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Ficha Rapsodia Satánica

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Críticas de Rapsodia Satánica (2)




mahotsukai

  • 13 Jan 2020

8



Interesante mediometraje dramático con tintes de horror, a cargo del italiano Nino Oxilia (“Fior di Male”, 1915).

Cansada y frustrada por su vejez, la condesa Alba d’Oltrevita aceptará el trato que Mefisto le propone para recuperar su anhelada juventud, a cambio de que nunca se enamore.

Tras el sugerente drama “Sangue Blu” (1914), el joven y talentoso dramaturgo y director italiano Nino Oxilia concebió la que terminaría siendo su obra maestra “Rapsodia Satanica” (1917), una destacable y libre adaptación de los mitos faústicos basada en los poemas de Fausto Maria Martini (1886-1931), que aborda la temática del pacto diabólico por juventud y riquezas desde una perspectiva femenina y feminista, a todas luces una interesante y pionera impronta, muy atípica por entonces e, incluso, en nuestros días. De hecho, Oxilia contempló el film bajo el alero del Gesamtkunstwerk, término acuñado por el legendario músico y compositor Richard Wagner para denominar “la obra total del arte” o arte integrado, es decir, reuniendo las principales ramas del arte humano en una misma obra, entiéndase música, danza, poesía, pintura, escultura y arquitectura.

Es importante señalar que “Rapsodia Satánica” (1917) también bebe directamente del decadentismo, corriente literaria nacida tras la humillación francesa en la guerra con Prusia a fines del siglo XIX y cuya principal característica es su naturaleza transgresora a la moral y las costumbres burguesas. Basándose principalmente en la obra de Gabriele DAnnunzio (1863-1938), poeta y militar que llegaría a inspirar al fascismo italiano y a Mussolini años después, la trama se desarrolla en torno a una mujer mayor, envidiosa de la juventud y la belleza que la rodea, que aprovecha sin mayores tapujos la primera oportunidad que se le presenta para recuperar su juventud ya perdida sin importar que quien se le ofrezca sea el mismísimo Mefisto. El pacto le exigirá, sin embargo, un acto inconcebible para la naturaleza humana.

De esta forma, insatisfecha a pesar de su riqueza, la condesa privilegiará la oportunidad de disfrutar la vida en lugar de alcanzar el verdadero amor, aquel que desprecia lastimosamente y que recién advierte cuando la tragedia recae en ella y se da cuenta de lo fugaz que es la juventud. Como si se tratase de un romance natural, entonces, la protagonista desarrollará un embriagador viaje al pasado que el director abordará, sin embargo, desde una perspectiva estética vanguardista y diferente a lo que estaba llevando a cabo en aquel tiempo, privilegiando una estética purista prerrafaelita y el art Nouveau de Dante Gabriel Rossetti y William Hunt especialmente, de cual se inspira para su composición pictórica. Así es cómo Oxilia logra desnudar la controvertida alma de la protagonista por medio de un erotismo sugerente y marcados tintes de locura, siempre enmarcado en una sombría y deprimente perspectiva de la muerte.

Nino Oxilia, de hecho, y podremos admirarlo de forma más contundente con el coloreado que se hizo del metraje, realiza una composición visual dividida principalmente en dos partes, la primera, fresca, vivaz y derrochadora de energía con la condesa recuperando su juventud y la segunda más vaga, sombría y sugerente con la aristócrata tratando de comprender los verdaderos alcances de su decisión y las consecuencias de la tragedia de su pretendiente Sergio. La dicotomía del sueño y la pesadilla, entonces, termina por alzarse como una interpretación bastante más aterrizada de su propuesta, con variadas escenas para el recuerdo y el análisis como en la que Mefisto pasa de ser una pintura a un personaje tridimensional con colores que borran la diferencia visual de traspasar la pintura a la escena, la trágica secuencia del suicidio y encuentro del cadáver de Sergio, o la dramática pérdida final de la juventud de la condesa.

