Ficha El Club del Suicidio 2 (Suicide Club 2)

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Críticas de El Club del Suicidio 2 (Suicide Club 2) (8)




Mad Warrior

  • 24 Jan 2021

6



Insatisfacción, hastío, ansia, desconexión, odio...son esas algunas de las emociones que nos impulsan a dibujar un propio círculo existencial fuera del que la vida se ha encargado de asignarnos, y, con ello, desposeernos de nuestra conciencia para alcanzar la auténtica conexión con nosotros mismos.
¿Sería eso posible?

Después de cuarenta años de vida y diecisiete iniciado como cineasta, el transgresor Sion Sono sería reconocido no sólo en su país natal sino a nivel internacional gracias a ¨El Club del Suicidio¨, obra insólita y rompedora con la que, haciendo uso de una explosiva creatividad más allá de lo imaginable, desgajaba sin ningún pudor las obsesiones, psicopatías, miedos y tensiones de la sociedad japonesa moderna, recién entrado un siglo XXI donde el cada vez mayor dominio de la tecnología e internet controlaba las conciencias y emociones de las gentes, en especial las de la joven generación.
Enfermiza, sangrienta y también inexplicable, seguramente el gran público no estaba preparado para alguien como Sono y sus abrasivos ideales sobre el ser humano y la sociedad; pero lo cierto es que su trabajo, el cual pronto alcanzó el estatus de culto, quedó inconcluso, lleno de preguntas y pocas respuestas. Así continuaría alimentando la fábula del aterrador ¨club¨ en su novela ¨Jisatsu Sakuru: Kanzeban¨; no queda claro si su intención era despejar los enigmas planteados, en cualquier caso después trasladaría su propio libro a la gran pantalla, que según la cronología de los hechos podría establecerse como precuela, en principio, aunque esconde muchos más secretos...

En efecto se recuerda el salvaje incidente de las 54 chicas que saltaron a las vías del tren, y se hará hincapié a lo largo y ancho de la historia, conectándose con ésta en múltiples nexos de unión, sin embargo ¨La Mesa de Cena de Noriko¨ comienza presentándonos la paulatina fragmentación de un núcleo familiar, compuesto de Tetsuzo (el padre), Taeko (la madre), Yuka (la hija menor) y Noriko, en quien se centra el primero de los cuatro capítulos en los que se divide la trama, cada uno de ellos narrado desde el punto de vista de su protagonista (lo que da pie a numerosas contradicciones).
Esta fragmentación viene dada por la insatisfacción de la joven Noriko al vivir en la pequeña Toyokawa (ciudad natal de Sono, uno de los muchos aspectos autobiográficos que plagan el film) al margen de la gran sociedad; lo que para sus padres conforma un reducto de paz y armonía, lejos de los peligros urbanos, para ella es un agujero donde su anodina existencia se hunde día a día. En realidad Noriko es el paradigma de la llamada generación ¨Y¨ (o ¨Millennial¨), a la cual ataca y desgrana el director sin piedad; demasiado avanzados y solitarios para el mundo real que les rodea, hacen de internet su nuevo hogar, se liberan, adoptan nuevas identidades y personalidades.

Y lo más importante, condensan las emociones según los estímulos proporcionados por la pequeña pantalla del ordenador. Así es Noriko; como sus coetáneos, ella también decide asumir un rol en el que refugiarse, ahora Mitsuko (nombre de una de las protagonistas de ¨El Club del Suicidio¨ y recurrente en el universo ¨soniano¨). Los roles son en realidad, como iremos viendo, asumidos por todos los miembros de la sociedad, para evitar el rechazo a sí mismos, para huir de sus vacuas existencias, para fingirse. La visión del nipón sobre la Humanidad vuelve a ser desoladora.
Una Humanidad podrida hasta los cimientos, que respira hipocresía y nihilismo, que se cura por su sufrimiento y dolor en sordina; una humanidad a la que decide lanzarse la joven de cabeza en un acto de huida inconfesable (éste y otros ejemplos hacen a los personajes de Sono repulsivos y lo más lejos de poder ganarse nuestra empatía). Así, mientras la brecha se abre en el seno de los Shimabara, acompañamos a una desconcertada Noriko a un viaje, no de liberación ni mucho menos, sino un viaje a las tinieblas de la sociedad contemporánea guiado por un monstruo que halla en el camino y que le arrastrará irremisiblemente a ellas (como les sucede a muchos protagonistas de los films del cineasta).

