contar precisamente con mucho presupuesto, una historia a partir de algo muy curioso: nada menos que el legendario poema ¨Jabberwocky¨, que tanto confundía a la pobre Alicia en su regreso al País de las Maravillas; difícil resulta extraer algo mínimamente comprensible de aquel juego indescifrable de raras palabras de tonos tradicionales y aires épicos, y quizás esa era la intención del natural de Minnesota: utilizar el disparate como elemento narrativo, como originador de un argumento y como fin último...si no, no se entiende nada.

No hay objeciones a ese impactante inicio que se nos regala. Desde un punto de vista subjetivo, el pobre Terry Jones, caracterizado de pordiosero, es atacado por una bestia feroz que no vemos hasta quedar reducido a un amasijo de carne y huesos (bonita manera que tiene Gilliam de deshacerse de su anterior colaborador a la dirección y tomar el mando). Esto da pie a modelar una Edad Media tremendamente atroz, pero colando en ella lo que debe ser la antítesis del caballero, ese Dennis encarnado por un Michael Palin sin cerebro ninguno y de inocencia demasiado pura para un entorno tan negro.
Repudiado por su padre y una asquerosa bola de carne llamada Griselda, de la que él, en su pobre imbecilidad, está enamorado, decide ir a probar suerte a la ciudad lejos de la ciénaga en la que vive. Entonces la maniobra del director es extraña y, por lo menos a mí, no agrada en absoluto. La criatura presente (bueno, no tanto) al principio, de la que no deja de hablar la gente y que da nombre al film, no aparece como tal; si la recordamos es porque se menciona con temor y molestia todo el rato o vemos las sanguinarias consecuencias de sus ataques. En realidad se utiliza el poema de Carroll con una retorcida intención...

Y es que, ya que el autor lo creó como un burlón reflejo (literalmente, pues Alicia lo leía frente al espejo) de la literatura y poesía elevada del momento, el director construye en torno a él una burla del cine histórico-épico y de los cuentos heroicos de espada y brujería. ¿Se podría decir que es la misma decisión que Corman tomó cuando adaptó el poema de ¨El Cuervo¨ de Allan Poe? Su gesta, con todo lo que contiene, queda al otro lado del sucio espejo, lo malo es su persistencia en reciclar el universo de ¨The Holy Grail¨ para demostrarlo.
De nuevo, efectivamente, somos lanzados a un medievo putrefacto, de ignorancia y brutalidad, donde los nobles, despiadados, siguen disfrutando tranquilamente de sus riquezas, mientras los pobres comen ratas fritas y se odian entre ellos. El problema es este, precisamente, lo bajo, lo repulsivo de este microcosmos; parece que Gilliam, que con poco dinero despliega un imaginario alucinógeno, elaborado y rico en detalles y ambientes, necesita la ayuda de sus compañeros para refinar ciertas cosas. A él le gusta generar impacto en el espectador, por eso recurre tanto a la violencia extrema, a lo escatológico, lo burdo, a lo relacionado con los estados anímicos.

Sin embargo los ¨gags¨ que concibe son repetitivos y se estiran hasta la saciedad en secuencias finalizadas con una nota de humor negro perverso que no resulta tan graciosa como él se cree. Esto produce que la trama se ralentice, se estanque y no evolucione en absoluto, esto y la troupe de aborrecibles seres que la componen, empezando por un protagonista que da vueltas inútilmente (más de una hora y aún está en la ciudad sin saber qué hacer), que ocupa momentos pensados como ¨sketches¨ autoconclusivos donde los secundarios llegan y se van, aparecen y desaparecen.
No se trata de menospreciar a tan buenos actores como Warren Mitchell, John LeMesurier, Bernard Bresslaw o ese brillante Max Wall de rey, pero el director no atina con sus diálogos ni con el tiempo que deben durar en pantalla, y las presencias de John Cleese, Graham Chapman y Eric Idle ayudarían bastante. Al menos ellos sabrían desprender una cierta simpatía; los roles que a los otros les asigna Gilliam causan náuseas, y poco o nada podemos desear seguir viéndoles ni escuchándoles (sólo a la bella Deborah Fallender, cuya princesa, aunque subnormal, por lo menos es inocente y buena...). ¿Y qué hay del Jabberwocky?, se preguntarán.

