Correcto thriller psicológico que nos trae a nuestro querido y recordado Cristopher Lee como el encargado del Manicomio ¨Underwood¨, en que se encuentran enfermos mentales de las familias más adineradas de la Columbia Británica. Los familiares de estos enfermos van muriendo en extrañas circunstancias, por lo que un investigador privado es contratado por el hermano de uno de los internos para averiguar qué sucede en el manicomio y qué hace el ¨Guardián¨ con sus técnicas de hipnotismo. Para ello, ingresa a su ayudante, fingiendo ambos que son paciente y familiar para desentrañar el misterio.

Un film muy modesto en cuanto a su factura pero que se hace totalmente disfrutable con una trama interesante, que se va desentrañando a un buen ritmo, si bien al principio es un tanto lenta. Resulta agradable ver a Christopher Lee en el rol de este inescrupuloso tipo que manipula mentalmente tanto a pacientes como familiares para quedarse con sus herencias, un villano más palpable que los villanos fantásticos a los que nos tiene acostumbrados como ¨Drácula¨, ¨Saruman¨, ¨Conde Dooku¨, etc. Si bien es un film menor dentro de su extensa filmografía, tenemos a un Lee que dignifica esta película con su presencia.

Las demás actuaciones están bien, en general destacando a Tell Schreiber como el egocéntrico investigador privado Dick Driver y a Ross Vezarian como el gracioso inspector Clarke. La ambientación es correcta así como las secuencias en las que hipnotiza a la gente con fines perversos. Si bien el final podría parecer predecible (la locura y aprehensión del ¨Guardián¨) la desviación de la atención hacia el familiar que contrató al detective privado le confiere una arista de la trama que no se había considerado a priori.

Interesante.

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