Corey se muda a un nuevo vecindario con su madrastra borracha y abusiva, quien lo usa de sirviente. También humilla a Corey su odioso hermanastro, pero una noche, Corey lo mata sin querer. Entonces la vida miserable del joven parece ir llegando a su fin y comienza otra vida sangrienta, al encubrir ese asesinato cortándolo y guardando las partes del cuerpo en el congelador.

Película de comedia y terror que tarda bastante en mostrar la venganza del humillado Corey, integrando una familia exagerada y violenta para que la comedia abuse del mal gusto, pero luego el ritmo crece y se vuelve todo en una gran locura, no tan vertiginosa pero sí­ algo divertida.
Contiene mucho humor negro, escenas asquerosas (como la de la pizza) y el gore visto desde la comedia (como Corey en la picadora de carne preparando una “hamburguesa“ para dársela a su madre) son marcas imborrables de ésta película realizada precariamente y con mal sonido. Una pifia grande e inentendible son las líneas de diálogo de tintes racistas contra la vecina adolescente y amigable.
Todd Fortune como Corey logra un papel convincente y el resto del reparto también tiene actuaciones sólidas, por eso casi todos los personajes de la historia son detestables.
La atmósfera de mediados de los ochenta es total, (recomendable para quienes amen de estas sensaciones) abundando los jeans rotos o las remeras y pósters de Ozzy Osbourne, Traci Lords, etc.

“Little Corey Gorey“, película que comenzó a filmarse en 1988 y concluyó en 1990, es el ejemplo perfecto de cine independiente de bajo presupuesto, defectuoso pero con buenas intenciones. Recomendable para fans de todo tipo de terror “ochentero“.

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