Ese monstruo que guía a la muchacha se llama Kumiko, otro ser que sirve a Sono para vampirizar a la mujer y convertirla en instigadora de la desgracia por pura selección natural; ella es un espectro de pasado inexistente y conciencia vacía, camina sin ser nadie y se muestra ocultándose (o viceversa).
Si bien vuelve a cobrar importancia la red Haikyo.com, clave en ¨El Club del Suicidio¨, la historia que nos atañe no parece ubicarse como precuela ni secuela de aquélla, sino como una mirada alternativa al mismo universo al tiempo que se desarrollan los hechos; Sono construye una fábula aún más perturbadora sobre su decadente sociedad.

Centra su discurso en la absoluta soledad y rechazo autoconsciente, y en la adquisición de una existencia ficticia, ¨programada¨, por medio de algo tan escalofriante como esa agencia que ¨alquila¨ familias a los más variopintos clientes. A estas alturas la huida de la inocente Noriko es cada vez más incierta (la voz de la razón es al final la paterna); los demás episodios radiografian de manera concienzuda los tormentos, impulsos y dramas de aquellos que la rodean: Kumiko, su hermana Yuka, quien decide huir en su busca, y su padre, que contemplando el desmoronamiento familiar provocado por sus (malditas) hijas y el suicidio de su esposa, inicia una cruzada contra la secta manipuladora del llamado ¨Club del Suicidio¨.
De hecho, teniendo en cuenta lo imposible de empatizar con las féminas protagonistas, proyectando incomodidad y animadversión más que cualquier otra cosa, es el personaje de Tetsuzo, ese padre amargo y echo pedazos, con los pies en la tierra y susceptible de ser manipulado al contrario que Yuka y Noriko, su obsesión y fría preparación de la venganza, lo que relanza la trama cuando ésta se hacía cada vez más densa y agobiante. Aunque se tome su tiempo desmontando a Kumiko, Sono acierta de pleno al ponernos en la piel de Tetsuzo y lanzándonos a un tramo catártico de búsqueda, descubrimiento, expiación y choque frontal con la realidad.

Incapaces somos de adivinar a qué caminos conducirá una terapia psicológica tan salvaje como la planeada por Tetsuzo, y así nos aguarda una última media hora desesperante, donde el director, con su nervio habitual, deja claro su dominio de la tensión, la atmósfera y la violencia...
Pero también falla en una solución insatisfactoria y confusa, con Tetsuzo convertido primero en monstruo ante sus ¨desconectadas¨ hijas, deseando rescatarlas de esas identidades falsas que han asumido (de esos avatares en línea que se han extendido fuera del mundo virtual), y luego presa de la asunción del rol del padre perfecto que siempre quiso ser, en un entorno preparado y falso. Y lo que no debería suceder termina sucediendo.

Es decir, los protagonistas son tomados por sus roles y en esa salsa de paranoias final sólo queda el desposeimiento y el autoengaño (aunque implique la ¨vuelta a la realidad¨ de Noriko) y es algo con lo que yo, personalmente, no deseo estar de acuerdo. Entre tanto se aporta una visión global y razonable del ¨Club del Suicidio¨ absolutamente descorazonadora; en sus 2 horas y media de metraje Sono se las arregla para lograr un ritmo fluido aun con sus altibajos o momentos demasiado exasperantes, filmando casi todas las secuencias cámara en mano para captar al vuelo las emociones de sus personajes y meternos de lleno en la historia.
En lo que a un servidor respecta, vuelvo a afirmar que el nipón es de esos pocos directores que realmente poseen la habilidad de cortarte la respiración y mantenerte en vilo el tiempo que deseen. A sus órdenes están de nuevo unos actores puestos al límite; especial predilección siento por el arrollador Ken Mitsuishi. Kazue Fukishii y la más joven Yuriko Yoshitaka encarnan a unos personajes, como ya dije, repelentes a todos los efectos, humanos sin duda, pero insoportables al final, lo mismo que la otrora ¨AV idol¨ Otake ¨Tsugumi¨ Tsuzumi. Sanae Miyata demuestra en su corta participación sus grandes dotes como actriz dramática, pero por desgracia no se le presta la debida atención, lo mismo sucede con Yoko Mitsuya.

