Esta nueva versión de la popular leyenda de la llorona, es la más política de todas. Trata de un militar acusado de genocidio de la población indígena, mientras su familia debe estar confinado se casa por culpa de sus pecados anteriores. En este contexto llega a la casa una nueva asistenta que tiene mucho que ocultar.
Esta película se aleja completamente de todas las versiones anteriores, se centra en el drama, de sobrenatural tiene muy poco.
De hecho la película podría dividirse en tres partes, y sólo la última es sobrenatural.
El diseño del sonido es destacado ya que durante toda la película se escuchan las protestas de la gente fuera de la casa, sin interrumpir los diálogos al interior.
Es una película lenta, contemplativa, qué ocurre toda dentro de una casa. Tarde o temprano, los pecados del pasado nos terminan alcanzando, es la premisa de esta historia.
Dramática e históricamente bien lograda.
Críticas: 2
Miguel Arkangel
7
El director guatemalteco, de ascendencia maya, Jayro Bustamante se ha convertido en una de las promesas emergentes del cine centroamericano. Su película “La Llorona” combina con tino e imaginación la denuncia social con componentes sobrenaturales. La historia se desarrolla a fuego lento, siempre mantiene un tono incómodo, y con un suspenso en espera de estallar.
El general Enrique Monteverdeo es un exdictador (más o menos inspirado en Efraín Ríos Montt) que enfrenta un juicio por cargos de genocidio, torturas y desaparición de civiles, en especial indígenas mayas. Cercada su lujosa casa por manifestantes exigiendo justicia, su única compañía es su esposa, Carmen, su hija, Natalia, su nieta, Sara, un guardaespaldas y dos empleadas domésticas. Las tensiones familiares, raciales y de clase entre este grupo son bastante intensas, y se complican más cando empiezan a padecer desconcertantes pesadillas. Y es que, como suele suceder, los fantasmas del pasado acechan para saldar cuentas.
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