Primera película de José Ramón Larraz y otro título maldito durante años que -incluso llegó a hacernos creer a más de uno que no existía y que simplemente se trataba de su segundo largo ¨Deviation¨ con otro nombre- afortunadamente se ha ¨recuperado¨. En esta opera prima encontramos ya todas las constantes de su cine y las características que iban a formar parte del universo del ¨Larraz inglés¨, desde los aspectos técnicos (sugerente fotografía, cuidada ambientación, música sobria, montaje abrupto...) pasando por los escenarios (casas o mansiones solitarias, bosques, lagos, paisajes otoñales...) y terminando en los personajes, casi siempre movidos por impulsos y obsesiones morbosas, entre las que el sexo la locura y la muerte siempre tienen cabida. Aunque la película no llega a alcanzar el nivel de las posteriores ¨Scream...and Die!¨ o ¨Symtoms¨ -títulos con los que guarda muchas similitudes- sobre todo en cuestiones como el suspense, el desarrollo de los personajes -aquí no tan bien definidos- o la misma estética, si que tiene un interés alto (para el aficionado que sabe lo que va a encontrar) y además logra muy bien sus objetivos de inquietar e incomodar gracias a los extraños sujetos que aparecen en la historia, la abundante cantidad de sexo presente y el desenlace de la cinta. Entre el reparto, escueto y poco conocido, solamente destaca Karl Lanchbury, el actor favorito de Larraz en su etapa inglesa.

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