En definitiva una nueva demostración de la ferocidad narrativa del cineasta, de su capacidad innata para enroscarnos en su construcción y destrucción del drama humano, que puliría y mejoraría en obras futuras (¨Exposición de Amor¨, ¨Cold Fish¨).
Resultaría más satisfactoria de no ser por sus mencionados personajes femeninos y esa delirante conclusión donde hemos de aceptar lo inaceptable...



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juampis99

  • 4 Mar 2019

4


Voy a ser sincero, no entendi nada respecto a atar cabos sueltos de la primera entrega, para mi son 2 peliculas totalmente diferentes y eso me decepciono, quizas si la hubiese visto desde otra perspectiva..., es decir, como una pelicula mas y unica, me hubiese gustado, pero la vi con la intencion de atar cabos sueltos de la 1ra y ver mucha sangre cosa que nada que ver, asi que mi puntaje es un 4..... mala, lo siento y ademas terriblmente larga y pesada, Gracias.



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Daybeat

  • 1 Aug 2018

8


Yo no la vi tanto como una secuela o precuela de suicide club. Si llena algunos huecos argumentales de la cinta suicide club y tiene cierta relación, pero también nos muestra una historia interesante sobre una familia bastante peculiar.
La película es larga y puede que se haga pesada ya que aquí no se encuentra el nivel de violencia como en suicide club, la cual le dio mucha popularidad. Aquí el drama es lo que describe a esta cinta, un drama bien realizado, donde conforme avanza la película se vuele más intrigante.
No recomiendo esta película a todos, si esperan algo como en suicide club no serás de su agrado, pero funciona muy bien para llenar esos huecos y es bastante interesante esta historia que se nos presenta. Denle una oportunidad a esta cinta, puede agradar o puede que no, sin embargo es una buena película.



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EvilRaider

  • 28 Oct 2016

8


Noriko’s Dinner Table, ¿la aspirina para el Suicide Club?


Como ya dije en mi crítica a Suicide Club, la obra del 2001 de Sono dividía opiniones; fans y detractores. Bueno, como en todas las películas, ¿verdad? Siempre va a ver gente a la que le gusta la película y otros a los que no, pero recordemos que nos encontrábamos delante de un bloque macizo y de difícil comprensión: El Club del Suicidio. Tanto revuelo ocasionó la cinta y mismamente, hubo tal colectivo a nivel particular como críticos y especialistas que no la llegaron a comprender del todo, que el bueno de Sion Sono realizó cuatros años más tarde, la que sería una precuela explicativa de la susodicha cinta.

Si bien es cierto que de alguna forma aclara ciertos aspectos o agujeros que dejaba a libre interpretación el primer filme, esto no quita ¡ni por asomo! que Noriko’s Dinner Table sea una película sencilla, amigable y de fácil digestión. Por no decir que vuelve la narrativa tan propia del cine japonés, endulzada con ese toque personal del cineasta. Para explicar la película el director tuvo la brillante idea (en el buen sentido) de hacer un ejemplo de 160 minutos, porque eso es lo que es Noriko’s, una gran ejemplo explicativo.

En este caso asistimos a una familia de clase media donde la hermana mayor se siente ignorada e incomprendida por sus padres, aunque sobre todo por su padre, el cual le prohíbe estudiar en la universidad de Tokio (donde la hija quiere cursar sus estudios, por el prestigio que tiene la facultad) por temor a que algún desgraciado embarace a su amada hija.
Esa es la premisa de arranque que se nos presenta y a partir de ahí la hija en un arrebato de rebeldía huye una noche de casa para encontrarse con un grupo de amigas que conoció en Internet… Los giros que pega la peli son cuanto menos, sorprendentes, y es que además la obre se divide en capítulos y cada uno narrado desde el punto de vista de los protagonistas. Esto aporta un plus al mismo sin ninguna intención planificada, volviéndola más y más interesante. De hecho es curiosa la evolución que sufre nuestra protagonista, Noriko (Kazue Fukiishi) a lo largo del film y que, ojo, se asemeja muchísimo (demasiado diría yo) a esa dual relación que ya estableció el artista en Suicide entre la chica y Shibusawa y el espectador; esto es, la compenetración de personaje de película-espectador. La misma técnica vuelve a poner en práctica y vuelve a funcionar, pues durante la primera hora uno se siente igual que Noriko: perdido, sin entender nada. Y no será hasta que avance la trama en otros personajes cuando ya uno se vaya enterando de por dónde iban los tiros e ídem Noriko.

