7

Basado en las aventuras de un personaje de la tradición oral japonesa, el monje Yuto, exorcista y de algún modo ¨detective espiritual¨ y un hecho real (el famoso crimen de Kaidan, del que ya hemos visto algo por aquí, solo que en la realidad no hubo fantasma alguno), este cuento de fantasmas, maldiciones, desfiguraciones, intolerancia y muertos a mansalva ya iba de boca en boca en el S.XVIII, contando unos supuestos hechos sobrenaturales acaecidos entre 1612 y 1672.

Esta es la adaptación de la productora ¨roja¨ japonesa, la Shintoho, - unos estudios fundados por ex-trabajadores de la Toho que fueron despedidos por declararse en huelga. No, no se respetaban mucho los derechos del trabajador por esos lares, que digamos -especialistas en lograr resultados notables con poco presupuesto, logrando muchos taquillazos con sus pelis llenas de sexo y violencia. Así pues, poco queda del cuento original, reduciendo el elemento más sádico del original y eliminando a Yuto, y, por contra, aumentando el contenido sexual y los asesinatos, convirtiendo con eficiencia el original en un drama familiar, un poco protoslasher y con unos malos muy malos, por conseguir hacerse con una sastrería. Eso sí, siguen habiendo muchos elementos sobrenaturales.

Con un reparto artístico y técnico poco conocido pero competente en *casi* todos los aspectos (las reacciones de susto de algunos intérpretes son francamente hilarantes, y la música es extraña: una sencilla mezcla de instrumentación japonesa con lo que parecen teclados electrónicos, muy de baratillo, como todo lo de Shintoho), la película se desarrolla a ritmo trepidante y, aunque es muy parcialmente fiel al relato, funciona perfectamente como entretenimiento sencillo. Otra buena y recomendable película yurei si se obvia este último, uh, ¨defectillo¨ (provocado seguramente por autocensura del estudio. Eran otros tiempos.) pero ni de lejos una obra maestra, que quede claro.

Me gusta (1) Reportar