Vale, pues me he lanzado a ver ¨El origen del mal¨, y qué os puedo decir, amigos, me ha dejado con una sensación de ¨¿en serio?¨. Primero, que si uno va a hacer una película sobre una familia de ricachones con sus trapicheos y liadas, ¡por lo menos que sea entretenido! Pero no, aquí es más bien un rollo tipo telenovela mala, pero con aspiraciones de algo más grande.
Serge, el patriarca, interpretado por Jacques Weber, más parece que está en piloto automático; el hombre tiene carisma, pero parece que no se enteró de que tenía que actuar. Luego, las relaciones familiares, que deberían ser el jugo de esta peli, son más bien como un puré de patatas sin sal.
Y vamos a hablar de la tal Louise, que vaya tela. Dominique Blanc, que la interpreta, no sé si estaba tratando de ser enigmática o simplemente se dejó la personalidad en casa ese día. Ni te cuento de la hija George, que más que una directora de empresas, parece que solo está ahí para rellenar el elenco.
Lo que me ha dejado flipando es la cantidad de lío en esta familia, y no del bueno. Me refiero a que está tan metido con calzador que te hace decir ¨¿En serio?¨. Y lo peor, ¡no le encuentras ni pies ni cabeza a tanto embrollo!
Lo de la fotografía, pues vale, está chula la casa y el paisaje, pero eso no salva una peli que te deja mirando el reloj cada cinco minutos.
En resumen, ¨El origen del mal¨ es como un montón de ingredientes tirados en una batidora sin orden ni concierto. Te prometen un zumo gourmet y te dan un mejunje que ni pa’ quitarte la sed. Yo, sinceramente, no la recomendaría ni para una tarde de lluvia. ¡Ahí lo dejo!
¨El origen del mal¨, dirigida por Sébastien Marnier, es una fábula moral meticulosamente construida que explora las relaciones intrincadas y tensas de una afluente familia francesa.
La trama se centra en Serge, el patriarca empresarial, y se despliega a través de personajes multifacéticos, incluida Stéphane, una presidiaria que se entrelaza con la familia. Con una ambientación impecable, fotografía exquisita y un guion que maneja hábilmente secretos, rivalidades y revelaciones, la película mantiene a los espectadores comprometidos con su atmósfera intensa y sorpresas finales.
La atención al detalle en la caracterización y la narrativa compleja contribuyen a su fascinante tapestried.
¨El origen del mal¨ se presenta como un intrincado drama familiar centrado en una familia adinerada, liderada por el patriarca Serge. La película se despliega meticulosamente, mostrando las enrevesadas relaciones entre los miembros de la familia y dos mujeres en prisión que están conectadas a ellos.
Con una opulenta mansión costera como escenario, el filme arroja al espectador a un torbellino de emociones y conflictos internos, mientras los personajes navegan por un mar de secretos, celos, ambiciones y desconfianzas. Stéphane, uno de los personajes en prisión, irrumpe en esta volátil dinámica, añadiendo más tensión y complejidad.
La película, dirigida y escrita por Sébastien Marnier, destaca por su excelente ambientación y dirección de arte, complementada por la cinematografía de Romain Carcanade. Las personalidades complejas de los personajes son hábilmente retratadas, y las actuaciones son convincentes.
Los detalles como la obsesión de uno de los personajes por coleccionar objetos y la claustrofóbica naturaleza de la mansión, accesible solo en yate, añaden profundidad al entorno.
La narrativa mantiene al espectador comprometido con una tensión creciente y relaciones cada vez más enrevesadas. Además, la película ofrece sorpresas y giros, incluidas investigaciones policiales y revelaciones de secretos familiares que aclaran la atmósfera tóxica que impregna la familia.
En conclusión, ¨El origen del mal¨ es un drama intrigante y bien ejecutado que combina un guión inteligente, una fuerte caracterización y una ambientación impecable para crear una experiencia cinematográfica cautivadora que mantiene la atención del espectador hasta su sorprendente clímax.
La película aborda temas de intriga, misterio, disfunción emocional familiar y relaciones tóxicas, todo ello enmarcado en una opulenta mansión que, curiosamente, está sobrecargada de objetos y adolece de una claridad temática.
Sin embargo, el principal inconveniente radica en el guión. A pesar de contener ideas intrigantes, es predecible en su desarrollo y los motivos de los personajes permanecen ambiguos. La acumulación de engaños, estratagemas y manipulaciones no se justifica adecuadamente, y el espectador se queda con preguntas sin respuesta sobre las intenciones y motivaciones tanto de la familia como del personaje externo.
Además, hay escenas que parecen insinuar una tensión sexual, pero no logran culminar ni aportar significado a la trama.
A pesar de su duración de dos horas, que podría haber permitido un desarrollo de personajes más profundo, la película no logra satisfacer la curiosidad del espectador en cuanto a la psicología y fundamentos de los personajes.
Críticas: 5
..PICARD..
3
Pretencioso producto galo, misterioso e intrigante, -dice su ficha-, que ni hipnotiza, ni cautiva y ni absorbe el intelecto del espectador. Al menos, el del quien esto escribe, que prefiere visionar cualquier esperpéntica obra de nuestro afamado Santiago Segura, por ejemplo.
Pero eso sí: posee una funcional, novedosa y reseñable técnica de filmación, escindiendo imágenes para presentarlas, hasta 3 ó 4 a la vez, en pantalla y en un mismo plano, aunque no descuella, precisamente, por ser portadora de un supuesto «Origen del mal» y de un presentable suspense. .PRESUMIDA. .1️⃣/5. ··PICARD··
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