Pues nada de nada. La concepción de la bestia era algo metafórico y pierde su encanto al aparecer (hacia el final y, debido a la evidente falta de presupuesto, muy poco tiempo); además, la manera que tiene Dennis de involucrarse en su cacería es una idiotez, aun encajando con el personaje: un héroe por accidente que recibe lo que siempre mereció pero sin ser consciente de ello.
Gilliam seguiría regresando a estos disparatados universos históricos, pero con mucho más acierto que en esta ocasión. Yo, por mi parte, quedé tras ver el film como Alicia tras leer el poema: mi cabeza está llena de ideas, pero no sé exactamente cuales; alguien dio muerte a algo, eso seguro...



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mahotsukai

  • 6 Sep 2022

5



Pasable ópera prima de Terry Gilliam, miembro de Monty Phyton.

Buscando un mejor futuro luego de ser desheredado y rechazado por su interés amoroso, un tonelero medieval se verá involucrado sin quererlo en una cruzada para matar a un monstruo que asola a un pueblo completo.

“Jabberwocky” es uno de los poemas sin sentido más destacables del escritor británico Lewis Carroll, incluido en “Through the Looking-Glass, and What Alice Found There” (1871), secuela literaria del también clásico “Alices Adventures in Wonderland” (1865). En dicha obra, Alicia se encuentra con un libro escrito en un idioma aparentemente ininteligible, pero que termina por darse cuenta está escrito con letra de espejo. Incluye, por tanto, varias palabras inventadas y/o combinadas por Carroll que en su primera estrofa son explicadas por Humpty Dumpty, legendario personaje infantil inglés. Éste correspondería a una criatura monstruosa que parece haber sido inspirada por una antigua balada germana conocida como “El Pastor de las Montañas Gigantes”, en la cual un pastor se enfrenta a un monstruoso grifo (una criatura mitad águila y mitad león), de acuerdo al biógrafo y recopilador Roger Lancelyn Green. Dicha balada habría sido traducida al inglés hacia 1846 por Menella Bute Smedley, una pariente de Carroll, que explicaría ciertamente su creación. En cualquier caso y paradójicamente, la palabra “Jabberwocky” ha pasado a formar parte del léxico británico, con el significado de “sin sentido”.

Por su parte, a pesar del éxito de la película de culto “Monty Python and the Holy Grail” (1975) dirigida por Terry Jones y Terry Gilliam, el excéntrico animador del grupo cómico Monty Python había quedado con cierto sabor amargo por las disputas internas que había tenido con su colega y co-director, quien tenía conceptos creativos distintos a los Gilliam, este último reconocido cinéfilo, más enfocados en la esencia de comedia de sketch, que finalmente había logrado imponer Jones. Por tal razón, el futuro director de “Brazil” (1985) se embarcaría en su primer proyecto cinematográfico en solitario como director, basado en este célebre poema sin sentido de Carroll que había sido llevado al cine por primera vez en el cortometraje surrealista de stopmotion del genio checo Jan Švankmajer, “Žvahlav aneb šatičky slaměného Huberta” (1971). El resultado sería una comedia con algunos elementos de crítica social, aunque con altibajos y alejada del humor surrealista y absurdista de los Phyton, a la cual inevitable (o convenientemente) se le terminó relacionando, pero que aun así tiene los elementos típicos de la filmografía de Gilliam.

