Un culto satánico celebra una misa negra para resucitar al asesino de Camp Blood. Al enterarse de que su hermano se ha unido al culto, Betsy se adentra en el bosque para encontrarlo. El payaso asesino del campamento regresa del infierno en busca de nuevas víctimas.

Esta vez el payaso tiene energías sobrenaturales y sigue apuñalando a los personajes con su machete.
Las actuaciones son regulares y Tina Krause hace lo que puede. Los efectos especiales son normales y las escenas antiguas de payasos son lo único diferente de la película.
El sonido y la música tapan la mayoría de las veces los antinaturales diálogos.
Hay un pequeño giro sorprendente al final, pero finalmente ésta película de bajo presupuesto y poco creativa no tiene nada para ofrecer.

Un Slasher norteamericano con todos los clichés imaginables, con el agregado de alguna escena que intenta ser innovadora o brutal.
No es más que otra película medianamente aburrida y de poco valor para los amantes de éste subgénero.

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