16 años después de “El hijo de Kong” y tras hacer montones de proyectos importantes que los convirtieron en productores legendarios, Merian C. Cooper y Ernest B. Shoedsack decidieron volver a las raíces y hacer otra película de gorilas, esta vez con la ayuda de la productoria indie Argosy de John Ford y del debutante aprendiz de Willis O’Brien: Ray Harryhausen.
La incombustible y entonces bellísima Terry Moore, aún activa en 2020 mientras se escriben estas líneas (quizá la recordéis en un memorable papel como madrina de la mafia rusa en la serie Ray Donovan), protagoniza con muchísima corrección la película como Jill Young, una chica criada en África que adoptó a un bebé gorila como su hermano pequeño, al que bautiza como Joe. Cuando el rancho de su familia corre peligro, Young, atraída por el cambio de una vida semisalvaje al oropel, los buenos sueldos y glamour de un Hollywood que ella idealiza como una tierra de ensueño decide ir a buscar fortuna a EE.UU. con Joe, que se ha convertido en un gorilazo de casi 3 metros con un corazón aún más grande, y así salvar la propiedad de su familia. La joven heredera y su peludo hermanito se hartan enseguida y se deprimen con los focos, el estrés y la tontería que llevan encima los californianos, y se arma el lío.
La futura estrella de westerns y ganador del Oscar Ben Johnson es Gregg Johnson, un cowboy de Oklahoma (qué si no) que sueña con conocer África y se enamora enseguida del continente y de Jill. Siendo chico de campo, es el único que comprende a los Young. Robert Armstrong vuelve con Cooper y Shoedsack para interpretar a Max O’Hara, un trasunto de su Carl Denham de “King Kong” pero mucho más torpe y cómico. En la película podemos ver a un joven Richard Fansworth con sus hazañas a caballo y al mítico boxeador italiano Primo Carnera en un cameo como él mismo.
Ernest D. Shoedsack dirige de nuevo y su esposa Ruth Rose escribe el guion, enfocado sin reservas a un público familiar, haciendo hincapié en la acción (el clímax es media hora con un no parar de tortazos, destrucción de propiedad, persecuciones y rescates en situación extrema entre FX de lujo) la comedia y un poco de sentimentalismo.
Cabe señalar que John Ford dirigió sin acreditar alguna escena de la segunda unidad para ayudar a sus amiguetes Cooper y Shoedshack.
Willis O’Brien aquí tan solo supervisó e hizo unas pocas escenas, pero se llevó un Oscar que debió ganar años antes. Su delfín Ray Harryhausen fue el que se encargó de la mayoría del trabajo, iniciando una carrera legendaria. Joe es quizá aún más expresivo que Kong y se mueve con una fluidez que aún asombra: es al mismo tiempo más bestial y más humano que sus antecesores. No hay duda que el equipo comandado por maestro y discípulo funcionó perfectamente
Para mí, esta película representa una especie de relevo dentro del cine fantástico: mientras Cooper se apartó de los focos para ayudar a John Ford con su compañía Argosy (que había porducido esta película) y apadrinar el sistema Cinerama, otro nombre legendario, el de Ray Harryhausen, saltó a la palestra. De paso, le sirvio a Willis O’Brien para exorcizar un poco ciertos fantasmas personales de los que jamás se olvidan y retomar su carrera, aunque fuera de higos a pepinos y en pelis de serie B para abajo.
Y además es bastante divertida.
luego del exito de king kong salieron muchos sucedaneos con gorillas haciendo destrozos en grandes ciudades, y esta no es la excepcion, tenemos una historia parecida con algunos agredados que la hicieron mas ¨ para toda la familia¨ con alguna que otra pizca de humor y heroismo de parte de los protagonistas, la pelicula no esta mal y lo mas destacable es el stopmotion de harryhausen que aporta mucho al filme.
una rareza altamente recomendable para los completistas de harryhausen
Debut de Ray Harryhausen. Y qué debut! Joe se mueve aún mejor que King Kong (se notan los años que pasaron desde 1933) y también resulta más simpático.
