El director Adrián García Bogliano incursiona en el cine fantástico, con reminiscencias retro setenteras. El concepto central de Black Circle¨ es fascinante e intrigante: un vinilo, parte de un curso por correspondencia del Instituto de Investigación Magnética de Estocolmo, pretende ayudar al espectador a lidiar con la dualidad del yo; pero en realidad hace que el oyente produzca y expulse energía negativa, creando un doppelganger que podría reemplazar al sujeto original.
La primera parte del film es estupendo. Una ambientación, una estética y una fotografía bien logradas, que nos recuerdan las viejas películas de eurohorror setenteras; y con una mezcla de esoterismo, misticismo y la seudociencia, en esa búsqueda del yo y la superación personal del new age, que en este caso conduce a la oscuridad y a lo siniestro.
También es una grata sorpresa poder ver a la actriz de culto Christina Lindberg, quien tenía décadas sin aparecer en un film.
Miguel Arkangel
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El director Adrián García Bogliano incursiona en el cine fantástico, con reminiscencias retro setenteras. El concepto central de Black Circle¨ es fascinante e intrigante: un vinilo, parte de un curso por correspondencia del Instituto de Investigación Magnética de Estocolmo, pretende ayudar al espectador a lidiar con la dualidad del yo; pero en realidad hace que el oyente produzca y expulse energía negativa, creando un doppelganger que podría reemplazar al sujeto original.
La primera parte del film es estupendo. Una ambientación, una estética y una fotografía bien logradas, que nos recuerdan las viejas películas de eurohorror setenteras; y con una mezcla de esoterismo, misticismo y la seudociencia, en esa búsqueda del yo y la superación personal del new age, que en este caso conduce a la oscuridad y a lo siniestro.
También es una grata sorpresa poder ver a la actriz de culto Christina Lindberg, quien tenía décadas sin aparecer en un film.
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