Así, se advierten varios elementos fundamentales en la narrativa cinematográfica de Monty Phyton y del propio Gilliam, anterior y posterior a “Jabberwocky” (1977), como es tener un contexto antiguo, la presentación de un protagonista poco inteligente/poco bienaventurado envuelto en una situación absurda y, por supuesto, un tono de crítica social. De esta forma, en primer lugar, no parece extraño que Gilliam replique la ambientación en la Inglaterra medieval de “Monty Python and the Holy Grail” (1975) que, dicho sea de paso, resulta a todos luces una de sus principales plusvalías, por cuanto el futuro director de “Twelve Monkeys” (1995) sabe cómo recrear con efectividad un verdadero contexto medieval, sucio, miserable y oscuro literalmente. En ese sentido, supera a su anterior propuesta por cuanto podemos asistir a la miseria y indefensión del campesinado, el caos y la suciedad de la ciudad, la humedad y lugubridad de los castillos, la violencia y imposición de la fuerza por sobre cualquier cosa, quizás menos brillantista si se le compara con el trabajo fotográfico de las películas medievales de Pier Paolo Passolini como “Decameron” (1971) y “Tales of Canterbury” (1972), pero efectivo, a fin de cuentas.

En segundo lugar, ya lo decía, la inclusión de un protagonista casi estereotípico en las películas de Monty Phyton, el del joven poco brillante o con poca suerte que termina enredado en una situación ridícula, como en la propia “Monty Python and the Holy Grail” (1975) y “Life of Brian” (1979), pero en este caso con bastante menor gracia. Hay varios elementos cómicos que sin embargo no terminan por llevar la trama al paroxismo surrealista, pero que están presentes en la trama, entre los que podemos mencionar como la justa medieval de la que los caballeros, primero, buscan rehuir y, segundo, en la que los espectadores, especialmente el podio real, terminan ensangrentados sin parecerles extraño, por supuesto, está el incómodo momento final del señor Cooper con su hijo Dennis, el protagonista, vomitándole una serie de groserías y deshonras en su lecho de muerte, aludiendo a su supuesta estupidez y holgazanería, además de desheredarlo. Con todo, lo más gracioso será el hecho que Dennis siga pendiente de la gorda y antipática Griselda después de haberse ganado accidentalmente la mitad del reino y la entrega de la bella princesa e hija del rey Bruno, el Cuestionable.

En tercer lugar, y con todo, hay elementos de crítica social dignos de mencionar. Un primer elemento es el comercio, en el que podemos ver cómo Copper, después de ser desheredado, intenta comenzar desde cero. Tiene ideas innovadoras para aumentar la productividad, pero los comerciantes y empresarios locales, viéndole como un imbécil, lo ignoran. Ello lo hará emigrar a la ciudad en donde dará cuenta de la mafia y monopolio de gremios y los comerciantes que controlan el negocio, mientras los forasteros luchan por sobrevivir. Probablemente, el elemento más ácido es lo que le sucede a Wat Dabney, un legendario tonelero e inventor que, excluido por los gremios, se corta el pie en un intento de convertirse en un mendigo, lo cual resulta más exitoso económicamente.

Otra crítica hacia los comerciantes es el beneficio que sacan del miedo de la gente al Jabberwocky, vicio que comparten con la Iglesia, que gana más fieles y donaciones conforme venden la idea de que la criatura fue enviada como castigo por Dios para castigar a los pecadores. Se muestran, además, reacios a ayudar al rey a matar al monstruo para acabar con la amenaza porque claramente no les conviene que todo termine. A lo que debemos sumar otro elemento crítico que no falta en los trabajos de los Python, que es la burocracia. Gilliam presenta al rey Bruno, el Cuestionable y su ayudante, Passelewe, como gobernantes ancianos y decrépitos en un castillo tan derruido como su concepción de gobierno. No tienen ideas y llegan a la conclusión que las justas para elegir a un campeón por mera casualidad al consultar las proezas de un antepasado muy antiguo, Max el Vanidoso, que resulta exitoso al final por azar. Un caso aparte es su heraldo que está mucho más preocupado por anunciar que por el contenido del mensaje.