Esta película es una especie de King Kong para el disfrute familiar (no tiene ese erotismo que destilaba la original gracias a la brillante Fay Wray), con un tono más divertido y optimista que las anteriores pelis de gorilas gigantes (cowboys contra animales de la jungla, si eso no mola lo suficiente, os poneis a ver El Valle de Gwangi y sus cowboys vs dinosaurios en Cuenca), y un gorila menos gigante.
El único defecto que le veo al film es que no tiene el encanto de King Kong, pero al mismo tiempo tiene su propio encanto y entidad (me chifla esa África de cartón, macetas y matte-shots). No en vano es un Harryhausen genuino y con pedigrí.
Genialidad que presentó mejoras respecto al Kong de 1933. Más inocente pero con un gorila con movilidad superior de hasta un stop motion ochentero.
Impresionante película, que mejora los efectos logrados por el King Kong del año 33. La movilidad lograda por este simio (Harryhausen mediante) es excelente y llevan a un resultado interesante, con una historia más aventurera y ágil que la del conocido Kong.
Impactante y tal vez la mejor película sobre gorilas (es uno) de la historia. Efectos que bien se merecen haber ganado el oscar y que me dejó boca abierta, es algo impresionante como le dió vida, gestos y tacto casi real con la gente este genio de Harryhausen. Además una historia con un gorila que da ternura en serio. Clasicón.
Esta tercera entrega del gorila más famoso del cine, ponía el broche de oro a una maravillosa e irrepetible saga de aventuras que había revolucionado el mundo de los fx de la época. Es una película muy distinta a las anteriores que incluso podría ser independiente de ambas, ya que no tienen un nexo argumental directamente relacionado.En esta ocasión el gorila es más pequeño y tierno que nunca (incluso tiene un nombre distinto). Además otro rasgo diferenciador es que ¡por fin!hay un final feliz con lo cual te deja con un mejor sabor de boca que sus antecesoras. Se hace más hincapié en la historia de amor y amistad entre la bestia y la bella desde su más tierna infancia hasta su adolescencia, pasando a un segundo plano los fx. Pero esta historia de amor posee un matiz distinto a la original y es que aquí, es más un amor fraternal de madre a hijo que platónico de enamorado a enamorada. El hecho que la criatura sea más pequeña en dimensiones hace que sea más cercana y accesible al ser humano. Los fx siguen brillando a un gran nivel y el gorila es más real que nunca. En definitiva, una película entrañable en donde prima el sentimentalismo, el respeto,la comprensión, el amor,la amistad, el sacrificio... todos esos valores que poco a poco, por desgracia, se van perdiendo...a ver si aprende el cine actual de todas estas películas clásicas en donde se cuentan historias sencilas y reales de la vida cotidiana sin necesidad de mostrar imágenes que puedan herir la sensibilidad del espectador. Muy recomendable este clásico para todos los públicos, aunque no sean seguidores de la saga, principalmente a los más pequeños que le ayudará entender lo que un animal o una "mascota" está dispuesto hacer por su "dueño", sin esperar nada a cambio. Todos deberíamos aplicarnos esta moraleja y así el mundo funcionaría mejor.
Gran continuacion al mito de Kong. Esta vez el "gran gorila" se llama Joe en una historia similar a la ya conocida por todos en King Kong, pero con cambios en su desarrollo (y desenlace!!) que convierten a esta entrega en una de las peliculas mas tiernas y divertidas que hayas visto. Por otra parte lo FX son realmente impresionantes y el desarrollo de la pelicula es tremendamente absorbente. ABSOLUTAMENTE GENIAL!!
Críticas: 9
franjadimo
7
Interesante película que tiene algunas similitudes con King Kong , claro está que su historia es menos compleja y algo sencilla pero lo que llama la atención son sus efectos que para la época es toda una sorpresa el uso del stop-motion es lo más llamativo de la película claro está que el carisma del gorila no deja que la cinta decaiga en ningún momento y su buen final con un Joe heroico hacen que esté clásico sea imperdible.
Me gusta (0) Reportar