Sin meterme mucho en materia puedo decir que la historia tiene una rica narrativa con un final demoledor para un padre (Ken Mitsuishi, -Ekusute-) e hijas, pero sobretodo, la figura del padre es importantísima y todo lo que le sucede y realiza. Es una oda al esfuerzo, al amor por unas hijas que siente le abandonaron y también al dolor silencioso que tiene que soportar hasta el final. Es eso, una conclusión de los hechos que te deja sin aliento, no por el contenido explícito sino por la tensión tan realista que viven los personajes en media hora de metraje (sino menos).

Un drama con todas las de la ley que provoca sentimientos encontrados en el espectador sin buscarlo, y todo ello empapado por una magistral banda sonora compuesta por Tomoki Hasegawa quien ya participó en Jisatsu Circle y Ekusute. Las actuaciones sólo cabe decir que son espectaculares, por actores y actrices que simplemente, están a otro nivel.

Si se ve, recomiendo encarecidamente hacerlo con paciencia, tranquilidad y obvio, los seis sentidos puestos.

8/10



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UMI RYUUZAKI

  • 15 Aug 2011

10


Esta pelicula la verdad tiene de todo DRama, Gore, el Roll Psicologico es escencial, definitivamente te deja Impresionado.. si logras captar el Mensaje de esta...


Apesar de los 120 Min. que dura.. la pelicula Nunca decae.. Esta pelciula se hizo a concecuencia de que su predecesora, El club del suicidio dejo muxas dudas o cabos sueltos que hasta cierto punto te explican en esta.. Digo hasta cierto punto por que para el que ya vio las dos se dara cuenta que quedan otros cabos que nunca son atados aun que tambien e de decir que no toman demasiado revuelo ya que esta pelicula bien podria pasar como independiente no siendo secuela de ninguna, y aun asi es extraordinaria..

Buen Guión, Buenas actuaciones, Gore para aventar para arriba, y lo mejor nunca abusan ni cae en lo vulagar o absurdo esta escenas violentas...

Vale la pena ver la Mesa de cena de Noriko... ya que te deja en muxo que pensar si eres de ese tipo de personas que te estas buscando ati mismo y aun no sabes tu lugar en este Mundo...xb...

Mi calificació 10..!!!



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Mein_Gott__x

  • 26 Jan 2010

--


Supongo que la película es buena por una razón: te deja satisfecho,
Tiene personajes muy completos y para nada típicos,
Actores exelentes,
y la historia en sí es fenomenal,
Muestra cosas que, al menos creo yo, son únicas de esta película,
[SPOILER]Si bien todos sabemos que las personas cambian y valla a saber uno por qué razón, es increíble al nivel que llegan,
y todo queda completamente plasmado y no se disfraza,

La Mesa de Cena de Noriko,
es una amargura que, probablemente, te hace pensar,
una confusión total, como su película antecesora,

Completamente ¨Kawaii¨



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Noriko

  • 17 Nov 2008

9


Pelicula no tan buena e impactante como su antecesora, se puede hacer un poco pesada porque hay demasiadas reflexiones y mucha menos sangre pero aún así capta la esencia de la primera y trata de explicar mas cosas.



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Crowley93

  • 23 Jun 2007

9


Si bien esta pelicula decepcionará a muchas personas sedientas de sangre... es una obra maestra. La pelicula ahonda en la miseria y soledad humana, tambien muestra hasta que punto puede llegar la disfuncionalidad en una familia. El punto deficiente de la pelicula es la poca claridad al tratar de explicar los antecedentes de suicide club, creo que no todo queda zanjado. No obstante Sion Sono crea un ataque emocional constante, decorado con musica muy ad hoc para crear una atmosfera enferma, sin duda una gran pelicula (sedientos de sangre, los de trama facil, amantes del cine gringo abstenerse!)



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Críticas: 8


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