Con todo, “Jabberwocky” (1977) tiene poca personalidad en este aspecto si se le compara con “Monty Python and the Holy Grail” (1975), “Life of Brian” (1979) y “The Meaning of Life” (1983) que brillan precisamente porque no tienen tapujos en criticar y reírse de cuánta institución tengan a su alrededor, del estado, la iglesia, la sociedad civil, las instituciones policiales, etc. así, con la carencia de un estilo realmente, satírico y surrealista y la inclusión de situaciones cómicas apenas graciosas, más bien anecdóticas, no es raro que al espectador se le vuelva realmente pesado en relato, incluso siendo admirador del trabajo de Monty Phyton. Gilliam dirige con un estilo pausado que no tendría ningún problema si tuviera los alicientes descritos anteriormente. Algo ayudan secuencias gore que Gilliam incluye que resultan perturbadoras a pesar de su breve exposición en el metraje, cumplen una función que entiendo es sarcástica, ya que en ella se sugiere la presencia del Jabberwocky y su implacable apetito por devorar sólo el cuerpo de los hombres y dejarles la cabeza. Los combates de la justa para decidir al campeón que matará al monstruo resultan más divertidos, seguramente porque emulan la inolvidable secuencia de descuartizamiento progresivo de “Monty Python and the Holy Grail” (1975) que tantas carcajadas sacó y sigue sacando hasta nuestros días.

A lo que debemos sumar la figura del Jabberwocky, el cual aparece sólo en los últimos 10 minutos de metraje y el cual da lamentablemente vergüenza ajena. Es cierto que Gilliam contó con un presupuesto bajo para recrear a la criatura, pero el resultado es realmente lamentable. Se supone que la idea era que el disfraz del monstruo tuviera las articulaciones de la cadera y la rodilla invertidas, para darle el aspecto de andar de un pájaro. La cabeza del actor mal ocultada en el torso del monstruo y la cabeza de marioneta de cuello serpentino mal fabricada hacen que hasta se vean los hilos de las grúas rudimentarias con que manejan al esperpento, incluso más cutre y espantoso que el abominable pajarraco de “The Giant Claw” (1957) de Fred F. Sears. Para colmo, el epílogo está tan mal filmado que la caída accidental del actor dentro del Jabberwocky resultó más natural para Gilliam que la muerte que planeaba darle al monstruo, así que la dejó dentro del corte. En definitiva, la criatura está tan mal fabricada y tiene un aspecto tan miserable que hubiese sido mucho más digno haber incluido las simpáticas y efectivas animaciones que Gilliam solía hacer para Monty Phyton para representar a la bestia.

El film contó con la participación de parte del elenco de Monty Python en su reparto, en diferentes papeles. Michael Palin (“Life of Brian”, 1979) encarnó al protagonista Dennis Copper, Terry Jones aparece como un cazador furtivo y el propio Gilliam como un hombre en la roca. El veterano ex mimo Max Wall (“The Hound of the Baskervilles”, 1978) como el rey Bruno, el Cuestionable, John Le Mesurier (“The Pink Panther”, 1963) como Passelewe, su ayudante, Deborah Fallender (“Some Kind of Wonderful”, 1987) como la princesa, Harry H. Corbett (“Ladies Who Do”, 1963) como el chaperón, Jerold Wells (“The Element of Crime”, 1984) como Wat Dabney, David Prowse (“Star Wars V: Empire Strikes Back”, 1980) como el Caballero Negro, Warren Mitchell (“Till Death Us Do Part”, 1967) como el Sr. Fishfinger, John Bird como el heraldo, Annette Badland (“Charlie and the Chocolate Factory”, 2005) como Griselda Fishfinger y Brenda Cowling (Serie “Potter”, 1979-1983) como la Sra. Fishfinger.