Un trabajo de colores de “Rapsodia Satanica” (1917), primero, funciona como elemento atractivo y, luego, para asumir funciones más complejas desde un punto de vista artístico y poético, como el rojo, el azul y el verde para detonar tentación, anhelo y frescura. La primera copia tenía una combinación de colores monocromáticos y otra de plantilla de colores individuales. A principios de 1990, se descubrió en la Cinémathèque Suisse en Lausana, Suiza, una copia con los colores originales que permitió una restauración en 1996, en colaboración con una copia de la Cineteca Italiana de Milán. El resultado es la versión actual que se conserva, que tiene 850 metros de los 905 originales. El canal de televisión franco-alemán Arte restauró la película en 2006.

Otro elemento que hace de “Rapsodia Satanica” (1917) un melodrama destacable y digno de verse es la inclusión de Lyda Borelli (“Malombra”, 1917) como protagonista exclusiva, una de las grandes divas del silente italiano y que no defrauda en el film como femme fatale. Ya sea como una encorvada y envidiosa vieja aristócrata que pega reiteradas miradas de reprobación a los más jóvenes o como la encantadora y fresca versión rejuvenecida de sí misma, “la divina Borelli” brilla con luces propias y se convierte en el real interés de la composición narrativa y visual del film. De hecho, Borelli echará manos a todas sus habilidades interpretativas físicas para diferenciar gestualmente a ambos personajes, más allá del maquillaje y el vestuario, a través de estilizadas gestualizaciones, evidente referencia al pasado inmediato del teatro y que servirán de inspiración a John Barrymore para su transformación de Dr. Jeckyll a Mr. Hyde en el clásico mudo de 1920 de John S. Robertson.

En el reparto, también encontramos al francés Andrea Habay (“Quo Vadis” (1924) y Giovanni Cini, como los hermanos pretendientes de la condesa, Tristano y Sergio, y a Ugo Bazzini (“Il Fauno di Marmo”, 1920) como Mefisto.

Otro elemento que a todas luces le permite ganar puntos es la partitura del compositor italiano Pietro Mascagni que, por cierto, fue la única pieza musical para cine que escribió. Definida por los críticos como poesía sinfónica, destaca por su energía y por complementarse notablemente con el resto de los puntos de vista artístico. La Orquesta Filarmónica Estatal de Renania-Palatinado, dirigida por Frank Strobel, de hecho, para el estreno del canal Arte en 2006, regrabó la misma partitura de Mascagni. En 2014, finalmente, Gabrio Taglietti compuso una nueva partitura para el film, para violín y guitarra eléctrica

Rodada y terminada en los inviernos de 1914 y 1915, “Rapsodia Satanica” sería estrenada recién dos años después, en 1917, debido a extrañas dispuestas comerciales y publicitarias de la productora Cines. Según se dice, aunque fue recibida con entusiasmo por los asistentes a su estreno privado a inicios de 1915, fue inexplicablemente censurada y retrasada en su estreno, además de prohibida para menores de edad. Incluso fue estrenada en Alemania en 1922, bastante después del término de la I Guerra Mundial, y luego comercializada en países como España, Portugal, Francia y Estados Unidos.

¨Rapsodia Satanica¨ (1917) fue el último film de Nino Oxilia, luego que el director falleciera trágicamente en el frente de batalla durante la I Guerra Mundial al ser alcanzado por una granada, mientras defendía el Monte Grappa.

En resumen, un interesante melodrama con tintes de horror que aborda desde una perspectiva original el mito faústico, una femenina y, ciertamente feminista. Uno de los grandes clásicos melodramáticos del silente italiano junto a Malombra (1917) de Carmine Gallone.



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ragman

  • 29 Apr 2018

7


filme mudo que explora la idea de fausto, pero del lado de una mujer por la eterna juventud, me gusto la idea y esta muy bien llevada para esos años de exploracion filmica, no la recomendaria a cualquiera,pues el cine mudo no es para todo mundo,aunque su duracion es escasa a comparacion de otras. su final quizas algo apresurado, pero no puedo ponerme en pretencioso si hablamos de una pelicula de 1915.



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