La banda sonora del film incluyó composiciones como “Night on a Bald Mountain”de Modest Mussorgsky y Nikolai Rimsky-Korsakov, “The Great Gate Of Kiev” de Modest Mussorgsky y Maurice Ravel y “Mars, the Bringer of War” de la suite ¨The Planets¨ (1912) de Gustav Holst, entre otros.

“Jabberwocky” (1977) fue filmada en Wales. Para el castillo del rey Bruno, el Cuestionable, se utilizaron los castillos de Pembroke (1093) y Chepstow (1067). Las secuencias de batalla de Jabberwocky y el Caballero Negro se filmaron en una antigua cantera de Piedra de Pembroke.

La película fue estrenada el 28 de marzo en Reino Unido y el 15 de abril en Estados Unidos, en donde se le promocionó, contra la voluntas de Gilliam, como un film de Monty Phyton. Obtuvo críticas mixtas de los expertos y del público, pero con el tiempo obtendría cierto estatus de película de culto.

En resumen, un pasable debut de Terry Gilliam como director en solitario, en donde destaca una lograda ambientación medieval y la presencia de elementos de crítica social, pero que carece de humor ácido y unos efectos especiales lamentables para representar al monstruo.



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Parnaso

  • 16 May 2016

5


Pues rectifico,colegas.
Si antes le puse un 3,con esta nueva revisión que le he otorgado he de decir que la primera propuesta de Terry Gilliam aprueba por los pelos,con lo cual,rectifico y dictamino que su única película menos lograda a mi gusto es¨Miedo y asco en las Vegas¨.
Lo primero que me llama la atención y me enamora de la peli es su genial ambientación de la edad media(cuanto hecho de menos estas producciones para este tipo de proyectos llenas de neblina borrosa).El argumento es sencillo y el humor aparece en contadas ocasiones pero las veces que aparecen esos puntazos uno los ríe con buena gana,por ejemplo con la escena final en la que Michael Palin luchando contra la bestia se resguarda con lo primero que pilla,el escudo,de que manera lo hace jajajaja).Uno de los personajes que más mola es el Rey Bruno que va sermoneando lo primero que le viene al tarro y es quien convoca a los luchadores para que uno de ellos se deshaga de la bestia que acecha el reino matando a los habitantes del lugar.
Resumiendo,que la peli sin ser una maravilla,se deja ver manteniendo el mismo ritmo y enfoque durante todo el metraje :D



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italominimal

  • 18 Jul 2011

3


Yo siempre he pensado que los Monty Phyton estan muy sobrevalorados, incluso su mejor película ¨La vida de Brian¨ la ponen por las nubes y no es nada del otro mundo. Peliculas de algunos de ellos destacaria ¨El rey pescador¨, ¨12 monos¨, ¨Miedo y asco en las Vegas¨. ¨El sentido de la vida¨ y pocas mas. ¨La bestia del reino¨ se puede decir claramente que nos encontramos con su peor película, un film tedioso (aunque dura 95 minutos) mal interpretado, mal hecho y con chistes que no hacen ninguna gracia. Una película para olvidar totalmente, una pena, un borrón en su filmografía...



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MARIUSS

  • 11 Jul 2008

4


Coincido totalmente con vosotros dos:malilla,michael palin hace lo que puede bajo un guión flojísimo y sin gracia,y una historia aburrida y hasta tediosa. Faltan los otros 3 o 4 de los clásicos monthy pyton. ¿lo mejor.



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solus_ipse

  • 23 Dec 2007

2


coincido con spargo. es para olvidarla... de hecho, yo prácticamente lo he conseguido, y no la volvería a ver.



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spargo

  • 3 Dec 2006

1


de lo peorcito de monty pithon sin lugar a dudas,nunca debi comprarmela.se me hizo muy lenta y pesada,y apenas un par de chascarrillos destacan.Al final,la criatura en cuestion,es para verla,que cutrada.por cierto,no es de todos los componentes,y eso..pues se nota.



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Críticas: 8


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